Capítulo 5

2K 194 29
                                    

~Narra Adrien~

Era una tarde calurosa. Sentía que moriría de calor, aún más porque decidí ir caminando a la casa de Nathaniel. Las plantas de mis pies estaban quemándose, pues el suelo estaba lo suficientemente caliente como para hacer que mis zapatos se calentaran igual.

Al llegar a la casa del pelirrojo me quedé frente a la puerta dudando si debía llamar a la puerta o no. Las inseguridades empezaban a llenarme, intentaba ventilarme aunque fuera sólo un poco con mi mano. Quería que todo el sudor que había acumulado se fuera de una vez por todas.

Cuando ya estaba en un mejor estado llamé a la puerta, abrieron esta casi al instante. Frente a mi había una mujer pelirroja, muy parecida a Nathaniel por lo que supuse que era su madre.

— ¿¡Adrien?! — Su pequeño grito hizo que me sorprendiera un poco, y rascando la parte trasera de mi cuello y con una buena sonrisa decidí saludarla.

— Si, el mismo... ¿Se encuentra Nath? — Pregunté nervioso, en cuanto pregunté pude notar como ella se alejaba de la puerta dejando paso libre para que yo pudiera pasar.

— Claro, está en su habitación. — Al oír esto entré mirando al suelo y subí a su habitación.

Al entrar a la habitación pude ver la imagen más tierna que pude haber visto jamás.

Era Nathaniel, mirando con emoción una hoja de papel, al parecer era un dibujo y estaba orgulloso de haberlo terminado. Pero lo que le daba el todo de ternura a todo esto era la forma en que vestía en ese instante.

Llevaba puesta una camisa de tirantes que le quedaba un poco grande, le llegaba un poco más a abajo de las caderas, dando la impresión que era un vestido corto. Junto a esto llevaba un pantalón corto, un poco más arriba de sus rodillas. Su cabello, aunque estaba sujeto por una liga tenía unos pocos cabellos fuera de esta. Dándole un toque desordenado.

Cuando giró a verme su expresión cambio por una de sorpresa.

— ¿A-adrien? ¿que haces aquí?... Hoy es sábado, no hay apuntes que prestar —

Caminé hasta su lado sonriendo — Sólo quería visitarte, además quería además quería decirte que no te preocupes por como te conportaste ayer, no fue tu culpa. Imagino que estabas de mal humor. — Aclaré la situación, todo sin dejar de sonreír.

Su rostro cambio por una expresión melancólica, al parecer le hice recordar algo. ¿por qué nada sale como lo planeas?.

— ¿Te encuentras bien? — Pregunté sin ocultar la preocupación, la cual aumentó en cuanto él negó con la cabeza.

Me acerqué y le abracé, pegando su cabeza a mi pecho — Quieres... ¿hablar sobre eso? — Pregunté, ya sabía más o menos cual era la razón por la que se encontraba mal. Pero quería oírlo nuevamente, esta vez como Adrien y no como Chat.

Él correspondió a mi abrazo, esto hizo que me sorprendiera un poco. Al oír que estaba empezando a llorar lo abracé más fuerte pegando su cabeza a mi pecho, quería que dejara de llorar. Sin importar la forma que fuera.

Luego de que empezara a acariciar su cabeza él empezó a hablar, contandome lo de Marinette, lo mal que se sintió al tratarme tan mal.

Cuando paró de hablar siguió llorando, por lo que besé su cabeza levemente. Eso hizo que dejara de llorar. Tomé su mentón con mi mano y levanté su mirada, mirándolo a los ojos fui acercándome poco a poco a sus labios. Él no se movió, sólo se limitó a sonrojarse y mirarme a los ojos mientras yo seguía acercándome. Cuando estaba a punto de besarlo, a pocos milímetros de sus labios pude oír que alguien abrió la puerta de su habitación. Por los nervios me quedé así.

— ¡Alejate de mi hijo! — Era la voz de un hombre, por lo que dijo deduje que era su padre.

Me separé de Nath levantando mis manos en forma de rendición mientras el me apuntaba con un bate de baseball, estaba completamente nervioso.

— ¡Vete de mi casa! ¡mi hijo se casará con una linda chica!. ¡no dejare que lo toques! — Dijo señalando la salida con el bate.

Sin dudarlo salí sin bajar mis manos, el me siguió golpeando levemente mi espalda con el bate, incitandome a caminar mas rápido.

Y así fue hasta que salí de la casa de Nath, cuando ya estaba fuera empecé a reír  a carcajadas por lo acababa de pasar.

Cuando empecé a caminar hacia mi casa me sonroje de golpe. Recordando que estuve a punto de besar a Nathaniel. Y llegué hasta mi casa sin dejar el sonrojo

Naranja Y Negro. Una Extraña Combinación 🐱💖🎨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora