Extra 2.- La tormenta de memorias

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Tras la ventana el cielo de un color celeste rodeado de algunas nubes y acompañado del sol era remplazado por la luna. Las estrellas fieles compañeras de su amiga la Luna, eran tapadas por nubes negras, un presagio de la tormenta que se avecinaba sobre el pueblo de Granzreich

El tercer príncipe, Bruno estaba sentado frente al escritorio mientras leía la ponencia más reciente de uno de sus investigadores favoritos. Inconsciente del exterior gracias a aquella lectura gratificante para su brillante mente.

Pasaron minutos, horas quizás cuando las gotas de lluvia caían en la ventana seguida de los truenos y relámpagos. Haya afuera, cada persona del Reino se refugiaba de la tormenta que se desataba. Bruno suspiró al notar la vela apunto de apagarse por la brisa. Quizás era momento de dormir para el castaño príncipe.

Suspiró con pesadez y con tristeza de dejar el libro a la mitad, se levantó de aquella silla caminando directamente al enorme mueble de la habitación en busca de algo más cómodo para dormir. Sin mayor ánimo remplazo sus habituales vestimentas por una camisa y pantalón más cómodo.

Apago cada vela y finalmente se acostó en la cama

Los brazos delgados de otra persona alrededor de su torso lo mantuvieron estático, el sonido del trueno hizo estremecer a la persona que lo tenía rodeado mientras su suave aroma a lirios se esparcía. Bruno suspiró mientras arreglaba sus lentes con una mano — Leo, deberías estar en tu habitación.— murmuró mientras encaraba al omega que mantenía la mirada en el suelo

El príncipe de cabellera rubia tembló al escuchar otro trueno

—¿Leo?—

****

El omega estaba asustado, frustrado y enojado. Odiaba demasiado las tormentas, la manera en que lo hacía asustar y aun más esa noche, después de haber tenido una pesadilla como las de cuando era un niño. Era horrible para el omega soñar nuevamente con aquellos hombres que fueron sus tutores, recordar los golpes en su cuerpo y los insultos... y luego el susurro de una persona..

Su estómago se había retorció totalmente y sin más que esperar salió de su habitación

Inconciente, se abrazo a su mismo. Deseaba tanto aquella caricia de cualquier persona, la que sea. Alguien que esfumase sus miedos.... Quien sea...

Una mano se posó en sus cabellos rubios mientras el inconfundible aroma de Bruno parecía reconfortarlo en gran manera, era un peculiar olor a vainilla, madera y aquellos libros viejos de la biblioteca...

—¿Leonhard? — Bruno volvió a preguntar, el omega levanto su rostro y sus ojos chocaron con los de su hermano... Unos ojos iguales a los suyos... 

El menor sonrió de manera triste —¿Puedo dormir aquí, he-hermano? —

El castaño sintió una punzada en su pecho al ver aquella sonrisa tan opaca. Sin pensarlo asintió, mientras abrazaba de manera suave al omega que seguía temblando cada vez que un relámpago caía. Luego de unos minutos, el alfa trato de separarse siendo detenido por el menor. Cuyo rostro seguía en el pecho del otro 

Se había ido, aquel príncipe de carácter fuerte y arrogante se había ido, dejando en su lugar a un pequeño omega que temblaba de miedo al estar rodeado de tantas personas.

Una persona que se criticaba duramente a sí misma.

Leonhard evadiendo la mirada del otro, se acomodo aun más a la cama. Se abrazo a las almohadas, tomando en sus brazos la que tenía más presente el aroma del alfa.

Que con la mirada lo seguía en cada uno de sus movimientos. Bruno suspiró sin reprocharle nada.

—Aún sigues teniendo miedo a los truenos..— Bruno dijo mientras se acomodaba al lado del otro —Pero aun así lograste venir aquí.—

Al anochecer (VicHei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora