QUINCE

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El que Oliver Wood, el conocido comprometido jugador de quidditch de Gryffindor (llamado por algunos como obsesión lo que sentía por el juego), tuviese una novia, resultó algo extraño para muchos

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El que Oliver Wood, el conocido comprometido jugador de quidditch de Gryffindor (llamado por algunos como obsesión lo que sentía por el juego), tuviese una novia, resultó algo extraño para muchos. Sobre todo para los miembros de su equipo.

—Creí que eras novio del quidditch y te llevabas bien con Elisa—le dijo Fred Weasley, siendo ese un comentario ya usual durante sus reuniones, a pesar de haber recibido la noticia un par de semanas atrás.

Oliver rodó los ojos.

—No puedes ser novio del quidditch, eso es imposible.

—Ah, significa que ya lo has intentado—intervino George Weasley, ocasionando risilla por parte de sus compañeros.

Wood volvió a rodar los ojos. Los gemelos podían ser grandes jugadores, unas mismísimas Bludgers humanas, pero a veces su falta de seriedad llegaba a irritarlo. No había momento de bromas cuando se trataba de quidditch, ¿es qué acaso era tan difícil de entender?

—Deberíamos seguir entrenando—dijo en tono serio, y a pesar de que ya llevaban en la cancha poco más de una hora y eso significaba alargar en entrenamiento, ninguno se quejó. Oliver podía no ser aún capitán del equipo, pero todos los miembros lo respetaban casi como tal, incluyendo aquellos mayores, como el casi graduado Charlie Weasley.

Oliver hizo una mueca al pensar en Charlie y el hecho de que su mejor buscador se iría en cuestión de meses. No había encontrado un remplazo aún, y eso lo aterraba. ¿Cómo ganaría la Copa sin un buen buscador? Sólo le quedaba depositar la confianza en los de primer grado, y eso ya era andar a ciegas considerando los conocimientos básicos que recibían sobre escobas y el cómo manejarlas.

—Esa es la mirada de Oliver cuando recuerda que nuestro hermano ya va a graduarse—comentó George, mientras preparaban las cosas para volver a salir.

Fred le dio una palmada en el hombro.

—Oh, aquí vamos de nuevo. Oliver, sorprendentemente, tu novia es Elisa Sparrow, no Charlie. Charlie se irá, pero tienes a Elisa.

—Si, Elisa Sparrow es mi novia—Wood asintió, y de pronto le parecía que había olvidado algo. Miró a su alrededor, contó a sus jugadores, las pelotas, las escobas... Casi se echó a reír, deteniéndose. Sería tonto que olvidase las cosas para el entrenamiento—. Elisa es mi novia, ¿tan difícil es de creer?

—¿Todo bien?—preguntó Angelina, quien lo veía un poco asustada como el resto del equipo tras el hecho de que los contó aputándolos con el dedo, para después dirigirse a la caja dónde guardaban la pelotas.

Oliver asintió, con una mueca.

—Creo que algo se me ha olvidado, pero no logro recordarlo.

—Evidentemente, porque se te olvidó—dijo Charlie. Al recibir una mirada de Oliver, se alzó de manos—. Consíguete una recordadora, amigo. Así estarías al tanto cada vez que se te olvide una cosa como esta.

George puso cara pensativa al igual que Fred. Ambos lo observaron fijamente, inquisitivos.

—¿Comiste antes de venir?

—Es importante alimentarse bien antes de un entrenamiento, por supuesto que si—fue la respuesta de Oliver.

—¿Te bañaste? —intentó Fred.

Oliver rodó los ojos, por tercera ocasión.

—Al despertarme, y volveré a hacerlo cuando termine el entrenamiento porque tengo que...—se calló súbitamente—. Tengo que hacer algo importante después. Pero eso es justo lo que no recuerdo.

—Entonces no es tan importante—sugirió Alicia, ajustando su coleta. Oliver vio el movimiento, y le recordó al día en que Elisa intentó enseñarle a amarrar correctamente su cabello, sin éxito. Había sido requerida una varita para deshacer los nudos que Oliver hizo, y aunque se había disculpado una y otra vez por el accidente, Elisa sólo reía como en el momento que su cabello estaba hecho un desastre por su novio.

—¡Quidditch, quidditch, Elisa!—exclamó de pronto George—. ¿Qué?—preguntó al notar las miradas confusas que ganó—. Creí que serviría mencionar lo más importante para Wood, ya saben, refrescar la memoria.

—Dime que eso no va en orden—pidió Charlie.

Oliver no alcanzó a conocer la respuesta de George, puesto que de pronto pegó un brinco y le dio su escoba a Alicia antes de salir corriendo de los vestidores, aún en uniforme.

—¡Elisa!—gritó cuando sus compañeros lo interrogaron a pesar de la distancia—. ¡Olvidé que ambos nos veríamos en la biblioteca hoy!

Angelina se llevó la mano a la cara.

—¿Es en serio? Oliver parece un pésimo novio si olvida sus citas con Elisa así de fácil.

Alicia le dio la razón. En cambio, Charlie Weasley soltó una carcajada.

—Conozco a Oliver más que ustedes. El pobre sólo se está adaptando a todo eso de tener una novia. A veces hace preguntas tan extrañas—negó con la cabeza, riendo—. No deberían ser tan duros con él.

—Cuando tenga novio no quiero que olvide nuestras citas—insistió Angelina.

Fred codeó a George. Y aunque creyó que nadie se dio cuenta, fue bastante obvio.

***

AMÉ escribir este capítulo. Necesitábamos ver a los chicos de Gryffindor, tbh.  

Fever; Oliver WoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora