Capítulo 3 ~La curiosidad de la primera noche

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Anneliese miro al techo, No había pasado más de seis horas desde que estaba ahí, en esa casa. Jeff aun pensaba en lo que recién había pasado, ¿Cómo rayos término en ese punto? ¿Por qué su mente no podía imaginar a alguien mayor? Pero, sobre todo, ¿Ella era realmente una niña?

Antes había tenido problemas con criaturas extrañas, quien sabe, tal vez la niña era otra cosa, cabía la posibilidad de que fuera enviada por alguien, de las muchas personas o "seres" Con los que tuvo problemas en algún momento. en este punto de su vida, aun teniendo la corta edad de dieciocho años, todos estos pensamientos, incluyendo lo que le dijo la niña, eran posibilidades, porque bueno, Todos lo que lo han hablado con el saben que él no está dentro del estatus de "cordura" De una persona normal.

Jeff miró el reloj, ese viejo reloj de batería que llevaba tiempo en esa casa, nunca lo tocaba, solo si necesitaba baterías nuevas. él pudo notar que eran las 5:42 P.M. El día era aburrido, y no había hecho más que pensar en el transcurso de las horas. Anneliese, había hecho lo mismo, no tenía nada más que hacer, que no fuera pensar en su pasado, y en cómo había terminado en semejante situación, que parece ser mala si las ves desde un punto diferente al de ella, ya que, en su caso, la situación en la que se encontraba era la de una princesa si la comparas con la que vivía antes de eso.

—Al menos ya no estoy tan sola. — Susurró Anneliese.

...

"Aún recuerdo aquel momento, ese en el que decidí que me iría de ese lugar para siempre. El día estaba nublado y como siempre, las peleas entre mis padres estaban que sacaban chispas. No sé porque, pero, aunque nunca fue buen padre, sé que en el fondo me quería. El problema verdaderamente era ella, la mujer que me dio la vida, La misma que en algún momento me tuvo en sus brazos, la que en algún momento me demostró su amor, por obras del destinó se transformó en un monstruo.

No sé cómo, a veces ni lo quiero saber, pero ya perdí la esperanza de encontrar a esa cálida y amistosa mujer que fue en algún momento.

Puede parecer que no la amo, pero, aun cuando mi cara se llene de moretones, aun cuando las heridas emocionales crezcan cada día más, No soy capaz de lastimarte.

Te amo mamá, perdon si el primer error lo cometí yo"

Entonces Anneliese despertó. Se dio cuenta de que estaba en la misma dura cama de la noche anterior, cubierta por sábanas y cobijas sucias. Entonces, se levantó cuidadosamente tratando de no hacer ningún ruido, ni siquiera quería que se escuchase el ruido hueco de la madera podrida del piso de la cabaña. Entonces miro el reloj, 3:36 A.M. ¿Enserio había dormido por tanto tiempo?

Ella no lo sabía, pero si de algo estaba segura, es que fue lo suficiente como para no recordar la hora a la que cayó en los brazos de Morfeo.

La pequeña caminó lentamente a la pútrida cocina, busco un viejo y duro pedazo de pan. Lo comió un poco desesperada, pero un poco más lento que la primera vez que comió en esa casa.

Como era casi de esperarse, Jeff no estaba por ningún lado. Anneliese volvió a la habitación, con la misma tranquilidad con la que salió de ella, sin hacer ruido alguno, casi como si no quisiera despertar a alguien aun cuando ella misma sabía que nadie más que Jeff y ahora ella, habitaban esa casa.

Entonces, Anneliese se retiró con cuidado una pulsera que llevaba en su brazo, dejándola caer de manera accidental por debajo de la cama. Anneliese bajo de la cama suavemente para tomarla de nuevo, cuando se dio cuenta de que había una pequeña caja de metal ahí. Anneliese la saco, golpeando otra junto a esta, pero esta última hecha de cartón. Casi por curiosidad, tomo ambas para ver su contenido.

La caja de cartón, que parecía ser de zapatos, Estaba llena de dinero, ¿Por qué tendría tanto dinero en esta caja? Tenía billetes regados por toda la habitación, ¡Y ni siquiera se molestaba en gastarlos! Realmente esa caja no tenía ninguna utilidad. Entonces, abrió la siguiente, era lo que parecía ser una lonchera, algo vieja y oxidada, pero por suerte, la cerradura aún estaba pasable y podía abrirse. Estaba a punto de ver el contenido de dicha caja, tenía miedo, la sensación que le transmitía esa caja era extraño, tanto, que su corazón estaba a punto de salirse por su boca.

Entonces, en medio de la tensión, Anneliese escucho un golpe seco en la madera, alguien había entrado a la casa, probablemente, Jeff. Anneliese no perdió ni un segundo, y puso ambas cajas en su lugar, para después fingir que seguía dormida en esa cama.

Jeff, entró a la habitación, traía en ambas manos bolsas cubiertas por sangre, que dejo junto a la puerta al entrar. miro a la niña aun durmiendo

—Dios, como puede dormir tanto— Dijo.

Jeff se sacó la polera, y tomo algo color negro, parecido a unos lentes, y con esto se cubrió los ojos. para finalizar, se acostó en la vieja cama.

Anneliese, por alguna razón, comenzó a sentir un gran temor. Es más, ella conocía esa razón, Mas, por alguna razón su mente le impedía recordar. Sintió el aliento de Jeff cerca de su nuca, y justo después escucho un grave y largo ronquido.

Anneliese, había perdido el sueño, y continuar acostada ahí parecía un poco estúpido. bajo de en la cama con la misma delicadeza que la última vez. La niña tenía la intención de tomar la caja de nuevo, pero, pensándolo bien, el material era ruidoso, y no tomaría el riesgo de que un asesino la atrape husmeando entre sus cosas.

La niña salió de la habitación buscando el baño ya que recién había sentido un cosquilleo que indicaba que tenía ganas de hacer algo. Y así, la niña busco no por mucho tiempo el baño, pero claro, al encontrarlo fue casi lo que ella esperaba, solo que un poco más sucio, pero al final, era de esperarse.

Anneliese hizo lo que tenía que hacer y salió de ahí.

Casi al instante de que salió, escuchó un ruido provenir de la cocina. Anneliese puede tener espíritu y valentía, pero no carecía de miedo. camino con paso lento a la cocina, esperando encontrarse con algo que la hiciera poner los pelos de punta...

Pero no, parecía que el ruido lo había producido una pequeña rata. Anneliese, un poco más tranquila, salió de nuevo y se recostó en el sofá, ahí, solo observó el techo, tratando de pensar, tal vez en algo que despejará su mente, tal vez en algo que la hiciera sonreír.

—¡Anneliese! — Exclamo alguien entre las sombras

Lost in Confusion ~Jeff The Killer~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora