No supe muy bien como actuar. Me estaba besando. Y yo, de alguna manera, le estaba correspondiendo. Sus labios sabían salados a causa de las lágrimas. Aquello me apenaba. Sus manos estaban en mis pómulos y las mías caían sobre sus caderas. Me sacaba medio palmo de altura, por lo que tuvo que agacharse ínfimamente. Separó sus labios de los míos lentamente y pegó su frente a la mía. Había parado de llorar casi al completo, y su pecho subía y bajaba más tranquilamente. Miles de diferentes pensamientos cruzaron mi cabeza, y supuse que Nicco los estaría oyendo todos. Le abracé con fuerza, porque llevaba esperando aquello por más tiempo del que creía.
***
-Cam. Ven. Ahora. Tenemos que hablar de mejor amigo a mejor amiga - le dije mientras le cogía de la manga y le separaba de Edrik.
-¡Eh! - exclamó Edrik con una sonrisa.
Reí.
-¡Te lo robo un rato! - le grité después de haber echado a correr con Cam de la mano.
Le llevé corriendo a mí habitación y ambos nos sentamos en el sofá. Nicco había tenido sueño, y se había quedado dormido en mi regazo después de... bueno... lo del beso. Le había tapado con una fina manta que había encontrado doblada sobre uno de los brazos de un pequeño sillón. Me habría gustado quedarme dormida junto a él, pero la estupefacción me lo impedía, por lo que, silenciosamente, me escabullí.
-Yo, que soy una buena mejor amiga, necesito hablar de algo con mi supuesto mejor amigo - comencé.
Cam me miró gracioso.
-No me puedo creer que todavía me guardes rencor por no contarte lo de Edrik - rió él.
Me mordí el labio inferior y comencé a juguetear con mis manos de manera nerviosa.
-Nico me ha besado - solté.
-¡Por fin! - me apremió Cam.
Le conté lo ocurrido extensamente, porque mi amigo, igual de entrometido que siempre, me había pedido muchos detalles. Yo, a cada dos por tres, soltaba alguna que otra risita característica de una adolescente rodeada de hormonas. Por primera vez, en mucho tiempo, volvía a sentirme como si estuviese en mi casa, pasando el rato con Cam, y charlando sobre nuestros amores platónicos. Volvía a sentirme como si nada hubiese pasado, y nosotros siguiésemos en la escuela, siendo gente popular. Nuestra conversación después de que yo le informase sobre mi extraña situación sentimental, pasó a ser sobre la suya. Y el que de vez en cuando soltaba risitas adolescentes era él. Yo, cada vez que lo hacía, me reía. Y, de repente, ambos teníamos mucha hambre, porque era casi la hora de la cena.
Cam y yo decidimos comer en el salón general. Edrik se nos unió después de haber visto hacia dónde nos dirigíamos, y Kim y Gabriel lo imitaron. Pero faltaba Nicco. Lo busqué con la mirada por los alrededores del comedor, pero no lo encontré, por lo que supuse que seguiría en su habitación.
-Ahora vuelvo - dije mientras desenlazaba mi brazo del de Cam, y echaba a correr hacía la residencia.
Cogí el ascensor para subir a su piso y me dirigí hacia su habitación. Me quedé quieta frente a la puerta, pensando. Llamé y después entré. No estaba en el sofá, dónde yo le había dejado, ni tampoco en la cocina.
-¿Nicco? - dije en voz alta, intentando que se me escuchase en todo el apartamento.
Nadie contestó, solo había silencio.
ESTÁS LEYENDO
La Reina Perdida [SC #1]
FantasyHola, soy Odette Thunderbolt, y esta es mi historia. La historia de la chica que veía cosas que los demás no veían, y hacía cosas tanto bellas como mortales. La historia de la chica a la que intentaban advertir, pero ocultaban la verdad. La historia...