Capítulo 12

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°Narra Nath°

Caminabamos por el parque, tomados de las mano. Con nuestros dedos entrelazados, ésto me ponía un poco nervioso, alguien podría vernos. Pero tal parecia que Adrien no le tomaba demsaiada importancia, fuimos por unos helados, igual que la anteiror vez. Pero esta vez sin la interrupción de Marinette, esta vez todo estaba saliendo perfecto y en parte eso me asustaba un poco. Siempre he entendido que después de la calma llega la tormenta. Y justamente eso pasó, apareción un akumatizado, arruinando por completo nuestra perfecta cita.


Adrien sonrió levemente mientras me decía que no me preocupara, se levantó de donde estabamos y se transformó en Chat Noir, no pude evitar preocuparme. Era obvio que me preocuparía, después de todo Lady Bug aún no aparecía, por lo tanto Adrien tendría que luchar sólo contra aquel enemigo. Pero esto era imposible ¿verdad?, sin Lady Bug el akuma no podrá ser purificado, tenía miedo de que algo saliera mal. Todos mis instintos me gritaban que detuviera a Adrien, pero no podía. Él se enfadaría conmigo si le impido hacer su trabajo, mi cabeza estaba echa todo un lio. Estaba al borde de la locura, pensé en rezar para que Lady Bug apareciera pero no funcionaría. Dios no actuaba en este tipo de casos, miraba a todos lados desesperado, buscando una solución posible a la ausencia de Lady Bug. Estaba tan distraído que no me percaté de que estaba al borde de la muerte, el akumatizado había lanzado un autobús al aire. Y por pura obra del destino ese autobús se dirigía hacía mí, no tuve tiempo a reaccionar. Cerré mis ojos con fuerza aceptando mi final, pero eso no pasó. Adrien me salvó del autobús, pero a un alto costo. Él había salido lasrimado, una de sus piernas estaba rota. Pero por mucho que le doliera el me sonreía, por el simple hecho de no hacer que me preocupe.  Empezaba a llorar levemente, por más que el me dijera que estaba bien, por más que sonriera yo sabía que no era así, era todo lo contrario. Sabía lo lastimado que estaba, sabía lo mucho que le dolía y eso hacía que me doliera a mi el doble. La culpa recaía sobre mí, después de todo terminó así por salvarme a mí, era mi culpa.

-- Perdon -- Dije mientras lloraba, él me miró curioso sin quitar su sonrisa.

-- No tengo nada que perdonarte, todo está bien --

-- ¡No está bien!, n-no me tomes por tonto, tu pierna está rota... ahora no puedes luchar... y es mi culpa -- La velocidad con la que caían las lágrimas empezaba a aumentar, eran casi incontrolables.

-- Si puedo luchar, sólo mirame -- Se levantó con la ayuda de su arma siendo Chat, todo sin dejar de sonreír, se estaba lastimando sólo para evitar que me preocupara, lo hacía todo por mi.

Estiré mi mano intentando alcanzarlo para detenerlo, pero fue inútil. Ya había empezado a caminar hasta el akumatizado, mis lágrimas no paraban de caer, y cayeron con mucha más fuerza cuando vi que el akumatizado se dirigía hasta él para golpearlo. Me sentía inútil, y es que realmente lo era en ese momento. No podía ayudarle a Adrien, él había sacrificado su vida por salvar la mia. Y yo no podía hacer nada para ayudarlo, me carcomía la culpa e impotensia, deseaba poder ayudarle. Cerré mis ojos con fuerza, no quería ver lo que era obvio que pasaría. Aunque tuviera los ojos cerrados las lágrimas no paraban de caer. Sentí que por un momento todo se paralizaba, sentí que el tiempo se detuvo, logré oír una pequeña voz que me gritaba desde el interior que luchara, que salvara a la persona que amaba. La principal duda que invadía mi cabeza era ¿Cómo?, ¿Cómo podría un inútil como yo salvar a Adrien?, pregunté a aquella voz en mi cabeza, para mi gran sorpresa aquella voz respondió Ya lo estás haciendo.

Abrí mis ojos al instante, y era verdad. En algún momento me puse frente a Adrien, cubriendolo del golpe que el akumatizado le daría, había bloqueado aquel golpe. No entendía cómo lo había echo, y al parecer Adrien tampoco lo entendía pues me miraba con una cara de sorpresa. Golpeé al akumatizado haciendolo retroceder, ya que estaba lejos me tomé el tiempo para analizar la situación, llevaba una especie de traje naranja. Amarrado a mi cintura había una flauta y en mi brazo derecfho había una especie de escudo, era pequeño. Pero al parecer podía hacerlo crecer a voluntad, pues con ese escudo había bloqueado el golpe del akumatizado.

-- ¿N-nath? -- Preguntó Adrien mientras se dejaba caer al suelo.

-- No podía quedarme allí sentado sin hacer nada cuando tú ya has echo demasiado por mí, y tu pierna rota es prueba de eso -- Dije para luego correr hasta el akumatizado, inentó golpearme pero yo dí un leve salto y le di una patada giratoria, nunca había luchado. No sabía cómo luchar, pero algún tipo de insitinto me guiaba, me decía que hacer. Me indicaba como luchar, luché contra él por unos minutos, luego sentí una extraña aura saliendo de su sombrero. Destruye el sombrero  Dijo la voz que me habló antes, le quité el sombrero con facilidad y lo rompí. Toma la flauta, yo te indicaré como tocarla, tomé la faluta de mi cintura, empecé a dejarme llevar. Mis dedos empezaron a moverse por instinto mientras soplaba, del sombrero salió una extraña mariposa, de la flauta salió una extraña melodia, una extraña burbuja roja encerró a la mariposa y absorbió la maldad que tenía. O eso asumí yo, pues la mariposa se hizo blanca, la burbuja desapareció y la mariposa voló libre.

Naranja Y Negro. Una Extraña Combinación 🐱💖🎨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora