Capítulo 10

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Tenía el corazón en la mano, después de salir de L-Corp no pudo tranquilizarse hasta que se sentó en una banca cerca del lugar, y tomo varias respiraciones.

Luego de unos segundos giro su rostro al cachorro a su lado, quien estaba acurrucado en la madera con los ojos cerrados.

–Casi haces que me dé un ataque al corazón, Lucas- le dijo riéndose suavemente para no despertarlo, lo acarició por un rato hasta que cayó en cuenta de la hora que era, tendría que regresar... Sin él. No quería hacerlo, no quería dejarlo, no era justo.

–Tendré que dejarte... Lo siento.- su voz se quebró y se dio cuenta de que estaba llorando, trato de calmarse y respiro como lo había hecho anteriormente.

Se secó las lágrimas, tenía que ser fuerte. Cogió a Lucas con cuidado y a paso lento caminó por las calles, rogando no tener que llegar a su destino, el refugio para animales.

Caminando con pesar, se encontró a su misma en frente del establecimiento, aún estaba abierto, "menuda suerte" se dijo con evidente sarcasmo. Soltó un largo suspiro y entro.

–Buenas noches ¿en qué puedo ayudarla? -le dijo amable la recepcionista al verla entrar.

–Si... Yo, vengo a dejar a... Este amiguito.- alzó al cachorro.

–Claro, por favor sígame.

...

Salió del lugar conteniendo las lágrimas. Se prometió a si misma que lo visitaría, siempre que pudiera.

***


–¿Y qué paso después?- preguntó James.

–Lo siguiente que supe fue que alguien lo había adoptado- soltó un suspiro. –Lo extraño, espero que este bien.- dijo triste.

–Lo estará Kara.- le dio una sonrisa tratándola de hacer sentir mejor. –¿Quieres seguir contándome?

Kara asintió en respuesta.

Flashback

Otro intento, esta vez quería expresar lo que sentía, que mejor que decírselo mediante un poema, muy inteligente, lo tenía escrito en un papel que ella mismo había adornado, no quería perderlo así que lo cargaba en su mano y con seguridad se dirijo a la oficina de Lena, se encontró con Jess, la secretaría de más confianza de la CEO, parecía ocupada ordenando unos papeles.

–Hola Jess ¿Cómo estás?- saludo al llegar.

–Bien gracias, puedo adivinar que vienes por la señorita Luthor.- respondió con algo de gracia.

–Sí.- dijo tímida.

–Ella te atenderá en un momento.

–Gracias.- tratando de controlar a su ahora acelerado corazón, trato de distraerse con el entorno que la rodeaba, pero su atención fue rápidamente robaba por el sonido de una trituradora, Jess estaba usándola contra un monto de papeles que tenía en su escritorio, haciendo caso omiso a ello, trato concentrarse en algo más, se dispuso a comprobar cuánto tenia de dinero para el bus, buscó en su cartera, tenía suficiente para el trasporte y de paso comprar un bote de su helado favorito, que suerte, aunque debería ser más consciente con el dinero.

Al volver todo a su lugar, una moneda resbalo de sus manos cayendo al suelo y rodando lejos de ella, no podía perderlo, ya no tenía helado en su nevera y de verás quería uno, dejo todo lo que tenía en el escritorio a su lado y se fue a alcanzar a la dichosa moneda. La cuál había rodado varios metros o eso fue lo que notó, no la encontró al instante, tardo un poco y la localizó cerca de una de las macetas, genial su helado está a salvo, cuando regreso Jess seguía triturando hojas pero esta vez distinguió una en particular, tenía adornos muy parecida a la suya, no puede ser.

–¡No! ¡Jess Espera! -pero era muy tarde, su hoja ahora yacía hecha pedazos junto con las demás.

–Kara, ¿estás bien? -dijeron a su lado, estaba tan centrada en lo que acababa de pasar que no había notado a Lena junto a ella mirándola preocupada.

–Yo... Nada, no es nada, no te preocupes. -trato de sonreír como si no hubieran destrozado todos sus esfuerzos con una trituradora.

Luego de eso hablo poco con Lena y regreso a casa, estaba desanimada.

***

–Luego te fuiste.- dijo tomando un sorbo del café que había ordenado.

–Sí, James me fui, no fue muy grato para mi ver mis esfuerzos hechos pedazos por una máquina.

–Entiendo ¿Y no volviste?

–Claro que sí.- respondió como si fuera lo más obvio.

***

Luego de animarse viendo películas de Disney, decidió ir a ver de nuevo a Lena, era un poco tarde, pero seguro ella seguía allí, debido a su costumbre de quedarse hasta tarde trabajando, personalmente no le gustaba que la CEO hiciera eso, pero solo por esta vez agradeció que lo hiciera.

No sabía que regalarle, así que mientras se cambiaba de ropa pensaba en algo.

¿Que podría darle?... A Lena siempre le gusta desvelarse, ¿un café? No, mala idea, eso solo la mantendrá despierta y eso no sería bueno.
¿Un pastel?... Creo que es muy tarde para eso, aunque a mi no me importaría comer uno... Seguro su trabajo la cansa mucho. Mnn... ¡Ya se!

Ahora vestida y con una pequeña caja en su mano se dirijo a L-Corp, al llegar notó que apenas había una sola persona en el edificio, seguro por la hora que era.

Utilizó el ascensor y subió hasta el último piso donde se encontraba la oficina de la CEO, tampoco vio a Jess, tendría que discutir eso con Lena después, no era seguro que se quedara sola en la oficina y más si no había casi personal en el edificio.

Toco la puerta dos veces, momentos después apareció Lena en todo su esplendor, se quedó aturdida un momento hasta reaccionó y correspondió el saludo que ella le estaba dando.

–No es bueno que te desveles Lena.- dijo ya dentro de la oficina.

–Sí, pero una compañía como L-Corp no se maneja sola.- replico mientras soltaba un suspiro.

–Tienes razón, nadie más que tú para liderarla, pero eso significa que si llegarás a enfermar, L-Corp no sabría que hacer sin ti.

–El concejo puede buscar un reemplazo Kara.- respondió mirándola a los ojos, y Kara pudo ver en ellos resignación y un dejo de tristeza.

–Nadie puede reemplazarte Lena, no para mí.- dijo firmemente poniendo su mano libre sobre la suya.

Estuvieron así un momento hasta que Kara recordó porque había ido hasta allí en primer lugar.

–¡Cierto! Toma son para ti.- dijo mientras le extendía la pequeña caja.

–Gra-gracias, Kara.- Dijo mientras tomaba la caja.

–De nada, te ayudará a dormir.

***

Casi escupe el café que estaba tomando. –¡Bolsas de té! ¡¿Le regalaste Bolsas de té?!

–Por supuesto, leí que son buenos para dormir.- respondió sin entender su exaltación.

James solo negó con la cabeza mientras trataba de recuperarse.

Problemas; SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora