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14. Ruki 

La lluvia había cesado después de unas horas, el mayor de Mukami dejó a un lado su libro y finalmente salió de habitación. El cielo lucía despejado como si aquella tormenta jamás hubiese sucedido; sin embargo, si quería regresar a la pequeña Sakamaki debía asegurarse que los caminos estuvieran libres. Sería muy peligroso regresarla a casa si tomaban la ruta del bosque, el aroma de su sangre podría atraer a cualquier demonio e incluso a otros vampiros, no podían arriesgar a un tesoro tan valioso. 

Ruki se dirigió a tu habitación, con la única intención de anunciarte que tu estadía con ellos se alargaría por el momento; sin embargo, al no encontrarte no pudo evitar preocuparse. Rápidamente se dirigió a la entrada en donde encontró a Azusa contigo en sus brazos. 

—Ruki —habló el chico. —No sé que le sucede, su frente está ardiendo. 

inmediatamente él se acercó a ti y colocó una mano en tu frente. 

—Tiene fiebre —dijo sin perder la calma. —Me encargaré de ella. 

Él no dudó cuando te tomó en brazos, pero cuando tu cuerpo entró en contacto con ellos pudo sentir la frialdad de tu piel además de la ropa mojada. Ruki te llevó a su habitación y se apresuró a colocarte bajo las mantas, maldijo entre dientes cuando notó que debía deshacerse de tu ropa mojada, pero el problema era que ese era único cambio de ropa que tenías ¿de dónde sacaría ropa para una niña? Entonces la respuesta a su pregunta llegó a su mente. 

—Ruki, Azusa-kun dijo que la pequeña neko-chan está enferma ¿qué haremos si ella muere? —Preguntó alarmado el rubio. 

Ruki lo miró por el rabillo del ojo. 

—Ella no morirá —dijo con serenidad —es solo un refriado —él sabía que un refriado no mataba a nadie y mucho menos cuando un intenso poder recorría tus venas. —Kou ¿puedes conseguir ropa para ella?

—¿Ah? Sí, supongo que puedo conseguir algo. 

—Te lo encargo. 

En ese instante Kou salió de la habitación con la única intención de conseguirte algo cómodo y por supuesto seco. No pasó más de una hora cuando él idol regresó con un guardarropa completo para ti. Una vez lista, Ruki permaneció a tu lado todo el tiempo cuidando de tu mejoría, así que, colocó una mano sobre tu frente para asegurarse que la fiebre haya bajado y como era de esperarse, así era. Tus mejillas habían recuperado esa tonalidad rosada que te caracterizaba. 

—Tal y como era de esperarse de la sangre mestiza —dijo en voz alta.

Abriste tus ojos al sentir su mano sobre tu frente, Ruki te miró con indiferencia y alejó su mano. 

—Veo que estás mejor. 

—¿Qué pasó? —Preguntaste aun confundida. 

—Tuviste un resfriado —dijo al mismo tiempo que se levantaba para irse. 

Miraste a tu alrededor y notaste medicamentos sobre la mesita de noche al igual que una pequeña bandeja con agua.

—¿Estuviste cuidando de mí? —Lo miraste sin comprender. —¿Por qué?

Ruki guardó silencio por un momento, no podía decirte que estaban relacionados y que eran familia en cierto modo. Debía ser muy cuidadoso si quería que los planes de Karl Heinz salieran de acuerdo a lo planeado además no quería que en un futuro, los vieras como tus hermanos. 

—Simplemente lo hice —respondió sin dar más explicaciones. —Estás débil aún, te traeré algo de comer —dijo para después tomar todas las cosas e irse. 

Tus ojos se enfocaron en el camino que Ruki había tomado, él era extraño y extraordinariamente reservado, así que, sin dudarlo decidiste seguirlo. Te deshiciste de la sábanas que cubrían tu cuerpo y bajaste hasta la cocina, un delicioso aroma inundó tu nariz fue entonces cuando encontraste a Ruki cocinando. 

—Ruki-san ¿qué haces? —Preguntaste al mismo tiempo que te parabas de puntas para poder ver lo que hacía.

—Sopa —respondió cortante. 

Miraste su fría expresión e inevitablemente no pudiste evitar recordar a Reiji. Si hacías una comparación, ambos eran idénticos dado a que cumplían el rol de madres en ambas casas. Cocinaban, atendían a sus hermanos y las tareas de la casa, era imposible en no tener esa graciosa idea. 

<<Mamá Reiji y mamá Ruki>>

No pudiste evitar reír ante aquel pensamiento.

—¿Qué es tan gracioso? —Preguntó Ruki mirándote seriamente.

—No es nada Ruki-san —dijiste interrumpiendo tu risa, él te daba miedo con esa expresión que tenía —¿Podría ayudarte? —Ofreciste. 

—No creo que sepas cocinar —Respondió sin dejar de mirar la sopa.

—¡Sí puedo! —Aseguraste, ante tu insistencia Ruki tan solo suspiró  dado a que sabía que no desistirías hasta que te dejara ayudar, así que, finalmente se dio por vencido. 

—Está bien —suspiró —trae ese recipiente de ahí —pidió.

Te dirigiste hacia dónde estaban los recipientes y nuevamente te diste cuenta que tu altura no ayudaba dado a que estaba muy alto, así que, saltaste para poder alcanzar el recipiente. Saltaste y saltaste, pero después de unos cuantos intentos lograste alcanzarlo, pero una vez que lo tuviste en tus manos los demás recipientes cayeron sobre ti.

Había sido humillante, uno de los recipientes había caído sobre tu cabeza. Sabías que a Ruki no le gustaría, así que, cuando levantaste el recipiente para encontrarte con la mirada fría de ese chico tu sorpresa fue escuchar una carcajada proveniente de él 

—Jajaj —lo escuchaste reír. 

Su expresión seria había desaparecido, creías que alguien como él era incapaz de reír, pero al menos te agradaba escucharlo 

—Vamos, es hora de cenar —dijo aún con una pequeña sonrisa.

Diabolik Lovers x lectora:La Sangre Mestiza [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora