Entonces comprendí que nada pasa porque sí, que todo lo que aparece repentinamente en nuestras vidas y nos golpea con una fuerza impactante, estuvo planeado todo el tiempo para nosotros.
Por su parte, Arturo y Clara estuvieron viviendo juntos, jamás se casaron y él nunca se marchó de Italia. Sebastián viajó mientras pudo, hasta que tres años después, Natalia volvió a quedar embarazada, eso hizo que decidiera establecerse en Milán, el lugar que le hizo sentir las más fuertes emociones.
En cuanto a Louis, se marchó con su esposa hacia Praga, donde pasaron su luna de miel y asistieron a diversos cursos de fotografía. Unos cinco años más tarde, intentaron formar una familia, una misión en la cual fallaron debido a que Louis era estéril, por lo que optaron por una inseminación artificial.
Una noche, cuando Arturo estaba en sus últimos días, fui a visitarle. Me contó historias magníficas de las aventuras que había experimentado con Natalia. También me relató su sueño de nuevo y como la primera vez, escuché atentamente. Mencionó además, que no se había sentido tan cerca del amor de su vida, desde que murió, hasta ese momento; y es que se enfocó tanto en cada detalle, que la sintió tan cerca como si aún estuviese aquí con él. Sin darme cuenta, el reloj corrió tanto hasta alcanzar la madrugada. Por lo tanto, salí de su recámara y me recosté a reflexionar hasta caer en un profundo sueño.
A la mañana siguiente, Clara me pidió que fuera a su habitación, donde encontré a Arturo muerto. Ella me informó que no me preocupara, ya que había fallecido sin dolor alguno y durmiendo. Mencionó que cuando despertó, tenía unas grandes ojeras, pero que eso no le había impedido utilizar la computadora; posteriormente, añadió que había estado un poco depresivo y que por ese motivo volvió a recostarse hasta dormirse otra vez. Es necesario recalcar que la mujer de mi padre me proporcionó su computadora portátil y fue allí donde encontré los mayores deseos del hombre de los ojos claros, como comencé a decirle con el tiempo.
Para concluir, posiblemente has adivinado, terminé escribiendo la historia de mi madre para cumplir los deseos del Sr. Di Gennaro, como lo llegué a conocer la primera vez desde la boca de Javier. Me tomó algunos días darme cuenta de lo que Arturo quería expresar con ese escrito hasta que caminando por la costa y observando fijamente ese yate que ahora me pertenecía, caí en cuenta de que necesitaba plasmar todo este romance en hojas de papel que, como alguna vez lo dijo él, posteriormente serían impresas. Así fue, la mañana en la que mi única hija cumplió 15 años, me dediqué a construir el libro que le regalaría.
En definitiva, aprendí la lección, mi padre tenía razón en todo lo que decía: "el amor es una condena y sólo algunos tienen el valor para cumplirla porque sólo algunos cometen el crimen de enamorarse". Correcto, el amor si es una condena, si te atrapa y no hay vuelta atrás, es completamente cierto. Pero hay un detalle fundamental en todo esto, una especie de secreto que descubres con el paso de los años y es que sólo tú tienes el poder de elegir si cumplirás tu sentencia de por vida porque al fin y al cabo, todos somos alguna vez, para bien o para mal, condenados por el amor.
Samantha
ESTÁS LEYENDO
Condenados por el amor |COMPLETA|
Ficção AdolescenteHoy estan enamorados y al día siguiente repentinamente estan condenados a estar solos. Únete a la condena de Natalia, Sebastián y todos los que rodean su mundo, enamorándote de cada una de las historias que se esconden detrás de los personajes de es...