Capítulo 15

3K 274 39
                                    

El ambiente era calmado y un poco acogedor, los alienígenas actuaban con confianza y normalidad mientras tomaban su bebida, algunos conversaban y otros se entretenían con varios juegos que poseía el establecimiento, como una mesa de billar; Melissa había estado aquí antes, todas ellas con Alex presente, pero ahora se encontraba a solas con Maggie y aunque no estaba nerviosa se sentía algo ansiosa por el tema que iban a tratar.

Eligieron sentarse en una mesa alejada de las demás para hablar tranquilamente, ahora Melissa estaba sentada pensando en que iba a decirle a Maggie durante el tiempo en que esta misma volviera con las bebidas.

No era complicado, bueno no del todo, solo tenía que hablarle de ciertas cosas que pasaron cuando decidía ir de visita a de L-Corp. Más específico a la habitación del CEO de L-Corp. Tan concentrada estaba en sus divagaciones que logró sobresaltarse cuando dos botellas en frente de ella.

–¿Qué es esto?- preguntó a Maggie señalando las botellas.

–Bueno, cerveza para mí y como no me dijiste que querías, me tome la libertad de ordenar por ti.- respondió la agente reprimiendo el burlarse de ella señalando lo obvio.

–Gracias.- aceptó, no conocía la bebida pero decidió confiar en el juicio de su acompañante.

–Bien, tengo curiosidad, cuando no estas siendo súper, ¿siempre te viste así?- preguntó señalo su atuendo.

–N-no, m-me ayudaron a elegirlo.- dijo con sinceridad, sin poder evitar el ligero tartamudeo.

–Pues déjame decirte que quien quiera que haya sido.- destapó su bebida. –No le caes muy bien. -se sirvió un vaso y bebió de él.

Melissa no lo entendía, solo había tomado la ropa que le había dado Alex y salió lo más rápido que pudo para no tener otro retraso, ni siquiera se había detenido a ver su atuendo y ahora que se ponía a analizarlo se daba cuenta de que era sencillamente hilarante en cierto modo, las prendas no combinaban y los colores no se mezclaban entre sí, quizás Alex se había equivocado al ver lo apurada que estaba.

–Espero que tú sepas vestirte o sino tendré que ayudarte con eso también, no querrás vestir mal en frente a tú amor prohibido.- dijo divertida.

–E-ella no es eso.- dijo con tartamudeo. –Además, no debes preocuparte de eso solo me presentó con ella cuando estoy en mi traje.

–Está bien, entonces eso lo dejamos en caso de una emergencia.- concluyó. –Sigamos en donde lo dejamos ayer en mi departamento.

Se sirvió un vaso de la bebida que le compro Maggie, respiro hondo y la bebió de golpe. –Ok, lo que paso fue que...

Flashback

Tenía que hacer algo o parar en todo caso, esta era la décimo cuarta vez que pasaba por L-Corp en todo en día y hubieran sido más si sus deberes como Supergirl no se hubieran impuesto.

Pero, no sabía qué hacer, solo había recordaba haber interactuado con la CEO las veces que salvo su vida y cuando por accidente destrozó su escritorio, aunque este último deseaba olvidarlo.

Quizás debería llevarle algo, pero ¿Qué? Tal vez... No, puedes ser... Tampoco, solo se me ocurre una cosa, supongo que me arriesgaré.- pensó y emprendió vuelo.

No tardó mucho en ir y volver y ahora con regalo en mano se acercó despacio al balcón del último piso de L-Corp, completó su descenso provocando apenas un solo ruido pero fue suficiente para que la CEO notara su aparición.

–Supergirl.- saludó la CEO mientras permitía la entrada al kriptoniano.

–Buenas Noches, señorita Luthor.- respondió cruzando la puerta. –Lamento molestarla.

–No se preocupe, entonces ¿a qué debo su visita?- preguntó inclinándose de espaldas a su escritorio.

–Yo... Le traje esto.- Supergirl le extendió una botella envuelta con un listón rojo. –Quería disculparme, de nuevo por haber arruinado su escritorio.- término sin mirar al CEO.

–No tenía que hacerlo, es más las flores fueron suficiente.- miro la botella en sus manos. –Este es mi vino favorito, ¿Cómo...?.- dijo sorprendida, sin terminar de formular la pregunta.

–Yo...- estaba nerviosa, no esperaba eso. –Definitivamente no estaba espiándola.- se apresuró a aclarar. –Yo solo... So-solo lo averigüe.- término con balbuceos.

La CEO no pudo evitar reírse ligeramente. –Gracias Supergirl.

–No es nada, señorita Luthor.

–En realidad, puede llamarme Lena.

–¡Genial!, y usted puede llamarme Su-supergirl... -dijo tartamudeando lo último al comprender la estupidez que acababa de decir.

–Entonces Supergirl será.- le brindó una sonrisa sin un atisbo de burla o sarcasmo.

Eso hizo que el corazón de Melissa comenzara a latir cada vez más y más rápido.

***

–Aww...

–Maggie, aún no termino.

–Claro, claro.

***

–Ahora que estamos aquí, ¿porque no bebemos algo?- la CEO saco dos copas y sirvió del vino que había traído Supergirl. –¿Usted desea?- ofreció.

–S-si, por supuesto. - no debería tomar alcohol si iba a volar, era una regla que se había impuesto tiempo atrás, pero no podía rechazar a la hermosa CEO frente a ella, aunque en el fondo sabía que el alcohol terrestre no le afectaba.

–Entonces, ¿cómo va el trabajo de súper héroe?

–Normal, villanos por aquí, villanos por allá.- tomo un sorbo, y casi al instante lo escupe por el sabor que tenía, en su lugar tuvo un ataque de tos. –No sé cómo los ricos pueden beber esto.- dijo recuperándose.

Lena se encogió los hombros. –Es un don, supongo.

–Eres maravillosa.

–¿Disculpe?

No puede ser, había pensado en voz alta. –Q-que maravilla de... De...- su mente estaba atascada y que Lena la observara con una ceja alzada no ayudaba. –¡Pandas!

–¿Pandas?

–Si pandas, que maravillosa criatura, tan peluda y regordeta.

No pudo evitar reírse al escuchar eso. –Si tú lo dices. Así que eso atraer a Supergirl, ¿eh? no lo habría adivinado.

–¿Que? No, digo son unas bonitas criaturas pero, no, ja. Yo, por ejemplo ¡usted!

–¿Yo?

–Sí, usted también es un buen espécimen.

–Técnicamente, dices que me parezco a un panda. Creo que debería dedicar unas horas al gimnasio.

–¡No! Claro que no. ¡No es necesario! ¿Se ha visto en un espejo? Usted es... Es, mu-muy bonita, digo, quien no vería eso, ¿no? Cualquiera con dos ojos vería que tiene buen cuerpo. -Melissa estaba segura que en color de su rostro rivalizaba con el de su capa.

–¡No es que estuviera mirando su cuerpo todo el tiempo! No. Pero. Ah...- se quedó en blanco, por suerte para ella a lo lejos escucho el sonido de una sirena, tenía trabajo que hacer. –De-debo irme, hay problemas.- se dirigió al balcón. –Adiós Lena.- emprendió vuelo apenas se despidió, a los lejos pudo escuchar que Lena se despedía también, pero en un tono bajo, y logró recoger ese sonido solo gracias a su súper audiencia. No sabía cómo sentirse al respecto.


Problemas; SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora