Capítulo 17~ Perfecta sorpresa.

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Anneliese se despertó más temprano que de costumbre esa mañana.

Sus sospechas eran correctas, el asesino que había llegado sumamente ebrio la noche anterior estaba profundamente dormido. Tomó rumbo a la cocina, pero claro, no sin antes vendar su pequeño tobillo lastimado. Llegó a dicho lugar, buscó una bolsa de hielo artificial que Jack le había traído, guardada si mal no recordaba en la hielera vieja que Jeff conservaba.

Se dispuso a tratar de encender el fuego del horno antiguo, que no tenía mucha utilidad ya que Jeff no cocinada nunca ya que esa cosa era demasiado vieja, y la casa era de madera.

Anneliese buscó entre la comida un par de tocinos que había traído anteriormente, y se percató de algo; Ya estaban algo viejos y con algunas manchas de un color extraño. Sin darle mucha importancia, se las arregló para cocinarlo de manera que quedaran con un sabor lo suficientemente delicioso.

Después, sirvió lo que quedaba del jugo de naranja, y lo puso en la mesa por si acaso el asesino aparecía a querer tomar algo. En lo que Anneliese trataba de cocinar un par de huevos tratando de no quemarlos por la intensidad del fuego, Jeff apareció frente a la puerta tocando su cabeza y observando el acto de la niña.

Se cubrió un ojo y observó el tobillo de la menor. Parecía que Jack la había vuelto a salvar.


—¿Pero qué está haciendo esta mocosa?— pensó.

—Niña. — Murmuró Jeff lo suficientemente fuerte para que la menor lo escuchara.

Anneliese agachó la mirada al fuego al darse cuenta de que Jeff ya no la llamaba más por su nombre.

—Buenos días, Jeff. — Dijo en respuesta al llamado del asesino.

—¿Qué piensas que haces? — Preguntó dando un salto a una silla de la cocina.

—Tu desayuno, supuse que al estar enojado podría tratar de...—

Jeff dio un golpe a la mesa interrumpiendo abruptamente a la menor.

—No. — se tocó la cabeza y miró a la menor con rabia. —Esto no cambia en absoluto lo que hiciste. —

—Pero Je...—

—No. — Volvió a interrumpir. — ¡Nada de lo que digas me hará cambiar de opinión sobre ti! —

Anneliese suspiró. Limpió la lágrima que caía de manera sutil sobre su mejilla. Recogió los huevos que ya estaban preparados y dejó el plato en la mesa frente a Jeff.

—Puedes comer, yo no tengo hambre. —

Anneliese salió de la habitación y corrió a alguna esquina de la casa a esconderse para llorar. Se arrinconó abrazando sus piernas y pegó su cabeza a su frente, así evitando que su cara hinchada por las lágrimas se diera a notar, además de disminuyendo el ruido que hacía al llorar.

Jeff, que observaba desde el pasillo de manera sigilosa para evitar ser visto, hundió su mano en su camisa, en aquel lugar en el que se encontraba su pecho y presionó con fuerza. Algo en su interior lo estaba carcomiendo desde el día en el que Anneliese supuestamente lo había traicionado.

Jeff corrió fuera de la casa dejando el desayuno preparado sobre la mesa.

Anneliese, después de un rato de llorar se puso de pie y caminó a la cocina a ver si el asesino seguía por ahí, pero para su sorpresa este ni siquiera había tocado la comida, que ya se encontraba fría.

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Jeff caminó por el bosque cubriendo sus brazos con sus manos, haciéndose un nudo para conservar calor mientras caminaba. Era una tarde fría de otoño en la que había sido mala idea salir sin suéter.

Lost in Confusion ~Jeff The Killer~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora