Lost in Confusion ~Jeff The Killer~

Capítulo 22~ Los golpes mas duros.

(Nota: este capítulo toca temas que no son apropiados y no todo el mundo estará gustoso de leer. Es parte vital de este, así que pido que lo lean bajo su propio riesgo.)

El asesino se encontraba en un bar pidiendo una botella tras otra y tras otra.

—Ey Chico, creo que ya has bebido demasiado. — Le recriminó el hombre del bar que llevaba una gasa en el ojo, un poco enrojecida, como si hubiese tenido una pelea recientemente.

Jeff, se cubría la sonrisa con una bufanda, y sólo la bajaba para beber. observó al hombre. El parecía ser un cuarentón de barba tupida y una cara que de mala muerte. Pero al final, un simple hombre bueno que atendía en un bar donde se encontraba a todo tipo de mala gente.

—¿Te importa? — Dijo Jeff refunfuñando. — Te las estoy pagando, así que se buen tipo y tráeme otra más. —

El tipo miró a Jeff con cierto desagrado.

—Esa actitud no la acepto en mi local, joven. — Respondió el sujeto amenazante.

Jeff levantó la mirada, golpeo la mesa con la botella que tenía en sus manos y tomó al sujeto por la camisa.

—¿Crees que mínimo me ha llegado a importar como la gente cree que es mi actitud? — Preguntó el furioso asesino.

El hombre se soltó de las manos del asesino. Todo el mundo había quedado cayado ante el comportamiento de aquel misterioso joven.

—Debo pedirte que te retires. — Dijo llamando a unos compañeros a señas. — O te sacaremos a las malas. —

El asesino bebió un último sorbo de la botella y salió del bar echando algunos gruñidos al salir de éste.

Caminó por la ciudad, la noche era mucho más fría que en otras ocasiones. Comenzó a tiritar por el frío, a la par que se rodeaba los brazos en su cuerpo para conservar calor.

Entonces, justo cuando estaba resignado a volver a su hogar, observo a un hombre con un gran suéter café.

El hombre fumaba un cigarrillo en la calle pacíficamente, sin miedo a que algo malo le pasase.

—Me gusta tu suéter. — Escuchó a alguien aquel hombre, una voz ronca que provenía de atrás de él.

El hombre volteó, sobresaltándose al ver la cara del asesino. Su mirada lo penetró tanto que lo dejo helado, y por un segundo pensó que todo era producto de su imaginación, haciendo que soltara una risa irónica.

—Hablo enserio. — Replicó el asesino.

Después de un par de minutos, Jeff portaba un suéter que lo cubría un poco más del frío, y detrás de él yacía el cuerpo inerte y frío del hombre que sólo había salido de su hogar a fumar un cigarrillo.

Y pasaron los momentos. Jeff seguía en camino a su hogar. Después de caminar un rato por el bosque, observó su pequeña cabaña estaba cerca.

La contempló un poco, ya hacía falta que el asesino le pusiera unas cuantas tablas nuevas.

Caminó con rumbo a su hogar, abrió la puerta con cuidado se no despertar a la menor. Pero ingrata fue su sorpresa, al ver que la menor se encontraba durmiendo en el viejo sillón, acostada plácidamente en las piernas de Jack, y por lo que podía ver, este descansaba también, acariciando suavemente el cabello de la joven mientras él reposaba su cabeza en el soporte para su espalda del sillón.

Jeff, indignado por la situación, corrió a la cocina por un vaso de agua, para volver y verterlo sobre la cara del joven sin ojos.

Este al instante reaccionó, moviéndose, pero sin dar ningún reclamo o grito recordando que la menor se encontraba en sus piernas.