Capítulo siete

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Bellamy

Estaba arrodillado junto a la cama de Raven. Me había quedado dormido mientras estaba con Clarke. Pobre chica, odiaba verla sufrir de tal forma. Con respecto a lo qué pasó anoche, yo también había bebido un par de cervezas, y no recordaba algunas cosas que habían ocurrido, pero mi recuerdo más claro es, Clarke pegada a mis labios. Clarke no gusta de mí, solo está despechada, éso no es un secreto.
Finn cometió un gran error al terminar con ella, y todos lo saben, y pensar qué fue por mi culpa. Gina se había ido enfurecida, pensando que ahora tengo una relación con mi mejor amiga, parece qué todo el maldito mundo piensa que Clarke y yo tenemos una aventura o algo así.
Me levanté y me dirigí al baño, abrí el grifo del lavabo para enjuagar mi cara y tal vez aliviar la resaca qué tenía encima. Sequé mi cara con la toalla y luego salí de la habitación. Clarke había despertado.

–Hola, pecas– dijo un poco adormecida.

–Hola, Clarke– sonreí ligeramente.–¿Estás bien?– le pregunté con preocupación.

–Mi cabeza me está matando– soltó una risita que me ocasionó gracia.–, pero he dejado de pensar en ello, pero siento que aún necesito tiempo– explicó.
–Siento lo qué pasó anoche, fué un error– se lamentó.

–No lo sientas, suficientes lamentos para ti durante un tiempo– respondí.–¿Quieres desayunar?– cambie el tema radicalmente.

–¿Qué hay con la escuela?– la rubia preguntó con preocupación.

–Al diablo la escuela, tómate un tiempo para ti– le sugerí con malicia.

–Por supuesto, chico malo– exclamó con picardía.–¿Qué hará el chef Blake ésta vez?– fingió curiosidad.

–Será una sorpresa– fingi alegría.

–Dame un segundo, pecas– se levantó y se dirigió al baño, un rato después, salió. Bajamos a la cocina y nos encontramos con la sorpresa de qué todos estaban tirados en el suelo, inconscientes con una cerveza a su costado. Dios, vaya fiesta.

Nos dirigimos a la cocina con cautela, tratando de pisar a nadie. El menú era: tostadas con mermelada de fresa y una gran vaso de jugo de naranja recién exprimido.

Clarke se sentó en el mesón a observarme. Tosté el pan y luego lo puse en un plato frente a Clarke, saqué la mermelada del refrigerador y la puse en la mesa. Saqué unas cuantas naranjas de y luego las exprimi en una jarra, servi dos vasos y me senté a desayunar con Clarke.

–Dios, señor Blake, me impresiona– Clarke exclamó con sarcasmo.

–Por supuesto, señorita Griffin– levanté mi vaso con zumo de naranja y fingi un brindis con ella.

–Hola, chicos– Raven apareció en la cocina hecha un desastre, se nota que había tenido una noche alocada.

–¿Qué tal?– Octavia exclamó con somnolencia.

–¿Se cayeron de un puente o algo así?– Clarke dijo de forma juguetona.

Estaba aguantando las ganas de reírme.

–Ja. Ja. Ja–  Raven río con sarcasmo.¿Ustedes qué?– preguntó con arrogancia.

Octavia fijó una mueca incómoda.

–Desayunamos– respondí metiendo un bocado a mi boca.

–¿Han visto a Jasper?– volvió a preguntar la castaña.

–No, ¿Por qué?

–Se supone que debería saber dónde está mi novio falso– dijo con gracia.

Un golpe retumbó en la habitación. Algo o alguien había caído del techo.

Los tres corrimos a ver qué ocurría. Jasper se había caído del techo y estaba riendo a carcajadas en el suelo, muy adolorido.

–¿Jasper? ¿Estás bien?– Raven exclamó con preocupación.

–Mejor qué nunca, nena– dijo con orgullo. Intentó levantarse, y lo hizo con dificultad.

–¿Qué hacías en el techo?–Clarke exclamó con curiosidad.

–Ni yo lo sé, princesa– respondió sacudiendo sus pantorrillas.

–¿JASPER, ESTÁS BIEN?– Monty gritó alterado mientras bajaba del techo.

–Si, estoy bien, hermano– respondió Jasper por segunda vez.

Todos volvimos a entrar en la casa y seguimos con nuestro desayuno.

Todo lo que se escuchaba en la casa eran  nuestras voces y risas hasta que el teléfono de la casa interrumpió éso.

Raven se levantó de la mesa y contestó. Era el papá de Clarke y quería verla, Clarke se despidió de todos nosotros nosotros y sé fue.

(...)

You're my gravity [B,B; C,G]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora