Cosas pendientes

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Todo parecía vacío desde que Sebastián se marchó junto a su novia a recorrer el mundo. Arturo había decidido mudarse a casa de Natalia para estar con Samantha y fue uno de esos días mientras el hombre de ojos claros traía en sus manos otra caja de mudanza, cuando lo sorprendió una voz familiar desde su espalda; él se dio la vuelta para poder encontrarse nuevamente con esa dulce cara pálida.

- Hola – sonrió.

- No puedo creerlo – le devolvió el gesto.

- ¿Cómo has estado? Fui a tu casa pero Andrea me dijo que estarías aquí, así que espero que no te moleste que haya venido – explicó Clara.

- No, no te preocupes. Estoy feliz de verte. Quiero presentarte a mi hija. Ven, pasa – dijo sosteniendo la puerta para que la dama pasara. – ¡Sam! ¡Samantha, ven aquí!

- Ya voy. ¿Qué pasa? – respondió la pelinegra cansada.

- Ella es Clara. Es...

- Una amiga – interrumpió Clara extendiendo su mano a Samantha.

- Es un placer – dijo Samantha estrechando su mano con la de la mujer y seguidamente sonó el timbre. – Yo voy, debe ser Louis.

- Hola – dijo el fotógrafo al otro lado de la puerta después de que Samantha la abriera.

- Hola – tomó su rostro con ambas manos y le dio un pequeño beso en los labios.

- Wow. Que linda – sus mejillas se tornaron rojas.

- ¿Quieres pasar? – invitó Samantha.

- Ya que insistes – se encogió de hombros con una sonrisa.

- Mejor vayamos a la cocina. Arturo tiene visitas. Es increíble que apenas hoy se termine de mudar y ya alguien conozca su nuevo paradero – rio.

- Supongo que es un buen abogado – acompañó su risa.

- ¿Por qué tan temprano por aquí?

- Bien. Sam, conseguí que colocaran dos de mis mejores fotografías en una exposición.

- ¿Qué? – sonrió. – ¿Estás jugando? ¡Estoy muy feliz por ti! – lo abrazó.

- Gracias, preciosa. Pero esa no es la mejor parte. Quiero que vayas y presentarte a mis compañeros como mi novia.

- ¿En serio? – se separó de él para mirarlo fijamente a los ojos.

- Si, Samantha – plantó un tierno y apasionado beso en los labios de la chica. – Quiero que te pongas linda. Será una magnífica noche. Paso por ti a las 18:00. Puedes traer a Arturo o a quien desees. Ahora debo irme, hay cosas que tengo que hacer, mi niña.

- De acuerdo. Te acompaño a la puerta – dijo siguiéndolo hasta la salida. Después de despedirse de Louis, pasó por la sala, notando que su padre estaba a punto de besar a Clara, por lo que decidió interrumpir. – ¿Arturo?

- ¿Si? – dijo sobresaltado.

- Iré a casa de mi tía Julieta sino te importa.

- ¿Quieres que te lleve?

- Oh no, estás muy ocupado, así que conduciré. Adiós.

La chica tomó su abrigo y procedió a conducir hasta la casa de Julieta, donde la recibió Javier con un cálido abrazo. Samantha no podía evitar extrañar al pelirrojo ya que él había sido su padre durante todos esos años. Sin embargo, no quería dejar de intentar amar a Arturo tanto como a Javier.

Condenados por el amor |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora