Capitulo 29: Asi da gusto despertar.

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Me había despertado con los primeros rayos de luz que entraron por mi ventana, giré mi cabeza hacia la mesilla y aún el reloj indicaba las 7:30 de la mañana, aún tenía tiempo por delante para dormir, y más aún después de haber pasado una noche tan ajetreada y tan fructífera, pero por misterios de la vida, aún habiendo dormido solo un par de horas no tenía sueño.

Me levanté de la cama, necesitaba beber un poco de agua y nada más entrar en la cocina me acordé, ¡El pollo! Me había dejado el pollo metido en el horno.

Fui directa hacia él para ver cómo estaba pero para mi sorpresa el horno estaba apagado y el pollo en su punto, esta Malú estaba en todo, aunque seguro que al pasar las horas ya no estaría tan bueno como si estuviese recién hecho.

Cogí mi botella de agua y de nuevo me adentré en mi habitación, me quedé en el cerco de la puerta observando esa imagen que tenía delante de mi, parte de la ropa de Malú esparcida por el suelo, y ella desnuda en mi cama cubierta por una fina sábana después de pasar la mejor noche de nuestra vida juntas.

Esto lo tenía que guardar para siempre.

Fui al salón en busca de mi bolso, donde diantres lo habría metido, pero lo encontré y saque de el mi smartphone, fui a la habitación e inmortalicé esa instantánea tan especial que tenía ante mis ojos.
Nuestra primera noche después de hacer el amor juntas, así daba gusto despertar.

Me metí en la cama con ella, y la observé, no sé por cuanto tiempo, y esque se veía tan sumamente bien con sus ojitos cerrados y esa cara de no haber roto un plato en su vida que era imposible apartar la mirada de ella, pero para cuando me di cuenta, yo ya me había dormido y el despertador estaba sonando para comenzar un nuevo día de trabajo.

Me levanté sin hacer mucho ruido, no quería despertar a Malú, y me metí en el cuarto de baño para darme una ducha reconfortante por la mañana.

Llevaba un rato dentro cuando escuché la puerta.

-¿Qué haces despierta tan pronto gorda?- me pregunto Malú.

-Bueno, cuando se habla de trabajo me gusta ir con tiempo y hacer todo tranquilamente.

-Pero si no son ni las nueve y ya estás en pie- empezó a bostezar.

-Venga boba, ve a dormir, yo ahora salgo y me tumbo un rato contigo si quieres.- dije enjabonandome aún el cabello.

-¿Y porque no mejor me quedo aquí contigo?- noté enseguida que se había metido en la ducha conmigo y me estaba dejando besos por la espalda.

-¿No tienes sueño?

-Creo que ya no, alguien me lo ha quitado por completo para darme ganas de otra cosa-ella seguía con sus besos por mi espalda y mis hombros mientras yo seguía con mis ojos cerrados y mi suavizante.

-¿Ganas de que?- me giré hacia ella para poder dejar que el agua cayera y me quitara el jabón del pelo y a su vez tenerla frente a frente.

-Ganas de ti, ganas de besarte- empezó a hacerlo- ganas de decirte que te quiero, ganas de rozar tu piel- empezó a subir y bajar con sus manos por mis brazos lentamente- tengo ganas de todo.

-Por lo que veo, no solo tienes ganas, si no que también tienes mucha energía por las mañanas, ¿No princesa?

-Si es para despertarme a tu lado siempre tendré energía.

Y allí, en medio de mi ducha matinal, fue donde Malú quería continuar nuestra guerra de besos que anoche se vivió, y donde queríamos ser nuestras de nuevo, sin ninguna contemplación, simplemente queríamos aprovechar el tiempo perdido al máximo y tanto ella como yo teníamos muchísimas ganas de hacer el amor una y otra vez sin tener miedo alguno a cansarnos, porque sabíamos que eso no iba a poder pasar.

Nuestro amor será infinitamente eternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora