Capítulo 5 / MUERTES RÁPIDAS

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Cersei escuchaba el resonar de la guerra fuera de su castillo, como lluvia sobre un tejado

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Cersei escuchaba el resonar de la guerra fuera de su castillo, como lluvia sobre un tejado. El suelo se movía y el tejado se desmoronaba, pero ella no le prestaba atención. Hacía que el vino en su copa diera vueltas, permitiendo que su mente se perdiera en recuerdos de Jaime. Le echaba mucho de menos.

Miró a la pequeña Sansa, quien estaba sentada a su lado, aterrorizada de su futuro. La batalla de fuera no duraría mucho más, pero la chica podría dejar de ser tan miedica. Empezaba a ser molesta.

Cersei suspiró, recordando días de su juventud. "Sabes," dijo, mirando a Sansa, "cuando éramos jóvenes, Jaime y yo, nos parecíamos muchísimo. Ni siquiera nuestro padre podía diferenciarnos. No entendía por qué nos trataba de formas distintas."

Miró al fuego que crecía en medio de la habitación. Se mordió el labio ante los recuerdos, sintiéndose extraña bajo la mirada de Sansa. "Jaime fue enseñado a luchar con la espada, la lanza y el mazo, y yo fui enseñada a sonreír, cantar y gustar." Se rió Cersei, bebiendo un trago de vino. "Él era el heredero de Roca Casterly y yo fui vendida a un extraño, como un caballo del que te puedes deshacer cuando te apetece."

Sansa frunció el ceño. "Erais la reina de Robert."

"Y tú lo serás de Joffrey." Agregó Cersei. "Disfrútalo, porque todos queremos cosas que nos hacen daño."

Otro golpe hizo que el techo se sacudiera. Cersei suspiró. Jaime no volvería pronto.

***

La primera vez que Laila había visto la corte del rey fue cuando visitaron Invernalia. Recordaba quedarse de pie al fondo, viendo sus caballos desde lejos. Vio las caras de los Starks contraerse ante Robert Baratheon y su familia. Laila recordaba estar confundida porque ella estaba distraída por la riqueza y las ropas que llevaban. Todos eran... preciosos. Bueno, a excepción de Robert. El había engordado y envejecido duramente. Pero todos los Lannisters, tenían una cualidad en ellos que los hacía más hermosos que los otros.

Laila estaba en las almenas de Invernalia, ocultándose mientras veía la corte del rey entrar al castillo. Tenía tareas que hacer, pero quería mirar. Recordaba la forma en la que Jaime Lannister entró, pareciendo un príncipe de un cuento. Se sacó el casco con tal elegancia, sacudiéndose el pelo. Laila pensó que el también era hermoso.

Pero, en este momento, mientras Brienne amarraba el pequeño bote a la costa rocosa de una tierra desconocida, Laila pensó que Jaime Lannister estaba lejos de ser hermoso. Tuvo que cargar su cuerpo fuera de la barca mientras Brienne la arrastraba a la costa, pero Laila tropezó con una roca grande y Jaime cayó de sus brazos al barro. Él gruñó cuando su cara golpeó el barro sucio, y todo lo que Laila pudo hacer fue reírse.

"Oops." Murmuró levantándolo de nuevo por sus grilletes.

Una vez él se levantó, ella intentó quitarle el barro de la cara, pero él la empujó. "¿Oops? ¿Me tiráis al suelo y todo lo que decís es "Oops"?"

PECADOR / Jaime LannisterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora