Capítulo dos

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Entramos a clases de química. En ésta clase estábamos todos. Roberts entró y empezó a escribir en la pizarra. Todos debíamos sentarnos en parejas. Finn se sentó junto a mí.

–Hoy haremos algo muy interesante– se paró en el medio del salón.– Nuestro experimento de hoy será, hacer nieve– todos dudamos de nuestra existencia al pensar qué pudiéramos crear algo de origen natural.–No es lo qué piensan, pues verán, hay una sustancia llamada poliacrilato de sodio. Se trata de una sustancia de color blanco, parecida al bicarbonato de sodio. No presenta ningún olor o color. Ésta sustancia es capaz de absorber en pocos segundos 20 veces su peso de agua y transformarse en una sustancia blanca, coposa muy parecida a la nieve. Ésta "nieve" artificial no está a varios grados bajo cero, pero si se toca con la mano se nota que esta húmeda. Su tacto es igualmente similar– explicó mientras se colocaba un par de guantes de látex.– Estarán cambiando de parejas constantemente, para ser más preciso, cada cinco segundos– Octavia me miró con una mueca insegura. Jasper y Monty tenían una gran diabólica sonrisa en el rostro. Yo estaba preparada. Roberts tomó el cronómetro y lo activo. En nuestros mesones habían dos vasos precipitados, uno con la cantidad precisa para crear nuestra "nieve" artificial y el otro con 15 mililitros de agua. Me puse un par de guantes y verti un poco de agua encima del poliacrilato, sonó una pequeña campanilla, avisándonos que debíamos cambiar de pareja. Finn paso a estar con Octavia y yo pase a estar con Bellamy.

–Dios, ¿cómo sabes qué debes hacer?– exclamó Bellamy entrecerrando sus ojos.

– Práctica– dije casi restregandole en la cara mí conocimiento. Suspiró y volvió a sonar la campanilla. Pase a estar con Monty y Bellamy paso a estar con Jasper. Y así seguimos por un rato, hasta que por fin, nuestra "nieve" era blanca y fría.

–Buen trabajo– exclamó Roberts quitándose los guantes antes de qué sonara el timbre, avisando qué las clases habían terminado por hoy. Me despedí de Finn con un beso en los labios y me fuí con Octavia y Bellamy. Como ya dije antes, no nos gustaba tomar el autobús, así qué caminamos a su casa.

–Así qué, tú y Finn– Octavia me golpeó con su codo con suavidad mientras sonreía con picardía.

–Si– sonreí con sinceridad. Sentí una mirada celosa de parte  de Bellamy en mi nuca– Desde hace unos meses– expliqué.

–Ustedes se ven bien juntos– Octavia afirmó con sinceridad.– Además, es muy sexy– Octavia bromeó mientras fijaba  una mueca pervertida en su rostro y mordía su labio inferior. Bellamy río entre dientes mientras negaba con la cabeza.

Bellamy dió un paso adelante y giró la llave dentro de la cerradura y abrió la puerta.

Pasamos a la casa. Dejé mi mochila junto al sofá.

–¿Tienes hambre?– Bellamy rompió el hielo.

–Solo un poco– mentí.

Tenía tanta hambre qué estaba empezando a digerirme a mí misma.

–Oh. Gracias hermanito– Octavia fingió asombro.–, si, si quiero un poco de tú delicioso almuerzo– Exclamó  con sarcasmo, haciéndome soltar una ruidosa carcajada.

Bellamy soltó una rápida carcajada y negó con la cabeza.

Octavia y yo nos sentamos en las sillas del mostrador, donde podíamos observar a Bellamy preparar su "famoso almuerzo".


–Chicas, el especial de hoy es– imitó redobles de tambores con una mueca juguetona.– ¡Pasta!– hizo manos de jazz con una falsa sonrisa. Me hizo soltar una carcajada contagiosa.

Bellamy abrió el paquete de pasta y lo echó en la olla con agua hirviendo. Luego, se apoyó sobre el mostrador sobre sus codos con impaciencia. Una canción de One direction como tono del celular de Octavia, interrumpir el incómodo silencio. Miró la pantalla de su celular y corrió a la sala u contestó.

Bellamy me lanzó una mirada dudosa mientras fruncía el ceño.

–Tal vez tenga una cita– hice una mueca confusa. Esas simples palabras enfurecieron a Bellamy. Cuando Octavia colgó su celular, y regresó a la cocina con una risueña sonrisa. Su sobreprotector hermano la regaño– ¿Quién era?– Fijó las manos en su cintura.

–Un amigo–  Octavia respondió de forma arrogante y obstinada.

Era algo tierno y a la vez enfermizo, ver cómo se preocupa de tal forma por su hermana menor.

–Bellamy, ya no soy una niña– protestó Octavia con desdén.

–Ya lo sé, O– tomó una profunda respiración y trató de calmarse.–  es solo qué... Me preocupas mucho, y si algo llegará a pasarte– fué interrumpido.

–Nada me pasará, Bell; lo prometo– abrazó a su hermano con cariño.

Estaba muriendo de ternura.

–Bell, creo qué la pasta se quema– dijo Octavia tratando de aguantar la risa.

Efectivamente, el agua de la pasta se derramaba por todos lados. Bellamy corrió rápidamente y apagó la hornilla, sacó la pasta de la olla y un poco del agua caliente cayó en su mano.

–¡Diablos!– gritó mientras saltaba para aliviar el dolor. Metió su mano debajo del grifo, dejando correr el agua helada sobre su quemadura. Me acerqué a él con rapidez.

–Dejame ver– tomé su mano y la revise.– ¿Tienen un botiquín de primeros auxilios?– Pregunté con tan solo un poco de preocupación en mi voz. No era tan grave.

–Eso creo– afirmó su hermana trayendo el botiquín rápidamente.

Abrí el botiquín y saqué una pequeña gasa y envolví su mano con con​ delicadeza.

–Creo que sobrevivirás a ésta, Blake– bromeé. Río entre dientes. Siguió preparando su pasta especial. Sacó un tomate de la nevera, y empezó preparar una salsa qué luego la echó encima de la pasta.

Bellamy puso un tazón de pasta frente a mí.– Provecho– sonrió con sinceridad.

–Gracias, Chef– metí un bocado en mi boca.– ¡ésto está delicioso!– exclamé con mi boca aún llena.

Bellamy hizo una reverencia mientras se oyó el aplauso sarcástico de parte de Octavia.

(...)

Nos dirigimos al comedor y sacamos los libros. Empezemos con física.

Bellamy estaba frente a mí, y Octavia juntó a mí. El libro de física estaba abierto en la mesa. No habíamos empezado, y Bellamy ya estaba obstinado.

You're my gravity [B,B; C,G]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora