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23. Llegada

Sentiste una leve y acogedora sensación, era como si te estuviesen meciendo en una cuna de nubes. Tenías los ojos cerrados, pero eras consciente de todo lo que sucedía a tu alrededor. Después de lo sucedido en el colegio, Karl Heinz convenció a madame Philips que te concediera una licencia con la mera excusa de que después de la muerte de tu amigo, un tiempo en casa te haría sentir mejor. Él había sido muy convincente, quien lo mirara diría que se trataba de un padre preocupado por su hija, pero la verdad era que él lo había decidido para evitar que intentaras escapar de nuevo.

Así había concluido tu educación en Escosia, esa misma noche del incendio, ahora te encontrabas en un auto en camino a la mansión Sakamaki.

Escuchabas como las gotas de lluvia mojaban la ventana del auto provocando una dulce canción de cuna, inevitablemente comenzaste a bostezar y dejaste que esa suave melodía te llevara al mundo de los sueños. Las últimas horas habían sido deplorables y durante el vuelo no lograste conciliar el sueño, pero en esos momentos tu cuerpo reclamaba por un minuto de descanso.

<<Tomaste una mala decisión y ahora afronta las consecuencias>>

Abriste los ojos de golpe.

Ahora recordabas la razón por la cual no podías dormir, cada vez que cerrabas los ojos podías ver nuevamente el incendio, pero esta vez escuchabas los gritos de agonía de Naoki seguidos de la risa siniestra de tu padre. Miraste por la ventana, el camino se hacía cada vez más corto y entre más te acercabas, no podías olvidar aquel momento que te había llevado hasta esa situación.

Un camino de árboles comenzaba a hacerse familiar, podías reconocer esos bosques donde quiera que fuera, eso quería decir que la mansión se encontraba justo detrás de esos árboles. El lugar que había sido tu hogar durante seis meses; sin embargo, esta vez no ibas simplemente como la hija menor de la familia Sakamaki sino como la nueva novia de sacrificio.

Al no cumplir con lo que Karl Heinz quería, decidió obligarte aceptar su propuesta a la fuerza y una manera de hacerlo era convirtiéndote en la nueva novia. No sabías con exactitud lo que implicaba ser una novia de sacrificio; sin embargo, podías hacerte una idea. Sabías que tu sangre sería el precio.

Quizás si hubieras aceptado aquella oferta del hombre al que llamabas padre desde un principio, no estarías sufriendo como lo haces ahora. ¿Cómo elegir a uno de ellos? ¿Por qué? ¿De que juego eres parte? Esas preguntas rondaban tu cabeza, tal vez, lo mejor sería esperar, después de todo, dicen que el tiempo lo cura todo, pero no tenías tiempo para ese tipo de tonterías.

Ya tenías tus propios planes.

—Naoki...—susrraste y sin poder evitarlo, una lágrima resbaló por tu mejilla.

—¿Se encuentra bien señorita? —Te preguntó el conductor mientras te miraba a través del espejo retrovisor.

—Sí —respondiste fingiendo indiferencia, no tenías ganas de dar explicaciones, así que volviste tu mirada hacia la ventana.

—Dígame señorita ¿va usted a una de las mansiones que están en el bosque? —Era evidente que tu rostro expresaba mal humor y esa era la razón por la que el conductor había iniciado la conversación.

—Así es —respondiste sin dejar de mirar el paisaje, el conductor te miró sorprendido como si lo que habías dicho fuera una locura.

—Etiendo —dijo mirando nuevamente el camino —solo le aconsejo que tenga cuidado.

—¿Cuidado? —ese simple consejo hizo que lo miraras —¿por qué habría de tener cuidado?

—Hay un rumor —inició —se dice que las jovencitas que llegan a una de esas mansiones jamás vuelven a salir de ahí con vida —me mantengo en silencio, quizás no sea un rumor después de todo.

Una sonrisa se formó en tus labios.

—No se preocupe —dijiste con seguridad —no es más que un pequeño rumor para atraer turistas a este lugar olvidado por dios —el conductor te miró de manera extraña.

—Como usted quiera —el resto del trayecto transcurrió en silencio hasta que en un abrir y cerrar los ojos, el auto se había detenido frente al enorme portón de la mansión —ya hemos llegado.

Te quedaste unos segundos mirando la enorme construcción que yacía frente a ti, una ola de recuerdos comenzó a atravesar tu mente, era como si los fantasmas del pasado se empeñaran en perturbarte.

—Muchas gracias —dijiste cuando bajaste del auto.

—Solo tenga cuidado —advirtió una vez más antes de marcharse.

Empujaste la reja para poder entrar y como era de suponerse, esta se encontraba abierta. Estabas a punto de dar el primer paso; sin embargo, tus piernas parecían negarse a obedecerte. Dejaste salir un suspiro y con valor decidiste entrar, el jardín principal fue el primer lugar que te recibió e inevitablemente una ola de recuerdos de tu niñez pasaron por tu mente como una película.

Cada lugar de ese jardín te recordaba los momentos más felices de cuando eras niña: el rosal de Subaru en el cual solías le ayudar cada vez que te dejaba, la fuente donde solías jugar con Kanato y la entrada principal donde Reiji te  desprendía por tener la ropa sucia y cubierta de lodo. Tantos recuerdos que no eran más que una mentira.

Toda tu vida había sido una maldita mentira en donde no sabías que era verdad. Tensaste la mandíbula y cerraste tu puño con fuerza, dentro de esa casa estaban seis chicos y uno de ellos tenía la posible oportunidad de convertirse en tu prometido. Una sonrisa se formó en tus labios, tu querido padre te había obligado a aceptar su propuesta, pero él no sabía que tenías tus propios planes.

Tu corazón estaba lleno de odio y no perdonarías tan fácil todo lo que te habían hecho, es por eso que en este juego tú ibas a imponer tus propias reglas. Jugarías con el corazón de esos seis chicos y te asegurarías de romperlos tal y como lo hicieron contigo.

La lluvia había comenzado a intensificarse sacándote de tus pensamientos, así que, corriste a la entrada principal para entrar a la mansión. Tus manos temblaban y tu corazón comenzaba a acelerarse, nunca imagínaste que volverías y mucho menos en aquellas circunstancias, era un mar de emociones dentro de tu pecho.

Tomaste el pomo de la puerta y antes de entrar te hiciste la promesa de encontrar tu propia libertad.

Diabolik Lovers x lectora:La Sangre Mestiza [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora