Epílogo.

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"¡Hola, señor Salazar!

Se preguntará, ¿Por qué le escribo esta carta? Si recién fue por mí a la estación, y se supone que pasaremos un fin de semana entero juntos por su cumpleaños.


La respuesta es más complicada de lo que parece, ¿Sabe?


Hace años, usted me rescató de lo que posiblemente pudo ser mi fin. Pero vaya, eso estaba lejos de ser mi fin. Mi fin verdaderamente estaba con mi madre, en donde lo más posible es que me suicidara antes de cumplir la edad para firmar los papeles para otorgarle el dinero que mi padre no había deseado darle. Esa mujer le dejaba un mal sabor de boca a todos ¿Cierto?
Cuando murió, una parte de mi sintió paz. Era como librarme de todos mis conflictos emocionales. Muerto el perro, se acabó la rabia, dicen por ahí.


Señor, usted no sabe cuánto bien y cuanto mal me hizo. En mi estancia fuera de mi hogar, conocí a muchas personas que me hicieron grata la huida.

Efectivamente, yo no fui secuestrada como afirmé, hui de casa.


Se que es una mentira... Grande. Pero pienso, ¿Que haría en mi situación? Creo que usted se enteró de que tenía signos de violación en mi cuerpo, no estaban seguros de cuando eran, pero yo se lo afirmo, no fueron durante mi desaparición. Era una niña. Pero ya tengo dieciocho, soy una mujer, se supone que entraré a una muy bien universidad y viviré la vida de ensueño que quería vivir antes de huir.


Pero siento no querer tener más esa vida.


Mi padre siempre me dijo que siguiera lo que mi corazón quería y mi corazón siempre ha amado a un sólo hombre, y si quiero obedecer a mi padre y sentirme bien conmigo misma, lo que debo hacer es buscarlo a él.
Y mi búsqueda no es muy larga que digamos, ya que él también me ha estado esperando a mí.


Guarde siempre ese oso de peluche que me regaló, como señal de una promesa que era posible que nunca fuese cumplida. Pero usted, señor Salazar, me ayudo a cumplirla. Volví a él gracias a usted. el hecho de que usted me trajera de vuelta a mi ciudad de origen, aunque sea por una pequeña visita me hizo poder cumplir ese sueño que yo tenía. Así que señor Salazar, aquí está la razón por la cual le escribo esta carta.


Me estoy despidiendo de usted. Voy a tomar la decisión más estúpida de mi vida, pero es la decisión que más feliz me hace ser. Lo voy a extrañar mucho, fue una de las más gratas compañías que tuve estos cuatro años de mi vida. Sé que usted ya es un hombre de más de treinta años, está recién casado y está esperando a su primer hijo. Me alegra a mí, y posiblemente a Teressa donde quiera que esté, que usted haya podido rehacer su vida. Y bueno, yo ya hice la mía también. Y es hora de continuar. Sé que usted quería que lo viera como a un padre y que su esposa y su hijo fueran mi familia, pero no puedo hacerle eso, no tiene porqué cargar conmigo.

No se cuánto tiempo más pasaré en este mundo, ni cuánto tiempo podré disfrutar estar al lado del hombre que amo, ya que sé que en cualquier momento uno de los dos morirá por una razón u otra, pero al menos quiero disfrutar los pocos años de vida que me quedan. Mi padre me está esperando, mi madre, si se ha arrepentido tal vez también lo esté haciendo.


Bueno, quizá para continuar debo decir un par de cosas más, tal vez una pista de quién o qué es el hombre de quien me he enamorado. Es un hombre tal vil, cruel, frío, frívolo, narcisista, psicópata y violento. Pero que a pesar de todo eso, me protegió. Me salvo y cambio mi vida. Sé que ese hombre no me ama, pero al menos puede aceptarme con él. Esta roto, y quizá yo no sea la mejor para esto, pero él me ha permitido unir sus pedazos.
Me duele saber que no me ama, pero me alegra saber que no amará a nadie más.


Ya no soy la niña de catorce años que lloraba por todo, creo que puedo soportar el hecho de no tener un amor correspondido solo parcialmente. Daré todo de mi para hacerlo feliz, he estado guardando todo mi cariño para él, para unir sus piezas.


Tal vez nunca lo logre, porque la mayor parte de las piezas no quieren ser unidas, pero tal vez todo este mejor así.


Soy quizá demasiado sumisa y obsesiva, ya que tuve la oportunidad de que enamorarme más de una vez, pero nunca quise cambiar mis sentimientos por el hombre que vivió conmigo durante tan poco tiempo.


Tengo entendido que el nunca va a amarme, ya lo he dicho antes, pero no voy a dejar de repetirmelo para nunca caer en la mentira y lastimarme a mi misma completamente.


La situación entre él y yo cambio tan repentinamente, debo admitir, y aún estoy consternada por todo eso a pesar de que hayan pasado cuatro años.
Parece que ya he dicho todo lo que quiero decir. Señor Salazar, lo Extrañaré mucho, ya lo he dicho, pero más vale repetirlo para que usted lo tenga muy presente.


Hasta después, si es que hay un después.

Atte:
Anneliese"

La carta la sostenía el investigador en sus manos. Con lágrimas en los ojos se dispuso a correr a dónde se encontraba el antiguo hogar de Anneliese, encontrándose con una casa vacía, esperanzas destruidas, y algo muy peculiar en la entrada; Un cuchillo cubierto de sangre seca y unos rayones en la puerta hechos por ese cuchillo también, como si alguien estuviese jugueteando con el cuchillo desde fuera.

Era como si hubiesen dejado la última firma de su existencia antes de desaparecer de la vida del joven investigador.

Mientras tanto, en otro lado muy alejado del joven investigador, en alguna parte del bosque, se encontraba Anneliese acostada en una cama, siendo abrazada por la cintura con fuerza por el asesino, mientras éste sujetaba el cuchillo con una de sus manos, y en la misma cama, junto a ellos, el cadáver de alguien que Jeff había masacrado esa noche. La joven Anneliese se dio la vuelta con cuidado de no clavarse en cuchillo que tenía Jeff en las manos. Entonces, quedaron cara a cara.

—Ya no me voy a ir nunca, Jeff. — Susurró acariciando el cabello del asesino.

El asesino amplió la sonrisa y se descubrió la cara que estaba cubierta por cabello.

—¿Y cuándo dije que te dejaría ir? —

Lost in Confusion ~Jeff The Killer~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora