Capítulo 34

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Cristianno

Desde que desperté esa mañana, todo fue de mal en peor. Después de pasar la noche con Megan, mi celular me devolvió abruptamente a la realidad. La melodía predeterminada me recordó inmediatamente quién era la persona que me estaba llamando tan temprano, por eso no fue necesario ver la pantalla y leer su nombre escrito.

Mi representante, Marco D'angelo tenía un talento innato para llamarme en el momento menos indicado. Cada vez que escuchaba esa jodida canción en mi celular, sabía que había llegado la hora de ir a trabajar.

Como si no fuera suficiente tener que levantarme temprano, además debía ir a una aburrida sesión de fotos para la revista Vogue, la cual me había elegido como modelo del año. Pero eso no es todo, porque al parecer, también me entrevistarían.

No quería ir, prefería quedarme en la cama con Megan todo el día, pero Marco no aceptaría un no por respuesta, porque ya había confirmado mi asistencia. En situaciones así, no podía evitar preguntarme quién era el jefe de quién. Se suponía que él trabajaba para mí, no yo para él.

Después de arrastrarme fuera de la cama, tomé una ducha rápida y me vestí con uno de los trajes que guardaba en el departamento de Megan en caso de emergencia. Antes de irme, me despedí de Megan besándola en la frente y salí del departamento, subiéndome a mi moto estacionada frente al edificio.

Aceleré por las calles hasta el estudio donde se realizaría la sesión fotográfica, dirección que Marco me había enviado a mi celular. Cuando llegué, entré en el recinto sin que nadie me detuviera. Encontré a Marco accidentalmente, quien estaba en medio de un pasillo desierto, hablando exageradamente por medio de un auricular en su oído. Cuando me vio, cortó la llamada y se acercó a mí.

- Te ves como si no hubieras dormido nada– Bramó, arrugando la nariz–

- Así fue y no me arrepiento de nada– Respondí, sonriendo jueguetonamente–

- Muy gracioso, pero será mejor que dejes las bromas para después, este no es el momento– Dijo sacudiendo la cabeza–

- Como sea, quiero terminar con esto de una vez– Comenté, bostezando–

- No tan rápido, primero ve a los camarines, cámbiate de ropa y haz que te maquillen– Ordenó, tajante e inflexible–

Marco recibió otra llamada y volvió a conectarse en su auricular, hablando efusivamente en italiano. Comenzó a dar vueltas mientras hablaba, totalmente concentrado en lo que decía. Al ver que todavía seguía ahí, se quedó en silencio y respiró profundamente.

- Sí, discúlpame un segundo– Pidió Marco, cortésmente–

Marco se quitó el auricular con una sonrisa y lo cubrió con una mano, evitando que nuestra conversación fuera escuchada por la persona al otro lado de la línea. Fue entonces cuando se dio la vuelta con los ojos entrecerrados, lanzándome una mirada asesina que echaba fuego.

- ¿Qué haces? Deja de perder el tiempo y muévete, quiero que estés preparado en menos de diez minutos– Gruñó, apretando la mandíbula–

- Por favor, ni siquiera he podido desayunar, ¿cómo quieres que funcione así?– Repliqué, suspirando–

- Cristianno, no voy a discutir contigo, si no vuelves en cinco minutos, te descuartizaré– Ladró, amenazante–

Marco volvió a colocarse el auricular en el oído, sacudiendo su mano para que me fuera. Torné los ojos en blanco y me dirigí hacia donde estaba todo el mundo: fotógrafos, vestuaristas, editores, ayudantes, maquillistas, etc.

Atrápame si puedes (ASP#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora