32. Apuesto joven✔

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Escucho una voz imponente, esa voz que hace que mi corazón palpite a mil por hora. Como angel caído del cielo Ryan viene a protegerme. Giro sobre mis talones para ver a Ryan detrás mío con un rostro desfigurado de la rabia.

Pablo suelta una risa sarcástica—Este es un asunto entre mi chica y yo—dice y el solo hecho de escucharlo decir que soy "su chica" me causa náuseas—no te metas rubito.

—Yo no soy tu chica y no tengo ni un asunto contigo—digo de inmediato.

Ryan está furioso, está fulminando con la mirada a Pablo, sus puños están cerrados con fuerza. Nunca habia visto a Ryan de esa forma, me da miedo ver esa nueva imagen en él.

—Si fuera tu "chica" —dice haciendo énfasis en la última palabra. —no hubieras intentado golpearla—se para frente a mi, cubriendome con todo su cuerpo como para protegerme.

Pablo sonrie con malicia, haciendo que Ryan se endurezca más.

—Recuerda que eres solo mia.

Ryan pierde el control e intenta golpear a Pablo, pero yo me pongo en el medio levantando mis manos para detenerlo. Pablo se empieza a reír, provocando más a Ryan.

—No lo hagas por favor—le suplico poniendo mis manos en sus mejillas.

Pablo rie mientras se aleja de nosotros.

—¿Ese imbécil es tu ex?—pregunta señalando a Pablo.

Bajo mi cabeza y mi corazón se encoge al recordar lo de Pablo. Ryan levanta mi rostro limpiando un par de lágrimas que se desplazaron por mis mejillas.

—No llores—besa mi frente—ese imbécil no merece tus lágrimas.

Ryan tiene toda la razón, Pablo no mereció ni merece ni una sola de mis lágrimas. Odio verme tan débil frente a él, es la segunda vez que me ve de esta manera

—Disculpame.

Ryan frunce el ceño.

—No tienes porque disculparte.

Ryan me abraza con delicadeza, como temiendo a que me rompa entre sus brazos, nunca nadie me había abrazado de esta manera. Nunca me habían consolado, mamá y papá nunca consolaron mis llantos y Andres era muy pequeño para entender mi dolor.

—Tu no entiendes todo el dolor y humillación que he pasado—digo entre sus brazos.

La humillación que sentí cuando me utilizó y amanecí en ese motel de mala muerte, recibir esas miradas de asco cuando salí del motel me hicieron sentir como la persona más sucia. Me dolió mucho saber que Pablo nunca me amó, que todo lo que hacia era porque queria ser el primero, fui una estúpida al haber creído en él.
Ryan no me entiende porque a él nunca lo han utilizado, él es quien utiliza a las chicas para llevarlas a la cama.

Ryan ganó mala fama desde que se hizo amigo de Dylan y los demás chicos.

—No me gusta verte así, mucho menos por ese idiota.

Me despego de su abrazo para poder mirarlo, sus hermosos ojos me miran con ternura, se ve adorable. Me regala una sonrisa triste, tratando de subirme los animos.

—Ya no me pondré así por ese idiota. Te prometo que desde hoy en adelante nadie me volverá a lastimar—digo con seguridad.

Yo siempre he dicho que confiar en las personas es darle el poder de lastimarte. Yo confío en Ryan, me ha demostrado que es buena persona, que no es tan imbécil como creia. Ryan se ha ganado mi confianza, pero temo que me lastime, que me pase lo mismo que me pasó con Pablo.

—Y yo te prometo que no dejare que nadie te lastime—besa mis manos y entrelaza nuestros dedos—ahora vamos.

Mil corrientes eléctricas recorren todo mi cuerpo eliminando todo el dolor que sentía, se instala una agradable sensación en mi pecho, amo esta sensación. Sólo con Ryan descubro nuevas sensaciones.

Desde que llegasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora