Sonó el timbre indicando que era la hora de la almuerzo. Aún seguía furiosa por lo que había sucedido con Bellamy, ¿Por qué demonios había hecho éso? ¿Qué no le bastaba con Gina y todas aquellas chicas a las cuales había besado? Al parecer no.
Por alguna razón sentía la mirada de todos clavada en mí, los sentía murmurar y decir cosas, y tenía la corazonada que se trataba de mi. Un maldito rumor.
–¡Clarke!– gritó Octavia con preocupación entre toda la multitud. –Ven conmigo– me tomó por la muñeca.
Entramos al baño, ella cerró la puerta y tomó una gran respiración.
–¿Es cierto qué besaste a mi hermano?– al parecer esperaba una respuesta negativa, pero no podía mentirle a mi mejor amiga.
–Fuimos los dos– dije cabizbaja.–Pero puedo explicarlo, no fué un beso, fué un simple roze– expliqué.–¿Tú me crees, verdad?
–Por supuesto qué te creo, Clarke, eres una de mis mejores amigas y sé qué no eres capaz de besar a alguien estando en una relación– eran palabras que aliviaban mis oídos.–¿Por qué Bellamy trataría de conquistarte?– exclamó extrañada.
–No está tratando de conquistarme, simplemente trataba de probarme algo, es todo– agregué a mí explicación.
–¿No le basta con la otras?– pensó en voz alta.– Todos dicen cosas horribles de ti, desde qué eres una fácil hasta qué eres una perra– arrastró las palabras con enfado. No me importa lo qué los demás piensen acerca de mi, me importa que eso vaya a traer consecuencias al estilo de vida que llevo.–Debes arreglar las cosas– declaró.– imagina como Finn se pondrá cuando escuche todos esos malditos rumores– la cruda verdad.
–O...– realmente no sabía qué decir, pero debía hablar con Finn. Salí de ahí con pequeñas lágrimas asomadas en mis ojos, ansiosas por salir y hacerme ver como una niña llorona.
Corrí por el pasillo, sintiendo las miradas de todos clavada en mí nuca.
Finn estaba en el patio, gritándole a Bellamy. Corrí y me interpuse entre los dos.
–¡¿QUÉ DEMONIOS?!– grité poniendo mis manos entre los dos.
–Éste imbécil, es un mujeriego, no importa cuántas chicas tenga, nadie puede saciar su sed–Finn estaba totalmente fuera de control, jamás lo había oído hablar de tal forma.
–¡BASTA, FINN!– le grité, tenía que ponerle un alto.
–¡Ahora no, Clarke!– Finn me gritó con desdén.
–¡Hey, no le grites a Clarke!– Bellamy me defendió.
–¿Sabes qué? quédatela, al parecer le gustan más tus besos– Finn exclamó con despecho.
–Para empezar, las chicas no son cosas con las cuales puedes decidir que hacer con ellas, y mucho menos con Clarke– las palabras de Bellamy, me conmovieron.
–Lo dice el chico qué ha estado con casi todas las chicas de la escuela– protestó Finn con desdén.
–Sé qué vas a hacer una locura, pero por favor, no la dejes ir por algo que fué mi culpa– le pidió Bellamy con calma.– Clarke es una de las chicas más maravillosas qué conozco, es inteligente, atenta, leal, hermosa y muchísimas cosas más, pero por favor Finn, la vas a dejar ir por una maldita estupidez, ¿y qué hay con todas las cosas que ella hizo por ti? Cuando adaptó su horario para poder verte, cuando ella te salvó el trasero en más de una oportunidad, ¿Todo eso no importa? Solo metió la pata una sola vez y ahora la dejas, me das pena Collins– Bellamy arrastró las palabras con sinceridad.
–Tan sólo escucha como hablas de ella. Tengo dignidad, ¿Sabes?– respondió con desdén. Volteó la mirada hacía Bellamy, y le lanzó un frío golpe en la cara. Enseguida toda la maldita escuela se reunió frente a nosotros. Por supuesto, Bellamy le devolvió el golpe aún más fuerte dejándolo tirado en el suelo. Solo quería tirarme en el suelo a llorar, porque sabía nuestra relación, había acabado, sentía un dolor alrededor de mi corazón, un dolor que cortó mi respiración, qué hizo que algo se rompiera dentro de mi.
Cuando mi cabeza duele, mi madre me da un analgésico, pero creo que no existe un analgésico para el corazón.
Salí de ahí, literalmente corriendo. No podía seguir mirando todo, ni tampoco podía cambiar la forma de pensar de Finn. Solo me queda correr, ¿no?
Me senté en una banca, alejada de la escuela y de todos, solo veía pasar los autos frente a mí, las personas cruzar indiferentes y las lágrimas saliendo de mis ojos. Veía las cosas desde otro maldito ángulo, lo irónico de todo ésto es: la vida puede cambiar en menos de tres segundos.
Y pensar qué todo ésto comenzó con: “Creo qué él me gusta”
Necesitaba respirar, necesitaba un abrazo, necesitaba hablar.
Raven llegó con tranquilidad y sé sentó a mi lado.
–¿Ves lo qué digo?– tenía la frente en alto.– Finn es un cliché, simplemente te nubla la vista con hermosas palabras y plácidos besos en los labios, las dos nos enamoramos de la persona equivocada, no creas que te estoy haciendo sentir peor contigo misma, solo trato de aligerar la caída.
–¿Cómo aligeras una caída una vez que ya tocaste el suelo?– mis ojos estaban empapados.
–Clarke, ya verás que todo estará bien, dentro de unos días se arrepentirá del terrible error que cometió– declaró con seguridad.– Finn es el tipo de chico qué cuando ya no hay vuelta atrás, solo lo resuelve con un “te amo"– el único remedio qué tenía en estos momentos era llorar sobre el hombro de una de mis mejores amigas.
Solo estaba recostada sobre el hombro de Raven, mientras veía los autos pasar. Una horas más tarde, regresamos a la escuela. El director nos esperaba en su oficina para reprocharnos todo el escándalo que habíamos causado hoy.
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You're my gravity [B,B; C,G]
Fiksi Penggemar[#TERMINADA] Clarke Griffin, una chica de 18 años, a punto de graduarse de la preparatoria; con las mejores calificaciones y muchos amigos. Todos se refieren a ella como la "princesa" de la escuela. Es hija del alcalde de la cuidad, además de ser hi...