Capítulo 0 Parte 2-2

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-¡No!

Un horrible grito salio de los labios del castaño. Gritaba a un volumen tan alto que parecia que su garganta se quebraba. Se quedo en silencio y sintio como esta le ardia. Se incorporo y miro a sus pies. Estaba en la realidad. Fred habia desaparecido de su mente, no sentia su presencia. Ahora podria ser feliz, podria llevar una vida normal. Eso era lo que queria, ¿no? Entonces, ¿por qué se sentia vacio? Ah, claro, las últimas palabras de su otra personalidas resonaban en su cabeza como el fuerte repicar de una campana.

¡No podria ser cierto! Ese "amor" que el azabache decia tenerle... estaba seguro que era una maldita mentira. Pero... ¿Qué caso tiene mentir, si de todas formas no hay marcha atras?
¡Joder! ¡No tenía ningun sentido! Ademas, en el remoto caso de que ese "amor" existiera (o mejor dicho, existía) Fred tenia una forma bastante retorcida de demostrarlo.

Finalmente se levanto y bajo las escaleras en direccion a la cocina, despues de todo, el amargo sabor de las pastillas seguia en su boca. Escucho unos pasos detras de el, seguido de un portazo. ¿Acaso alguien habia planeado robarle a plena luz del dia? Otro increible evento a la lista de hoy.

Si el sujeto paso detras de el, probablemente no se habia percatado de la presencia del castaño,  asi que tenia que tomar algo para defenderse.

Bajo a la sala y busco en el armario algo que pudiera servir. La mejor arma que encontro fue un bate de béisbol, asi que lo tomo. Subio las escaleras, cuidando no hacer ruido, tomo el picaporte y tomo aite, para finalmente abrir la puerta con la intencion de golpear al extraño. El problema fue que no era un "extraño".

Un azabache se cubrio con sus brazos como si estos fueran alguna clase de escudo y grito un fuerte "¡Espera!" Freddy conocia a esa persona. Era como el, de hecho identico. Tenia el cabello negro, la piel palida tirando a gris, vestia lo mismo que el, solo que su camisa y pantalones eran negros. Aquel invasor quitó las manos de su rostro dejando ver unos ojos negros con la pulipa blanca. El castaño bajo el bate y miro fijamente al joven. No tardo en reconocerlo.

-¿F-Fred...? ¿Eres...tu?- pregunto con la voz temblorosa.

-¿Freddy?

Al parecer tantas emociones en un solo dia no son buenas, ya que Freddy solto de nuevo un estruendoso grito para luego desmayarse.

-¿Freddy? ¡Freddy!- le llamo el azabache -Dime que sigues vivo... ¡A ver, Fred, piensa! ¡¿Que tiene que hacer el cuerpo cuando esta vivo?!

Comenzo a dar vueltas por la habitacion, pensando en cómo comprobar si Freddy habia sufrido un infarto o se habia quedado dormido. Respiro hondo, intentando calmarse... Espera...

-¡Eso es! ¡El cuerpo debe respirar!- se acerco al rostro del castaño, con la esperanza de sentir su respiración. Solto un suspiro de alivio-si respira... ¿Ahora que hago?

¿Y como no? Busco en la televisión una respuesta. Cargo a Freddy como un saco de papas y lo dejo en el sofa para encender el televisor. Pero a un genio se le ocurrio seguir el ejemplo de una caricatura en la que le lanzaban agua al desmayado.

Fue a la cocina a llegar un vaso de agua y regreso a la sala y miro al castaño. Le lanzo el agua en el rostro y, como resultado, Freddy desperto mientras tosia.

-¿Q-Que paso?- pregunto viendo al su alrededor, hasta que su atencion se fijo en el azabache frente a el. De su boca comenzaron a salir tonterías como- me drup pis tau ¡ka!

-...- los ojos del castaño comenzaron a ponerse en blanco, a lo que Fred, por la desesperación, le tiro una bofetada- ¡Freddy, calmate, por favor!

Prometo cuidarte [Frededdy] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora