Capitulo 20.- El dolor de amar

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—Fue mi culpa.... fue toda mi culpa.... yo solo acepte y tu pagaste por ello.— murmuró apenas, su mano aún aferrada a la muñeca del mas bajo y los ojos carmín del omega parecían empañados

—Heine...— susurró mientras se acercaba hacia él —No me dejes, Heine.—

Los brazos cálidos del alfa aferrados en su cintura a pesar de la diferencia de estatura, la mirada zafiro de Viktor se posó en el cuello de Heine

—Nunca debí esperar.— Su nariz recorría la curvatura de su cuello y hombro, deseando quitar aquellas ropas

—Nunca debí haberte mentido.— Ambas manos se apretaron alrededor de las caderas del omega

—Nunca debí hacerte llorar.— Heine no habló, sabía que no debía..... Viktor quería decirlo, hablar todo aquello que dejaron pendiente e inicio hace 9 años

—No debí dejar que te fueras.— Se inclino y con ambas manos levanto de los muslos al omega. Su cuerpo pequeño y frágil tembló por un momento

—No debí haberme rendido.— murmuró, Heine asustado rodeo con sus piernas el cuerpo de Viktor en busca de equilibrio. 

Viktor aprovecho y lo mantuvo lo más cerca de su pecho. Si es que era aún posible, Heine lo miro a los ojos. El rubi y zafiro se encontraron, ambos tratando de guardar los detalles casi minuciosos en sus ojos. Se decían miles de cosas con la mirada

El zafiro parecía arrepentido y el rubí estaba roto...

Heine no sostuvo mucho tiempo la mirada, luego de lo que pareció una eternidad para el pelirrojo bajo sus ojos hasta la unión de sus cuerpo Viktor se movió rápidamente y sentó al pelirrojo en su escritorio. Se sonrojo levemente y sin quererlo sus manos pasaron alrededor del cuello del monarca

—Tanto tiempo.— dijo y tomó en sus manos la barbilla de Heine —Tantos años sin verte.— murmuró esta vez

El omega sentía sus ojos picar levemente, una parte de él. La más pequeña, la más lastimada sólo quería que lo abrazara, que lo tomará como antes.... Que le susurrara que nada malo sucedería. Poder estar al lado de Viktor, sin sentir que era incorrecto

Olvidar lo ocurrido con su hijos. Viktor vio el dilema en los ojos del pelirojo, acarició la mejilla blanca de Heine sacándolo de su mente.

— Es peligroso — pensó de inmediato al ser consiente de la cercanía entre ambos No... —

—Años sin tener a mi destinado.— murmuró y acercó su rostro hacia Heine

Fijo sus ojos cielo en los labios rosados de Heine

—Años que nunca recuperaré.— susurró cerca de su boca — Ya no más Heine. Me canse de esperar, me canse de pensar en el pueblo antes que en mi omega, me canse de sacrificar lo poco que tengo...—

—Viktor.— susurró Heine

—No más Heine.— habló —Nunca más.—

Viktor unió sus labios a los de Heine, ambas bocas se reconocieron de inmediato. 

¿Cuanto tiempo a pasado desde que sus labios dejaron de juntarse? Desde que sus manos dejaron de acariciar la piel ajena. Desde que sus corazones latían de esa manera.

Esto no cambiará nada.— se decía a sí mismo el omega, quien permitió a sus manos actuar por si mismas mientras tomaba entre sus dedos los mechones rubios del alfa

Mientras disfrutaba las caricias delicadas por su pecho

—Incluso perdiste tu aroma.— murmuró Viktor una vez que sus labios se separaron —Hueles como un beta.—

Al anochecer (VicHei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora