Capítulo 4~ ¿Donde se oculta el monstruo?

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Anneliese volteo a mirar un poco asustada a la esquina de la habitación, tratando de encontrar de donde provenía la voz. Tal y como se lo imaginaba, no había nadie. ¿Han sentido ese miedo de escuchar un ruido o una voz detrás de ustedes, y cuando voltean no hay absolutamente nada? Pues eso fue lo que sintió Anneliese. La indefensa niña se armó de valor y camino a paso lento por la habitación, porque no se iba a quedar así, ella estaba segura de haber escuchado algo. La pequeña llego a la esquina de donde creyó haber escuchado el ruido, pero no encontró nada. Entonces, se dio la vuelta, encontrándose con una horrorosa sorpresa.

No sabe qué fue lo que vio realmente, no siquiera si eso fue real, pero ella jura haber visto a una niña exactamente igual a ella, solo que, con ropa aún más sucia, y con sangre cayendo de sus manos. La niña paso corriendo demasiado rápido como para notar sus rasgos faciales.

Anneliese, después de un momento en shock, Se echó a correr de nuevo a la habitación. Justo al pasar por la puerta, sintió un aire frío rozar su mano suavemente, así que no perdió más tiempo, aun con Jeff ahí, se enredó en las sabanas y se quedó dormida.

...

La pequeña despertó justo cuando los primeros rayos de la mañana aparecían, Le dieron justo en la cara, así que no tardó mucho en levantarse. Justo a momento en el que puso un pie en el suelo, sintió un pequeño jalón en su ropa, y giro la cabeza lentamente, para encontrarse con la cara sonriente y un con un poco de baba escurriendo de Jeff.

—¿Porque me tomas de la ropa? ¿Necesitas algo? —Preguntó Anneliese.

Jeff se retiró el antifaz de los ojos y la miró un poco cansado, después dio un largo y ruidoso bostezo, Y para concluir, dio un estirón, Todo esto para acabar pronunciando unas cuantas palabras.

—Ve a Ducharte— Dijo aun algo adormilado.

Anneliese, Sorprendida por lo que el joven acababa de decir, se puso de pie y lo miro a los ojos.

—¿A qué viene eso? — Pregunto.

—Dormí contigo hoy, y si algo note, es que hueles peor que las bolsas con sangro que tiré ahí atrás, no sé qué tenga que ver contigo, o si eso te caracteriza, Pero al menos date una ducha, quiero saber si eso arregla un poco tu olor— Dicho esto, Jeff procedió a levantarse También.

Anneliese, se tomó la falda y la apretó en sus manos con fuerza, eso que Jeff acababa de decir, la apenaba, es verdad que estaba sucia, hace más de una semana que no se bañaba o cambiaba su ropa.

Anneliese hizo caso a la indicación que le dio Jeff, y entró a la ducha para darse un refrescante baño de agua helada.

Mientras el agua caía suavemente por su piel, Anneliese se puso a pensar en lo ocurrido anoche, La niña corriendo por ese lugar... Todo fue tan tonto e irreal, y después de darle algunas vueltas al asunto, cayó en la conclusión de que todo fue creado por su mente.

Casi en el momento en el que esta planeaba salir, escuchó que alguien la llamaba

—¡Anneliese! — Gritó Jeff desde la puerta del baño.

—¿Qu-Que quieres? — Respondió la niña.

—Te dejaré esta ropa afuera, espero que te quedé, no dejaré a una parte de mí, este sucia y mal vestida— Término por decir Jeff.

Anneliese término su baño, y sacó cuidadosamente una mano y tomó la ropa que Jeff había dejado ahí.

Olió la ropa, estaba limpia, y olía a detergente. Anneliese colocó la ropa suavemente sobre sí misma, dándose cuenta de que le quedaba casi a la perfección. Después, tomo su ropa sucia y la puso en lo que parecía un cesto, y salió de la habitación de baño.

Jeff la esperaba en la sala. Anneliese lo observó con atención, Jeff llevaba puesta una camisa algo vieja, con unas letras casi indistinguibles, unos pantalones no más nuevos que su camisa, y no traía zapatos. su cabello estaba alborotado, obviamente porque recién se había levantado, y para darle un toque más tonto a la escena, en sus manos traía una botella de Alcohol barato.

—¿No eres muy joven como para destrozarte la vida tomando eso? — Preguntó Anneliese.

—¿Que no se supone que eres parte de mí? Se buena y quédate callada— Dijo Jeff, dándole un sorbo a la bebida.

—Si, y hasta tú sabes, como yo sé, que eso te está matando— Dijo Anneliese cruzando los brazos.

—¿Que no te dije que te quedarás callada? — cuestionó Jeff tomando un objeto del suelo.

—Si no me callo, es porque sabes que digo la verdad— respondió Anneliese enojada.

En ese momento, Jeff subió su cuchillo y lo colocó en el cuello de Anneliese. Apretó el cuchillo en el cuello de la menor, más con cuidado de no enterrarlo, mientras lo movía suavemente. Una gota de sangre se derramó de esta casi al instante.

—¿Así que solo eres mi inocencia? Entonces dime, ¿Como un producto de mi imaginación puede sangrar? — Dijo Jeff presionando levemente más el cuchillo.

—N-N-No se— respondió sumamente asustada.

—¿Que eres realmente? ¡Alguien te envió a matarme cierto! Puedo estar loco...Pero no soy estúpido—

Jeff quitó el cuchillo del cuello de la pequeña, Anneliese estaba inmóvil. Jeff puso el cuchillo al lado de la pequeña, y con intención de asustar más a su víctima, lamió la herida en su cuello, y sin ningún remordimiento bebió la sangre que había lamido. Anneliese comenzó a temblar del miedo, la prepotencia de no saber que pasaría después. Entonces Jeff, se hecho a reír.

—¿N-No vas a matarme? — Preguntó Anneliese.

—Ya me tienes harto... eres una niña terca, y sumamente estúpida... No te quería conmigo en un principio, y no te quiero ahora, ¿Eres real? ¿enserio eres un producto de mi retorcida mente? No sé, y en este momento tendrás que responder todas mis preguntas... claro, eso si quieres seguir viviendo—

Anneliese no respondió, el miedo la tenía sin palabras. Jeff no soportó más, tal vez era la hora de matarla, pero con temor a que tal vez ella dijese la verdad, y este se hiciera daño a sí mismo, Decidió tomar una medida desesperada. Tomó a la niña de un brazo, y la saco a duras penas de la casa. La llevo del brazo por el bosque, buscando algo, más bien, a alguien. llegó a un lugar, en el que se podía respirar el frío Aire de la muerte. No era un cementerio, Pero la escalofriante niebla que rodeaba esa casa, la hacía parecer uno. Jeff arrastró a la niña hasta ese lugar, y comenzó a golpear la puerta con fuerza. Entonces, se escucharon pasos provenir de dentro de la misma, pies de alguien grande golpeando la madera. Entonces salió, un hombre, (por llamarlo de alguna manera, ya que este ser no parecía ser humano) Alto, tal vez 1.85, más o menos la estatura que también tenía Jeff, Con la piel grisácea, y portando una máscara, la cual inútilmente ocultaba ese par de cuencas vacías en la zona de sus ojos.

—Eyeless Jack, ¿Cuánto tiempo no? — Dijo Jeff con la furia aun en su tono de voz.

—¿A qué se debe tu visita Jeff? ¿Acaso vienes a cobrar los favores que supuesta mente te debo? — Dijo el hombre, mientras se apoyaba en el marco de la puerta.

—Dime, ¡¿Hay una niña aquí? —Pregunto Jeff.

—¿Niña...? — Dijo Jack mirando a la menor detrás del asesino.

—Si, la que estoy sujetando con una de mis manos, ¿Está aquí? — Replicó Jeff.

Jack se quedó perplejo por la pregunta de Jeff, Jack no podía ver como una persona común, pero sentía y su mente creaba sombras de colores espectrales, como un aura de cada persona, era evidente que había alguien más con Jeff, es decir, era obvio que había una niña o al menos eso parecía. Cuando Jack estaba a punto de decir que sí, había una niña, sintió que sus ojos estaban tristes, preocupados, aun cuando él no tiene ojos, la podía sentir, podía sentir su dolor, sabía que la niña tendría un destinó cruel si decía que sí. en pocas palabras, el destinó de la pequeña estaba en la respuesta que le daría...

Lost in Confusion ~Jeff The Killer~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora