Lost in Confusion ~Jeff The Killer~

Capítulo 7~ ¿De quién has heredado las mentiras?

—Muy bien señora Reggenold— Dijo un Detective dando un sorbo a su café —¿Como era su relación con su hija? —

—Por Favor, llámeme, Tiffany— Respondió la mujer sonriendo de oreja a oreja.

—Muy bien, Tiffany ¿Como era su relación con su hija? — Repitió el oficial.

—Era buena, pero desde la muerte de su padre se enfrió un poco, ese suceso fue algo que la dejo destrozada— Contestó tocando su rostro con su mano abierta.

—Muy bien, ¿Como se llevaba con sus compañeros en la escuela? — El oficial anotaba en su libreta.

—Bien–Respondió haciendo una pequeña pausa para beber su café. —o al menos eso tengo entendido yo—

—¿Tenia Amigos? —

—Si, ninguno de ellos más popular que ella, pero igualmente tenía muchos amigos— La angustia en la voz de la mujer sonaba un poco quebrada.

—¿Que creé que la impulso a irse? —

—No lo sé. No estamos mal posicionadas en el margen social, ni mucho menos económicamente, además, mi esposo y yo hemos tratado de ser los mejores padres del mundo, lamento no haber tenido éxito en mi tarea—

—¿Su esposo tiene una buena relación con su hija? —

—Desde mi perspectiva, si— La mujer apretó los puños.

—Muy bien señora Reggenold, gracias por su atención, volveremos en unos días si tenemos noticias de su hija— Concluyó el detective.

—Gracias a usted, no sabe cuanta esperanza me da, con un detective tan determinado como usted, no dudo que mi pequeña y amada Anneliese vuelva a casa— Concluyo la mujer con esa misma sonrisa con la que recibió al hombre en su casa.

~~~~~~~~

Jeff despertó oliendo algo desde la cocina. Ese olor le era familiar... Era una comida simple, pero al mismo tiempo tan sabrosa. Se levantó de la cama y camino a la cocina, donde como era de esperarse, se encontró a la joven Anneliese dentro de esta.

La pequeña estaba preparando un sándwich, pero no de una manera normal, estaba utilizando la vieja chimenea para cocinar, había encendido un fuego dentro de esta, y con una varilla incrustada en el alimento, lo estaba cocinando dentro de este.

—¿¡Pero que estás haciendo pequeña idiota!?— Gritó mientras corría a apagar la llama.

Jeff le retiró de las manos la varilla de metal y la posicionó en la mesa.

—¡Pero! ¡¿qué te pasa por la cabeza?! ¡Que no te das cuenta de que puedes incendiar el lugar! — Gritó sumamente enojado

—Eso fue idea tuya— Respondió la menor con una mirada de culpa— Recuerda que solo existo para ti—

—¡Por favor! — Exclamo Jeff sujetando un Brazo de Anneliese—¡No empieces con eso, yo nunca haría una estupidez tan grande como esa! —

—¡Suéltame! — Gritó la pequeña.

—¡No! ¡Es suficiente jovencita! —Dijo poniéndose a caminar mientras sujetaba a la menor

—¡A donde me llevas! — Dijo Anneliese soltando ya unas lágrimas.

Esta vez Jeff no respondió, solo llevó a Anneliese afuera. y después abrió una puerta trampa en el suelo. Tiro a la niña ahí y saco su cuchillo.

—Te quedarás ahí— Dijo Empuñando el cuchillo y apuntando a la cabeza de la menor. —Considera este tu castigo niña tan terca—

Anneliese se quedó inmovilizada dentro de ese lugar, entonces Jeff cerró la puerta detrás de ella, y la dejo hundirse en la tenebrosa oscuridad.

La pequeña comenzó a llorar en voz baja dentro de aquel lugar, rodeo sus piernas con sus brazos, y se protegió a sí misma en un abrazo. Ella sabía que se la pasaría así de mal viviendo con un asesino y aun cuando se prometió a sí misma no llorar, a veces las lágrimas eran su única compañía. Pero como siempre; De todo lo malo que podía pasarle al lado de Jeff, nada se compararía al tormento que era vivir con Ella.

La pequeña se hundió en sus pensamientos hasta quedarse dormida.

~~~~~~

Ya habían pasado 3 horas, y para Jeff habían sido las horas más solitarias que había pasado desde que llegó Anneliese

"Tal vez fui un poco duro"

Pensó. Pero ese pensamiento fue reemplazado al instante, ya que realmente, el no sentía culpa de nada. Pero, al fin y al cabo, parecía que ya era hora de sacarla de ahí.

El camino de nuevo hasta el lugar donde había encerrado a la menor, y sin mayor preámbulo abrió la puerta de ese sótano. Miro a la pequeña dormir plácidamente en el suelo, así que aprovechó la oportunidad. Cerró la puerta trampa con cuidado de no despertarla, pero procuro no poner ningún seguro, después, solo se retiró del lugar.

~~~~~

La luz de la luna se asomó por una abertura en la vieja puerta de madera, y le dio justo en la cara a Anneliese. Antes de que pudieses pronunciar cualquier cosa, la niña despertó. La puerta estaba semi abierta, lo que le hacía pensar que tal vez Jeff la había abierto hace un rato. Anneliese salió del lugar y miro la luna posicionada justo en medio del cielo, tal vez ya era más de la media noche. Ella siguió su camino, buscando la entrada a su hogar hasta que lo encontró. Estaba a punto de abrir la puerta, hasta que escuchó un par de ruidos extraños provenir de dentro. Se preocupó un poco por Jeff, pero al mismo tiempo trató de retirar un poco esa preocupación, al final de todo, Jeff sabia defenderse.

Abrió la puerta con cuidado, y camino tratando de no hacer ruido, Pero los ruidos se intensificaban a medida que caminaba a la habitación. Eso preocupó un poco más a Anneliese, pero no por Jeff, si no por ella misma y su salud mental. Abrió levemente la puerta del cuarto, aun cuando ya sabía que se encontraría del otro lado, porque efectivamente, como ella pensaba, esos ruidos eran gemidos de placer.

Al mirar dentro, pudo ver a Jeff con una mujer de apariencia "Sexy" pero como una completa zorra.

"De seguro una prostituta."

pensó un poco rabiosa.

Observó como Jeff lamia suavemente el cuello de aquella mujer, mientras esta enredaba sus dedos en el cabello de este. Anneliese se enojó por las acciones de Jeff, porque además de haberla dejado sin comer y encerrada en la obscuridad un día entero, él estaba disfrutando a lo grande con una mujer. ¡No, eso no lo iba a permitir!

—¡Jeff! — Exclamó Anneliese abriendo la puerta de golpe.

La mujer y Jeff dejaron lo que estaban haciendo para posicionar sus ojos en la menor, y aun un poco sonrojado, Jeff la miro con furia.

—¡Eres un idiota! — Dijo la pequeña entre lágrimas, y salió corriendo a donde Jeff no la pudiese encontrar.

—Esa mocosa...— Susurro Jeff.

La mujer trató de tranquilizarlo volviendo a lo que estaban, ella lo beso con pasión, pero este no correspondió. Tomo el cuchillo del taburete junto a la cama y lo clavo en la mujer. Después del primer gemido de dolor, Jeff repitió la acción, una y otra, y otra. y otra vez. hasta que la mujer dejo de moverse. El tiro el cadáver al piso y siguió recostado en su cama con una mirada llena de furia.

—Esta vez me las pagará. —