Me levanté temprano al día siguiente, en los brazos de Nicco. Quería volver a ir a entrenar porque me ayudaba a desfogarme. La noche anterior los dos habíamos caído dormidos en tiempo récord. Le miré la cara, y pude ver que él también estaba despierto, y me observaba con una sonrisa espléndida en el rostro.
-Tenemos que levantarnos - le dije -. No te vendría mal entrenar.
Él asintió y se levantó después de mi. Cogí otro de los uniformes de entreno y, cuando Nicco se hubo cambiado en su habitación, nos reunimos en el hall y nos dirigimos al polideportivo. Yo cogí, como siempre, las dos dagas y los dos pequeños machetes que escondería en mis botas. Me recogí el pelo en una cola de caballo. Fui a programar doce robots para que ambos los combatiésemos, pero me encontré con el Jefe a mitad de camino.
-Tienes una misión, Odette Thunderbolt, y, viendo que estás preparada, saldrás ahora junto con Arlem, Niccolo, Vera, Katherine, Mikaela y Walter. Arlem os lo explicará todo en el aerodeslizador.
Asentí confundida y Nicco, que lo había escuchado todo, asintió conmigo. No sabía quienes eran Katherine ni Mikaela, y apenas había oído comentarios sobre Walter, por lo que rogué que no fuesen como Vera y se comportasen de manera más profesional. Nicco y yo nos dirigimos a la oficina del Jefe, donde Arlem nos guió hacia la estación de aerodeslizadores. Katherine y Mikaela eran hermanas gemelas, clavadas la una a la otra, sin ningún rasgo que las diferenciase, y Walter era un muchacho de unos 17 años, fornido y serio. Arlem nos lo presentó una vez hubimos despegado.
-El viaje será largo - nos dijo -. Nos dirigimos a una base militar exclusiva de cambiatonos que descubrimos hace un par de días. Parece la más grande del reino. Deberéis hacer lo que mejor se os da: luchar. No debemos dejar ni un alma viva. Eso asustará lo suficiente al rey.
Todos asentimos. Estamos en desventaja... Nosotros ocho, contra una base militar entera de gente perfectamente entrenada, pensé. No estamos en desventaja, me dijo Nicco, nosotros somos más poderosos que ellos y, teniéndote a ti, podremos matarlos a todos de sobra. Sonreí ante aquel comentario. El aerodeslizador era amplio en su interior, pero parecía minúsculo en el exterior. La sala de comandos era pequeña, pero la estancia principal, que era en la que nosotros nos encontrábamos, tenía una mesa con un mapa grande del reino extendido en el medio y nuestras sillas colocadas de manera cuadriculada a su alrededor. Vera, Katherine y Walton estaban frente a Nicco, Mikaela y yo. Arlem estaba de pie.
-Aparcaremos este trasto en el aparcamiento de aviones, avionetas y transportadores de ese estilo - nos explicó -. Después, Walter automáticamente apagará todas las cámaras de seguridad (unos de sus poderes es la electricidad) y, a partir de ese momento, deberéis comenzar a luchar. Tú, Odette, antes de abrir la compuerta, pararás el tiempo con Nicco y vosotros os encargaréis de arrebatarles a todos lo más rápido posible las armas de fuego y las dejaréis en la bolsa. Después de abrir las compuertas, atacaremos primero el lado norte e iremos tirando hasta haberla tomado entera, ¿alguna duda? - preguntó al final de su explicación, pero al ver que nadie decía nada, terminó: - Perfecto. Mucha suerte.
Y continuó observando el mapa tranquilamente. Según los cálculos de Nicco, el viaje duraría unas seis horas. Casi podía oír las respiraciones agitadas de todos los de aquella sala. Ni siquiera Vera nos miraba, iba más pendiente de que su tic nervioso cesase. Era evidente que nos habían cogido a todos por sorpresa, incluido a Arlem. La mayoría de nosotros teníamos la cara pálida y nos movíamos con nerviosismo sobre nuestros asientos. No sabíamos si aquello iba a salir bien, mal o peor que mal. Era mi primera misión de aquel estilo e iba muy acongojada. De hecho, se podría decir que la congoja me estaba causando muchas molestias. Estaba sudando mucho y creo que hasta me salieron ojeras. ¿Y si alguien resultaba ser herido de muerte? ¿Y si el plan no salía bien? ¿Y si nos encontrábamos con algo inesperado y nos mataban a todos? De repente, notamos un descenso y el aerodeslizador frenó en seco. Estábamos quietos.
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La Reina Perdida [SC #1]
FantasyHola, soy Odette Thunderbolt, y esta es mi historia. La historia de la chica que veía cosas que los demás no veían, y hacía cosas tanto bellas como mortales. La historia de la chica a la que intentaban advertir, pero ocultaban la verdad. La historia...