Capitulo 1~ El asesino y la niña

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Jeff miro a su ventana. poca luz entraba por las cortinas, apenas un pequeño rayo de sol entraba por esta misma, e iluminaba una pequeña parte de su rostro. Se puso de pie, y abrió la cortina completamente. Era poco más de medio día, tal vez las tres o cuatro de la tarde. Jeff le dio un último sorbo a la botella de cerveza y camino a otra habitación. Al entrar, se encontró con un olor putrefacto, como si algo hubiese muerto ahí. Miro a todos lados, logrando solo visualizar el espejo, un retrete, lo que parecía ser una ducha y un lavabo desgastado, si, esa habitación era el baño. Jeff giro la manecilla del lavabo, cayendo de esta un poco de agua, Pura, tan helada y refrescante, pero... ¿Como este logra tener agua en medio de la nada?

Bueno, si mal no recuerda, hace años diseño una especie de sistema para conseguir agua de un pozo cercano, aun no puede creer que ese sistema aun funcione.

Jeff abrió la ducha, se sacó la ropa, la colocó con cuidado sobre el retrete y entró a la ducha para darse un largo baño de agua helada. Cada gota que rozaba la piel dura y blanquecina de su rostro era como gloria, hace días que no había tocado el agua. Jeff salió de la ducha y tomo una toalla semi limpia y cubrió la mitad de su cuerpo. Se miro en el espejo del baño, solo para notar su delgada figura, sus costillas podían notarse desde la piel rosa pálido de su abdomen. La desnutrición lo estaba comiendo vivo.

Jeff tomó sus prendas y las echó a un cesto, salió de la habitación de baño. Fue a su cuarto, donde buscaría algo nuevo que ponerse.

~Anneliese~

La pequeña lloraba, hace días que su boca no probaba un bocado, un poco de comida la ayudaría a sobrevivir. Anneliese camino por la calle, sucia, portando una polera color verde lima, o amarillo fosforescente como única protección contra el frío de la ciudad. La gente la miraba, algunos con terror, como si la menor fuera un monstruo, otros con lástima, algunos de una manera hipócrita.

La niña camino hasta llegar a una valla a las afueras de la ciudad, la entrada al bosque. miro a todos lados, buscando algo de esperanza, un árbol con una manzana, una fruta, al menos un fruto venenoso que acabará con su vida, pero nada.

en vez de esto, encontró un ave con un ala rota, y una piedra a unos metros de esta. el hambre la estaba matando, tuvo que hacerlo. tomo la piedra, y se acercó a la indefensa ave, con la intención de romper su cabeza y matarla. Pero al llegar a la pequeña avecilla, sus ojos cafés brillaron. el ave sufría, tal como ella, era imposible matarla. Anneliese tomo al ave en sus pequeños brazos, y la dejo en un nido de un árbol cercano. se retiró del lugar, feliz, por su noble y torpe acción, pero al mismo tiempo desdichada, porque el hambre la consumía lentamente y el ave de cualquier forma moriría.

La niña llegó a un callejón en una parte remota de la ciudad, abrazo sus piernas y se puso a llorar. ella sabía que moriría de hambre, tal vez un tipo se acercaría y acabaría con ese tormento, pero por más dolorosa que pareciese la muerte, ella no regresaría de donde vino, cualquier muerte sería menos dolorosa que pasar otro día ahí.

~Jeff~

Jeff tomo su cuchillo y salió en camino a la ciudad. era casi de noche, el bosque donde se encontraba era obscuro, así que salió poco antes del anochecer. El hombre camino con tranquilidad a su lugar favorito en toda la ciudad, un pequeño bar en un barrio lleno de delincuencia, el único lugar donde nadie se molesta en fijarse en lo desfigurado de su rostro.

Casi al llegar, se sintió extraño, esa sensación que no sentía hace años, dolor, tristeza, culpa.

—Bah, no debe ser nada— Dijo tratando de ignorar la sensación.

Continuo su camino hasta llegar al bar. No se puede decir mucho de lo que paso aqui, una pequeña riña, unas cervezas, personas borrachas por doquier, típico de cualquier establecimiento así.

Jeff salió del lugar horas después, y una sensación de felicidad y excitación lo invadió, él sabía lo que necesitaba; un homicidio.

Escogió la casa con cuidado, hoy tenía tentación de algo pequeño, pero bien hecho, entonces encontró una casa que parecía ser habitada por no más de dos personas.

Entró con sigilo por una ventana entreabierta y caminó al segundo piso.

Ahí, encontró a un chico, no más de 25 años, algo delgado y rubio. Jeff se quedó sentado a su lado por unos minutos. No sabía si por el instinto humano de sentir cuando nos están observando, o porqué, pero el chico despertó. Qué momento más oportuno ¿no?

El chico lo miro confundido, después con horror, Y Jeff aprovechó el jugoso momento.

—Shhhh... Ve a Dormir—Dijo mientras lo miraba atentamente.

dio la primera puñalada, no manchó, solo salpicó un poco en su rostro. el tipo gimió por el dolor, pero Jeff cubrió su boca. Siguió, segunda puñalada, está mejor que la anterior, más dolorosa y así la tercera, que hizo salpicar en todo el rostro de Jeff.

Continúo, hasta que su víctima paro de moverse.

Jeff continuó, salió de la habitación, encontrándose con una mujer mayor que caminaba a la habitación del chico. no cruzó palabras con Jeff, ni siquiera un grito, solo la mirada. Su vida acabó casi al instante, Jeff, la degolló. el revisó todas las habitaciones, no había nadie más. Salió de la casa, no sin antes tomar Algunas botellas de whisky que había en unas estanterías, y un poco de dinero.

Después, salió de la casa bebiendo de una de las botellas.

Anneliese aun lloraba. había conseguido dormir por unas cuantas horas, mas, eso no pudo calmarla. Tan sólo minutos después de despertar, escucho un ruido provenir de algún lugar del callejón. Anneliese comenzó a temblar. ¿Así terminaría todo? Bien, si tenía que ser así, Lo seria, de todos modos, ¿De algo iba a morir, cierto?

Entonces, cruzaron miradas.

Jeff la miro y ella a él. Anneliese observó con atención a los ojos del que parecía ser su asesino. olía a Alcohol, Y su rostro estaba casi desfigurado por completo, además de que era de un blanco nieve.

Anneliese soltó un par de lágrimas, pensando en que era su fin. Pero no lo fue. Este hombre se sacó la polera y rodeo a la menor con ella.

—úsala bien— Dijo en un tono extraño, se notaba que había bebido demasiado.

Anneliese lo vio alejarse, Rumbo a la zona de bosque de la ciudad. De manera inocente, lo siguió. Camino, no sabe por cuánto tiempo, pero sabe que fue bastante. El hombre al cual seguía se tambaleaba, más de una vez estuvo a punto de caerse. Hubo un punto en el que notó una pequeña cabaña a lo lejos, sabía a donde se dirigían. El tipo entró ahí, sin cerrar la puerta, al final, ¿Para qué? nadie vivía por estos rumbos. Anneliese entró a la cabaña descuidada, sucia, impregnada de olores extraños, pero cálida comparada al frio de afuera. El hombre cayó a mitad del pasillo casi al instante se quedó dormido.

Anneliese aprovecho la oportunidad y busco una habitación. Encontró una. llena de cajas, prendas sucias, y algunos billetes viejos y arrugados regados por el suelo. Anneliese se recostó en la cama y se cubrió con las viejas sábanas, hace días que no se sentía tan segura, tan en casa.

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Jeff despertó esa mañana, con un fuerte dolor de cabeza y un hambre voraz. Fue lentamente a la cocina a buscar algo que comer, encontrado sólo un poco de carne vieja en la pequeña hielera, y algo de pan en una estantería. Después de tomar este "Desayuno" camino a su habitación a Buscar ropa Semi limpia.

Abrió la puerta y...

—¿Pero qué mierda? — Dijo mirando con disgusto su cama.

¿Ahora que hizo anoche? la verdad, quién sabe, pero, ahora tenía a una niña durmiendo en su cama, su mente se llenó de preguntas. ¿Qué mierdas hizo anoche? ¿Acaso ella llegó buscando refugio? ¿Acaso él había...?

Todas esas eran probabilidades. Pero sólo había una respuesta.

Lost in Confusion ~Jeff The Killer~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora