—Ganaremos la Copa este año, estoy seguro—repitió Oliver quizás por quinta o sexta vez desde que ambos se habían encontrado en el patio. Elisa sonrió y volvió asentir, como había hecho en cada ocasión que sacaba el tema a relucir (es decir, en toda su conversación, durante todo el tiempo)—. Quizás el año pasado no nos fue de lo mejor en nuestro último juego, pero esta vez estamos siendo más exigentes con los entrenamientos.
Soltó un suspiro por lo bajo, apenas audible para el muchacho. ¿Cómo iba a decirle lo qué sentía por él si no cerraba la boca y dejaba de mencionar la palabra quidditch en cada oración? Elisa lo miró fijamente durante unos instantes y en seguida se regañó por haber pensado tan siquiera en silenciar a Oliver Wood. Su voz era preciosa, inclusive si sólo la utilizaba para decir quidditch y derivados del tema.
—Los hermanos de Charlie son muy buenos jugando, ¿los conoces?—le preguntó, y Elisa asintió. ¿Quién no conocía a los revoltosos gemelos Weasley? Oliver pareció no ver su respuesta, puesto que siguió hablando—. También Angelina y Alicia son unas estupendas cazadoras, seguramente se volverán titulares pronto... Aunque echo de menos a Dalia y a Gale, es una lástima que se hayan graduado el curso anterior.
Y entonces se dio cuenta de que no le importaba lo bien que sonaba su voz, si no regresaba con noticias de que Oliver Wood y ella eran novios, sus amigos seguramente idearían un plan para ayudarla, y conociéndolos, no sería algo nada discreto y sencillo.
—Oliver—habló Elisa, intentado ganar su atención.
—Espera, espera—él abrió su libreta de apuntes, la cual solía cargar con él a todos lados, a pesar de que no dejaba que nadie viera lo que escribía en ella, incluyendo a la misma Elisa. Ya en una ocasión le había preguntado el por qué jamás le había platicado acerca de una de sus ocurrentes estrategias para el quidditch, y Oliver le dijo que nadie que no fuera parte del equipo podría conocerlas. Nadie. Ni su propia novia. Aunque eso último, Elisa lo había sugerido como una indirecta que consideró bastante directa, pero él se había limitado a seguir negando y abrazando su cuaderno como si fuesen a robárselo en cualquier instante—. ¡Acabo de darme cuenta de algo importante! Si podemos utilizar esa debilidad contra Slytherin... ¿Lo entiendes, Elisa? ¡La Copa sería nuestra! Sólo debo recordar dónde he apuntado
—Oliver—insistió Elisa, utilizando un tono más serio en esta ocasión.
Pero él no dejaba de ver sus notas. Elisa sonrió al notar lo brillantes que sus ojos lucían, como los de un niño que ha descubierto el mejor secreto, con un leve toque de locura... No, no, no. Ella no iba a distraerse por los ojos de Olvier. Ella definitivamente iba a contarle acerca de sus sentimientos. Así que dio un respiro, y a pesar de que sabía de que lo que haría a continuación era muy descortés y estaba mal de su parte, lo adjudicaba a una causa mayor. Mientras Oliver seguía murmurando cosas por lo bajo, Elisa lo tomó desprevenido y le quitó su libreta.
Oliver la miró mal en cuanto dejó de tener sus apuntes entre manos.
—¿Por qué hiciste eso? ¡Si justo lo tenía!
—Nos conocemos hace años—empezó a decir, colocando un dedo sobre sus labios para que guardase silencio—, y llevamos teniendo citas por más de un año. Y no sé si te has dado cuenta, pero me gustas mucho, y espero yo te guste igual, porque sino esto está siendo muy vergonzoso, y no podré verte a la cara después—intentó formular varias opciones en su cabeza para hacer la pregunta correcta, ¡inclusive lo había practicado de camino allí! Mas en ese momento de desesperación, eligió lo primero que vino a ella—. ¿Me vas a pedir que seamos novios o no?
Oliver palideció. Se le veía asustado y bastante confundido, como si jamás hubiese escuchado la palabra novios antes, como si no tuviese ni la menor idea de qué hacer cuándo una chica le mencionase el tema.
Lentamente, asintió.
—Bien—Elisa sonrió, satisfecha—. Acepto ser tu novia entonces. Siendo hoy diez de enero, es que Elisa Sparrow y Oliver Wood se volvieron novios. No vayas a olvidar el día, ya sabes, por los aniversarios futuros.
Sólo después de eso quitó el dedo de sus labios y le devolvió su cuaderno. Wood guardó unos segundos de silencio, quizás un poco incómodo por la situación anterior, pero en seguida volvió a mencionar el quidditch y empezó a contarle sobre el último partido de Puddlemore Unidos, y las notables fallas que habían cometido.
Elisa se recargó en su hombro, escuchando atentamente y con una sonrisa en el rostro. Lo había logrado, ¡Oliver Wood era su novio!
Y luego, él le cogió la mano. Fue un gesto lento, bastante sencillo y casi pensado como natural. Elisa apenas fue consiente de cómo Oliver tanteaba en el suelo para buscar su mano y luego juntarla con la suya, aún sin dejar de hablar y revisar su libreta.
La sonrisa de Elisa creció más, y cuando le devolvió el apretón a Oliver, él sonrió sin darse cuenta.
***
FINALMENTE LOS BEBÉS SON NOVIOS, ¡YA ERA HORAAA! Y también ya falta poco para que Harry entre a Hogwarts, ¿y saben lo que significa? ¡OLIVER SE VA A OLIVER SE VA A VOLVER CAPITÁAAAN!
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Fever; Oliver Wood
FanfictionOliver tiene una obsesiva fiebre por el quidditch... Y por su novia, Elisa. [Portada por @iamdaisy2] EN PAUSA