Aviéntame

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Después de ciertas experiencias
deberíamos cambiar de nombre,
puesto que ya no somos el mismo.

Del inconveniente de haber nacido - Emil Cioran

Liam

El chófer me espera a las puertas del edificio donde se encuentra el departamento de Camila, aparcado junto a la acera, con una mano en la espalda y la otra en la puerta del carro que mantiene abierta para mí. Sus ojos están al frente, simulando que no se pregunta a qué vengo aquí todas las tardes. El interior del auto me recibe fresco, un cambio agradable del exterior donde el calor, por corto que sea el trecho que hay que recorrer, te atosiga con su humedad. La piel del cómodo asiento trasero cruje con mi peso. El auto se mueve y a través del cristal tintado veo cómo queda atrás el edificio donde vive mi hijo. Yo podría ofrecerle un lugar mejor, a él y a su madre.

Miro el reloj, la hora del almuerzo ha terminado, sin embargo el pedazo de pizza que me vi obligado a comer para darle gusto a Axl no fue suficiente para satisfacer mi apetito.

Busco mi celular en el bolsillo interior de mi saco, reviso mi agenda y compruebo que tengo una reunión con mi socio en dos horas para hablar sobre la posible contratación de nuevos abogados junior. Quizá llegue con suficiente tiempo para comer en la oficina. Mi secretaria responde al segundo tono.

-Hether, pídeme algo para almorzar y deja sobre mi escritorio los expedientes de los posibles prospectos. Estaré en la oficina en cincuenta minutos. Dile al abogado Freeman que no se retrase.

-¿Le parece bien un solomillo?

-Con verduras al vapor y un agua tónica.

-Enseguida, señor.

Los bocinazos en la calle me dan una idea de lo largo que será el camino; es posible que me lleve más de cincuenta minutos llegar a la oficina. Consulto por segunda vez el reloj.

-Pensándolo mejor, envíame los expedientes al correo. Los revisaré en el auto. Y no olvides decirle a Paul que llegue a tiempo.

-De hecho... tengo al abogado Freeman llamando en la otra línea. ¿Desea que lo enlace o prefiere que sea yo misma quien se lo diga?

-Comunícame con él.

-De inmediato.

-¿Liam? -Mi socio se aclara la garganta-. No podré llegar a la reunión. ¿Podemos dejarlo para más tarde?

-¿Por qué, lo que tienes que hacer no puede esperar? ¿Qué es tan importante?

-Eh...

Su pausa me heriza los vellos

»Camila me habló, me pidió que la viera en el Presbyterian. Estoy saliendo para allá. Me retrasaré quizá treinta minutos.

¿Por qué Camila querría ver a Paul nuevamente? ¿Por qué no me lo dijo antes cuando hablamos por teléfono? En ese hospital está su amiga. ¿Tiene esto algo que ver con ella?

-¿Te dijo de qué quería hablarte?

-No se extendió mucho. De cualquier forma, no me corresponde a...

-No me vengas con esas -lo corto-. Todavía no hablas con ella. Aún no es tu cliente.

-Si ella quiere que sepas, te lo dirá.

Me trago un gruñido.

-Te veo allí.

-No ha..

Termino la llamada.

Nunca digas que no te amé [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora