15

5.2K 501 15
                                    

15. Yuma

El resfriado había desaparecido por completo y de acuerdo a las indicaciones de Ruki, él dijo que salir a tomar aire fresco te haría sentir mucho mejor, pero jamás imaginaste que eso implicara ayudar a Yuma con su huerto. Ahora entendías porque él te había animado a que lo acompañaras a dar un paseo por los jardines. 

—¿Qué estás esperando lechón? —Gritó desde lejos. —¡Apresúrate con ese costal de tierra!

Yuma te esperaba desde una colina mientras te miraba con desesperación al ver como arrastrabas un costal de tierra. 

—No puedo creerlo —dijo mientras se golpeaba la cabeza con una mano. —No puedo creer que no puedas con un pequeño costal de tierra.

—¿Llamas pequeño a esto? —Señalaste el costal que era casi de tu tamaño. 

—Tsk —dijo con un chasquido. —¡Si que eres inútil! —Rápidamente Yuma se apresuró y en un abrir y cerrar de ojos , él cargó el costal sobre sus hombros —Sígueme. 

Yuma te condujo hasta un bello huerto en donde pudiste ver diversos árboles frutales además de un cultivo de tomates, te inclinaste a mirarlos, ya que, lucían deliciosos. El color era tan llamativo que no pudiste resistirte, así que, estiraste la mano para a tomar uno cuando una voz te detuvo.

—¿Qué crees que haces pequeño lechón? —La voz de Yuma te sobresaltó.

—¿Yo? Nada —dijiste al mismo tiempo que escondías un tomate detrás de tu espalda, ya que, por accidente arrancaste el tomate más grande de toda la planta, si Yuma se enteraba podría matarte. 

—¿Qué traes en las manos? ¿No estarás robando mis tomates verdad? —Dijo mirándote seriamente. 

—¿Yo? ¿qué te hace pensar que un honrado lechón como yo, se robaría tus tomates? —Dijiste fingiendo inocencia.

—¡Bien! Espero que ya que estás aquí, sirvas de algo —dijo entregándote una cesta,  Yuma había comenzado a cortar algunos vegetales al mismo tiempo que los ponía en la cesta que te había entregado.

Después de un buen rato trabajando en el huerto, ya habías comenzado a cansarte. Así que, dejaste la cesta en el suelo; sin embargo, a Yuma no pareció importarle, así que, decidiste ir a un árbol de manzanas después de todo morías de hambre, miraste a Yuma quien seguía concentrado en su huerto. 

—No creo que al el titán del huerto se moleste si tomo una manzana —dijiste para ti misma. 

Sin embargo, para tu mala suerte la rama más baja estaba a unos tres metros de ti, así que, saltaste para tratar de alcanzarla, pero todo intento fue inútil ya que no lo lograste. De pronto sentiste como te elevabas del suelo hasta que lograste alcanzar la manzana. Cuando míraste, te diste cuenta de que Yuma te tenía sobre sus hombros.

—¡Ja! Eres una enana lechón —se mofó Yuma.

—¡Claro! —dijiste con sarcasmo. —Como tú eres un edificio con patas es fácil decirlo. Además estoy en pleno crecimiento. —Defendiste. 

—Como digas cerda enana —dijo Yuma mientras te dejaba caer al suelo para seguir en su huerto.

Comenzaba a anochecer y ya estabas muy cansada, nunca imaginaste que trabajar en huerto sería tan cansado.

—Estoy cansada —te quejaste y Yuma solo te ignoró.

—Que molesta eres lechón, pero tienes razón —dijo mirando el cielo —ya es tarde. Vamos —fue  así, cuando se encaminaron hacia la mansión, pero estabas tan cansada que no podías dar un paso más. —Apúrate lechón —ordenó. 

—Ya no puedo dar un paso más —dijiste, a ese paso terminarías arrastrándote hasta la mansión, hasta que se te ocurrió una idea. —¿Podrías cargarme? —dijiste haciendo cara de cachorrito.

—Tsk —él estaba a punto de desistir; sin embargo, no desististe —¡Está bien! —Dijo con fastidio al mismo tiempo que te colocaba sobre sus hombros. 

¡Ja! Nadie se resistía a tu ternura.

Tú- 1

Yuma-0

Diabolik Lovers x lectora:La Sangre Mestiza [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora