Capítulo 22.

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Pasaron varios días después del viaje, la madre de Nath no hacía más que molestarlo, sabía lo que hicieron ya que faltaba uno de los condones que ella le dio a su hijo, además la botella de lubricante no estaba completamente llena.

— ¡Para ya! — Gritó el menor ya desesperado levantándose levemente de la mesa donde estaban desayunando, sus mejillas estaban igual de rojas que su cabello, sus nervios eran bastante notorios pues cada vez que su madre hacía una insinuación o una broma sobre el viaje recordaba perfectamente lo que hizo con su pareja durante este.

— Pero responde esto, ¿te gustó lo que hicieron?~ — Preguntó con tono insinuante para luego volver a soltar una leve risa. Las mejillas del menor enrojecieron más, sí, ahora estaban aún más rojas que su cabello, tartamudeaba intentando encontrar alguna respuesta a esa pregunta. Para su suerte el timbre de la casa sonó, ese debía ser Adrien pues siempre iba hasta su casa para que fueran juntos a la escuela. El menor tomó aire intentando calmar sus nervios y empezó a caminar hasta la puerta para abrirla.

— Vamos, ve y abre rápido que llegó tu príncipe — Aquel comentario hizo que los intentos del menor por ignorar sus nervios se fueran por el caño, tragó saliva y abrió la puerta mirando al suelo para intentar que Adrien no notara su sonrojo.

— Buenos días tomatito — Saludó con una amplia sonrisa, luego soltó una leve risa por lo tierno que se veía su pareja, entró y lo abrazó con cariño y ternura para luego besar su cabeza. Tomó con una mano el mentón del menor e hizo que levantara la mirada, volvió a sonreír al verle el rostro sonrojado, los ojos de este eran cubiertos levemente por sus rojizos cabellos. Besó la frente del menor y luego robó un tierno beso de sus labios. Nath sentía que explotaría, su sangre recorría su cuerpo demasiado rápido gracias a lo acelerado de su corazón, sus mejillas estaban lo más rojas posible y su cuerpo temblaba levemente por los nervios. Adrien volvió a reír, se sentía el hombre más afortunado por tener aquella cosa tan tierna como pareja.

— Me gusta ver lo mucho que se aman pero van a llegar tarde a la escuela — Dijo la madre de Nath, a muy pesar suyo debía interrumpirlos pues ya era la hora de estudiar.

— Oh, claro. Lo había olvidado — Dijo Adrien separándose del menor, tomó su mano y empezó a caminar hasta su auto, no sin antes despedirse de la madre de Nath.

Cuando ya estaban por llegar a la escuela Nath ya se mostraba mucho más tranquilo, aunque iba abrazado a Adrien ya empezaba a acostumbrarse a esa cálida sensación y por esto mismo ya no se notaba tan nervioso como solía estarlo ante cualquier contacto con Adrien, al momento de bajar del auto vieron a Marinette acercándose, Adrien la miró un poco mal pero Nath simplemente la saludó en el momento en que ella lo saludó.

— ¿Puedo hablar con Nath un momento? — Preguntó ella un poco nerviosa. Adrien abrazó con fuerza al menor mostrándose protector y celoso, obviamente Adrien se negaría pero el que debía responder era Nath.

— Claro — Respondió el de cabello rojizo con amabilidad y se separó del abrazo de Adrien para luego ir junto a ella, le pidió a Adrien que se adelantará al salón de clases, el rubio hizo caso y empezó a caminar dentro de la escuela. Marinette le pidió a Nath que lo siguiera y este lo hizo, cuando llegaron a una zona de la escuela donde no habían personas Marinette se dio la vuelta, mirando fijamente al pequeño Nath.

— Supe que yo te gustaba — Dijo con un tono insinuante mientras se acercaba, Nath simplemente asintió con la cabeza sin dejar de verla a los ojos.

— Sí, me gustabas pero eso era antes de que conociera bien a Adrien, incluso llegué a odiarlo por un corto tiempo porque a ti te gusta él... — Lo último lo dijo casi en un susurro, se sentía mal al recordar lo mal que trató al rubio en ese tiempo.

— Hm... Un padre debe decepcionarse bastante de tener un hijo que le gusten los chicos. Más si es un padre tan exigente como lo es el padre de Adrien... — Miraba el suelo para luego mirar nuevamente a Nath mientras negaba con su cabeza. — Supongo que Adrien tendrá problemas con su padre cuando se entere de que tiene un novio en vez de una novia. No podrá tener nietos, mucho peor, Adrien no podrá casarse con una linda chica y tener una familia que lo haga feliz. —

Nath bajó su mirada, fijándola en el suelo. Ella tenia razón, si Adrien se quedaba con él tendría problemas, sólo le traería problemas a la vida de Adrien. Aquellos pensamientos lo lastimaban y hacían que considerara la opción de dejar a Adrien en libertad, sí... Libertad, porque Nath sólo seria una jaula, una jaula llena de problemas y tristezas.

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— ¿En serio confiarás en esa mocosa? — Dijo Plagg mientras flotaba al rededor de Adrien, no había problema con esto pues estaban en el baño y las clases ya habían empezado.
— No... Realmente no, pero Nath aceptó ir a habar con ella y no puedo hacer nada para detenerlo... — Respondió el rubio mirando el suelo levemente desanimado.

— Mira. El chico no me agrada, pero es compañero del kwami del zorro, así que si ustedes se separan eso significaría menos tiempo que pasaré con él. Y esa chica no me genera un buen presentimiento —

— ¿Estás insinuando que ella podría encontrar la forma que Nath y yo nos separemos? — Levantó su mirada, fijándola en el kwami que flotaba a su alrededor.

— Adrien, tu novio se nota a metros que su mente es débil, puedes hacer que piense una cosa fácilmente, aunque no sea verdad. Y esa chica está demasiado enamorada de ti, puede que planee algo. —

— Pero... ¿yo que puedo hacer? — Preguntó temeroso de lo que decía el Kwami fuera cierto. — No sé a sonde se fueron... —

El Kwami suspiró levemente y se acercó a la ventana que había allí — Mira, ahí están — Señaló el minino, el rubio se asomó y en el mismo instante que los vio allí corrió fuera del baño hasta llegar allí.

Al llegar estaba Nath de rodillas en el suelo, se veía bastante triste y Marinette estaba riendo pero al ver a Adrien llegar se quedó en silencio. El rubio se acercó hasta su pareja y lo abrazó con levedad para luego mirar con furia a la chica. — ¿Qué le dijiste? — .

— Nada que no fuera verdad — Respondió para luego volver a reír. Adrien abrazó con mayor fuerza a Nath, levantó su cabeza tomándolo con suavidad del mentón y al verlo a los ojos se preocupó más, se notaba que había llorado un poco y sus ojos parecían estar vacíos, como si estuviera en alguna especie de trance hipnótico. Adrien no lo dudó y besó con cariño los labios de Nath al mismo tiempo que lo abrazaba con mucha más fuerza.

— P-pero... ¡Yo soy mucho mejor que él! — Dijo Marinette cayendo en la desesperación, se sentía como una basura, la habían humillado nuevamente. No podía permitir eso.
— ¡Soy más amable, más talentosa que él!, ¡para lo único que es bueno es para llorar! — La desesperación la había consumido. — Sí... Hay algo que él nunca podrá igualarme — susurró para luego transformase en Lady Bug, frente a ellos, sin importarle que alguien más pudiera verla. — ¿Ves?... S-soy mucho mejor... —

— Todo esto sólo hace que te veas más patética... Caer en la desesperación, insultar e incluso revelar tu identidad sólo para intentar demostrar que eres mejor que alguien... Yo admiraba a la Lady Bug que se mantenía alegre y tranquila frente a todo, que por lo muy difícil que fuera la situación seguía ayudándole a Chat Noir, pero ahora eres todo lo contrario a eso. Mirate, y te darás cuenta que eres tú la que no le llega ni a los tobillos a mi tomatito. — Dijo todo eso mirando fijamente los ojos de Nath, esperando que este reaccionará. Suspiró y lo tomó en brazos, cargándolo estilo princesa y entró a la escuela con él en brazos caminando hacía la enfermería. Le había sorprendido que Marinette fuera Lady Bug pero en esos momentos estaba mucho más preocupado por el bienestar de Nathaniel.

Naranja Y Negro. Una Extraña Combinación 🐱💖🎨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora