13

5.6K 544 8
                                    

13. Azusa 

Al día siguiente, te encontrabas sola en la habitación, no había señales de Kou por ninguna parte. Le restaste importancia y te dirigiste hacia los pasillos, mientras vagabas por ahí notaste como un rayo iluminó el enorme ventanal. Una fuerte tormenta azotaba la mansión Mukami y cuando te asomaste para mirar, te percataste como los árboles se mecían con violencia debido a la fuerte lluvia. Se suponía que ese día regresarías a casa, Ruki lo había prometido; sin embargo, gracias a la tormenta lo más posible que tu regreso a casa tendría que posponerse. 

—No podré regresar hoy —murmuraste con desánimo. 

—¿Tanto te molesta estar aquí? —Habló una voz casi inaudible. 

Cuando te giraste, te sorprendió encontrar a Azusa. Por lo que Kou te había comentado, él era el menor de los Mukami, no había hablado mucho con él desde su llegada; sin embargo, parecía ser un chico agradable aunque muy callado en ocasiones. 

—No —respondiste al mismo tiempo que te acercabas a él. —Me agrada estar aquí —dijiste con sinceridad. 

La mansión era enorme y agradable, realmente te sentías cómoda; sin embargo, a pesar de que los hermanos Mukami habían sido buenos contigo, aquella sensación de vacío al no estar junto a tus hermanos te hacía sentir triste. 

—Pero no quiero que mis hermanos estén tristes —dijiste.

—Justin ¿no crees que ella muy adorable? —Dijo mientras acariciaba unos de sus vendajes, los cuales estaban cubiertos de sangre.

Aquellas vendas llamaron tu atención, desde el primer instante. Al principio les restaste importancia, pero ahora aquellas heridas parecían más graves de lo que aparentaban.

—Azusa ¿qué le sucedió a tu brazo? —La curiosidad había ganado, sabías que era una clara falta de educación, pero aun así decidiste preguntar. —Déjame curarlo.

—Justin al fin pudo conocerte —respondió sin darle importancia a su herida. —Hay algo que me gustaría que hicieras por mí ¿podrías?

—Seguro.

—¿Podrías cortarme?

Te quedaste atónita ante tal petición ¿cómo se supone que deberías responder? De ninguna manera podrías hacer eso.

—Azusa, jamás podría hacer eso —respondiste, míraste a Azusa quien solo bajó la mirada con tristeza.

No importaba cuánta tristeza mostrara en su mirada, no cederías ante ella.

—Ya veo —Azusa desvía la mirada para enfocarse en su brazo —Justin, al parecer ella nos odia.

—Yo no te odio Azusa —te apresuraste a decir —por eso no puedo dañarte..

—El dolor es lo único que me hace sentir vivo —dijo. —Por favor, lastímame.

Nadie podía sentirse bien con dolor y odiabas ver a tus seres queridos sufrir por alguna razón. La mirada triste de Azusa te recordaba a la de Kanato, así que, decidiste hacer lo que hacía sentir bien a Kanato cuando estaba triste, te paraste de puntas y lo abrazaste.

—Esto es mejor que una herida —dijiste aún abrazándolo con más fuerza. —¿Te sientes mejor?

—¿Qué es esto? Se siente confortable —dijo correspondiendo a tu abrazo.

—Es un abrazo —dijiste con una sonrisa. —Con esto te sentirás bien y sin necesidad de lastimarte.

El afecto no era algo común entre los hermanos Sakamaki; sin embargo, desde tu llegada, los abrazos y pequeñas demostraciones de afecto se convirtieron en algo común, así que, era algo natural en ti. Sin embargo, cuando llegaste con los Mukami, notaste que su relación era mucho mejor que la de tus hermanos, lo supiste en la hora de la cena donde siempre había risas y peleas graciosas entre Kou y Yuma, podías ver que se cuidaban los unos a los otros, pero esa sensación de familiaridad se desvanecía cuando estaban solos. 

Pudiste sentir una extraña aura cuando estabas con Kou, era como si su espíritu estuviera roto al igual que el de Azusa. Es por eso que decidiste abrazarlo, esperando que tus acciones pudieran aliviar un poco de su dolor, al igual que hacías con tus hermanos. 

—Parece que no dejará de llover pronto —comentaste; sin embargo, sonreíste ante la idea que había llegado a tu mente. —Azusa ¿alguna vez has saltado sobre los charcos? —Preguntaste con picardía. 

—¿Saltar? —Preguntó Azusa como si jamás hubiese escuchado esa palabra. 

Al no tener respuesta, tomaste su mano y ambos se dirigieron al patio principal de la mansión. 

Tomaste un abrigo y saliste a la lluvia, era la primera vez que te atrevías a salir cuando había tormenta dado a que Reiji te lo había permitido, pero él no se encontraba ahí ¿verdad? Esa era tu oportunidad. Sentiste la lluvia mojar tu cuerpo, jamás habías sentido aquella sensación tan agradable, así que, sin dudarlo saltaste sobre el primer charco dejando que el agua salpicara a ambos. 

—¡Vamos Azusa! —Alentaste —¿qué acaso jamás hiciste esto de niño?

Él te lanzó una extraña mirada. 

—No —dijo finalmente.

—Entonces ¿cómo solías divertirte? —Dejaste de saltar y te acercaste a él; sin embargo, cuando tu mano tocó su fría piel, una extraña imagen apareció en tu campo de visión. 

Había un niño, sus facciones eran diferentes, pero pudiste distinguirlo. Se trataba de Azusa. Él se encontraba en el suelo mientras era golpeado por un grupo de niños.

Alejaste tu mano de él y lo miraste con tristeza. No importaba como hiciste eso; sin embargo, no te importó, lo único te importaba era hacerlo sentir bien, así que, volviste a tomar su mano y lo condujiste hasta la lluvia para empezar a saltar de nuevo. 

—¿Qué es esto? —Preguntó él cuando entró en contacto con la lluvia. 

Azusa te miró mientras te divertías, entonces sonrío. Era la primera vez que podía sentirse vivo y todo había sido gracias a ti. 

Diabolik Lovers x lectora:La Sangre Mestiza [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora