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Unos meses después...

Después de tanto tiempo logré se feliz, teniendo a mi lado a mi familia, mis amigos y a un chico impresionante e increíble al que podría llamar novio. Han pasado muchas cosas durante este tiempo... En navidad conocí a la familia de Rubén, año nuevo lo pasamos juntos de nuevo... Me sentía bien con él, era feliz, pero en parte tenía miedo a no ser suficiente, a que no me aguante más y se valla.

— Claudia — la voz de Rubén me sacó de mis pensamientos.

Volví en si y recordé que estaba recostada con Rubén, bajo el árbol del instituto que tan olvidado habia tenido durante esos últimos meses. Su brazo pasado por mi hombro me transmitía seguridad y paz.

— Perdona, ¿que decías? — me acomodé mejor en sus brazos.

— Decía si querías ir a una fiesta esta noche — acarició mi pelo — ya que hace mucho no salimos y hoy es viernes...

— Claro, contigo al fin del mundo — reí.

Él comenzó a reír conmigo. Seguimos ahí abrazados hasta el fin del recreo que teníamos que ir a clases, la mañana pasó volando.
Salía de clase cuando vi a Rubén hablando con Rebecca, los celos me llenaron por completo. Yo seguía odiando a Natalia, como siempre, nunca iba a perdonarle lo que me hizo pasar estos últimos meses. Pero a Rubén parecía caerle bien, incluso después de todo lo ocurrido.

Suspiré y seguí caminando hasta las chicas ignorando totalmente el hecho de que mi novio estubiese habalando con mi enemiga. Las chicas vieron mi expresión y dd inmediato pararon de hablar.

— Uff ¿Que ha pasado? — preguntó Alex curiosa.

No hicieron falta palabras, una pequeña mirada de recelo hacia Rebecca bastó. Todas comenzaron a reír.

— Rubén no está interesado en otra persona que no sea en ti — dijo Jess.

— Puede... — me rasqué la nuca — esque no puedo creer que un vez que me he quitado a Natalia de encima, viene alguien más...

— No me creo que Rebecca esté haciendo esto — dijo Emma decepcionada.

Emma y Rebecca habían sido como hermanas durante toda la vida, era ella la que más estaba sufriendo respecto a ese tema.

— Me duele pensar esto pero, ella sabe mis secretos e inseguridades respecto a mi relación con Rubén, creo que lo hace para hacerme daño — suspiré satuarada.

El grupo se quedó callado, después en silencio empezamos a caminar juntas hacia casa. Poco a poco ibamos quedando menos, hasta que finalmente quedé yo sola, ya que era la que más lejos vivía. Caminaba escuchando el siseo del frío viento de invierno cuando escuché y silbido, que no era del viento. Me giré asustada para ver como Rubén estaba apoyado en la pared con una sonrisa burlona. Negué divertida y me volví al frente dispuesta para seguir mi camino. Sentí como él seguía mis pasos.

— Uyuy, creo que alguien está celoso — dijo en tono burlón.

— Uyuy, creo que alguien está ciego — imité su tono.

— Creo que no — rió — peronigualmente no necesitaría la vista para saber que estas celosa.

— ¿Ah sí? — me detube — ¿que te hace pensar que estoy celosa?

—No me puedes ocultar que estas celosa, sueles levantar un ceja y lentar la barbilla en plan ofendida, pero eso te hace muy mona — rió  posiciandose enfrente mía.

Bufé resignada, er verdad, no podía ocultarle mis celos, él ya me conocía los suficiente.

— La cuestión es... — me acerqué a él haciendo una pausa — ¿tengo motivos para estar celosa?

— No — sonrió burlón — es más, quería ponerte celosa, como yaa he dicho, estas muy mona — rió.

— Eso es jugar sucio — hice un puchero.

Él solo sonrió y unió sus labios con los míos. Cuando nos separamos sonreí pícaramente.

— Yo también se jugar sucio — susurré para después darme la vuelta — pasame a buscar a la 20:45 — dije sin detenerme.

Reí para mis adentros, iba a vengarme, ahora iba a ser él, el que sentiría celos. Sabía que él seguía ahí aparado, atónito por mis últimas palabras.

(...)

Eché un ultimo vistazo al espejo viendome reflejada en él, no estaba acostumbrada a llevar es clase de ropa, pero me gustaba. Llevaba ropa dd fiesta, no era muy elegante, pero tampoco casual, como decía, de fiesta. Tenía un mal presentimiento, pero preferí ignorarlo.

Bajé las escaleras despacio ingentado no caerme por los tacones no muy altos, pero a los que yo no acostumbraba a utilizar. Rubén ya me esperaba abajo, y podíamos irnos ya. Me puse un abrigo y salí de casa junto a Rubén, no sin antes despedirme dd mks oadres y coger las llaves de casa.

Caminabamos por las calles de Madrid, repletas de gente un viernes por la noche. Hablabamos animados, Rubén no mencionó el tema de mi plan de celos, pero sabía que él pensaba en eso. Llegamos a la fiesta y volví a tener un mal presentimiento pero volví a ignorarlo. Entramos y decidí poner en funcionamiento mi pequeña venganza, para comenzar la noche. Fuimos a la barra y pedí un chupito para emoezara soltarme.

Todo eso lo hice con una sonrisa hacia el camarero, sabiendo que Rubén me habría visto. Alcé las cejas mirándole burlona, el negó divertido. Me alejé un poco y comencé ha bailar el la pista de baile, bajo la atenta mirada de Rubén. Yo bailaba energetica entre muchos hombres y de vez en cuando miraba a Rubén, para ver lo como los celos ardían en sus ojos mientras tomaba su chupito. Pero a mi me interesaba solo él, me daban igul cuantos hombres hubiese a mi alrededor, le amaba a él y solo a él. Él sabía que estaba jugando con sus celos, probablemte por esno no intervino, pero podía ver las ganas que tenía de venir a mi demostrarles a todos aquellos que yo era de él.

«Suficiente» pensé y le sonreí invitandole a venir con la mirada. Una sonrisa arrogante se dibujo en su rostro y dejó el baso sobre la barra para dirijirse a mi, sin borrar esa sonrisa de su rostro. Empezamos a bailar y a saltar al ritmo de la música, alejando a godos aquelloshombres que habían estado antes a mi alrededor.

—Vale querida, tu ganas, no quiero jugar más este juego — sonrió.

— ¿Escuece verdad? — reí burlona.

— Mucho.

Nos dimls un beso apasionado, para después seguir bailando.

(...)

Ya había pasado un tiempo en la fiesta y Rubén se había ido al baño. En ese momento en la barra tube otro mal presdntimiento, esta vez más fuerte, y esta vez le hice caso.

Busqué a Rubén entre la multitud, pero no le encontraba. Un mareo invadió mi cuerpo, salí de entre toda esagenge dispuesta para ir al baño a refrescar mi cara, el poco alcohol que había tomado, ya me estaba afectando. Seguí caminando y para cuando pude enfocar mi vista, vua algo que me dejó sin respiración, y partió mi alma en miles de pedazos. Todos mi miedos se habían materializado. Era Rubén, y Rebecca sobre él, besándole.

HELLO
Y alguno me matará por lo que acabo de hacer ;)
Pero necesitamos salseo, que sin salseo, no hay vida.
Well, ahora os dejo otro cap :)
🍃

Not Alone ➳ R D GDonde viven las historias. Descúbrelo ahora