–Así que ¿por qué tantos suspiros Supergirl?- dijo viéndola detenidamente
–N-nada.- no pudo evitar que su voz temblara un poco, en lo escaso que había interactuado con Maggie, había notado que era una persona muy perspicaz e intuitiva, inclusive en ocasiones llego a pensar que tenía una especie de bola de cristal que le permitía ver cosas que las demás personas no podían, era eso o sus habilidades de disimulo necesitaban pulirse, pero no podía ser aquello, ella era la persona más "disimulada" del mundo, según su hermana Alex.
–¿Acaso un malhechor dando más problemas de lo usual?- siguió preguntando.
Tenía que salir de allí. – No es nada, yo... Eh... Tengo cosas que hacer de súper héroe por allá.- señaló a su espalda. – Así que... -dispuesta a irse, comenzó a girarse, pero la voz de su contraria la paró en seco.
–Es ella ¿no es cierto?
Definitivo, ella tenía una bola de cristal. La encaró de nuevo y trato de que su voz sonara lo más normal posible.
–N-no sé de qué hablas.- respondió.
–Oh Vamos Supergirl, eso no funcionará conmigo- le dijo con una sonrisa confiada.
–...
–...
Se vieron fijamente, una con una sonrisa nerviosa, tratando de mantener el contacto visual y la otra con la mirada confiada y una pequeña sonrisa amenazando con romper su fachada.
No tenía escapatoria. -¿Porque justo ahora los ladrones deciden estar tranquilos?- pensó, no es que deseara que los ciudadanos de Nacional City estuviera en peligro, solo quería una excusa para salir de allí.
Se rindió, quizás hablar con alguien con más experiencia le ayudaría. –¿Cómo lo sabes?- le dijo colocando las manos en su cadera.
–No, de hecho no lo sabía, acabas de confirmármelo.- respondió con una sonrisa triunfante.
Se quedó paralizada luego de escuchar esa respuesta, definitivamente Maggie era alguien de temer, quizás debería advertirle a Alex sobre la bola de cristal de la agente frente a ella.
–¿Y bien?
– Y bien ¿qué?-. La heroína la miró sin entender a qué se refería.
–Oh vamos, háblame de ella.- le dijo imitando su pose, sin perder su sonrisa.
–Po-porque mejor no hablamos en otro lugar-. Dijo observando como otros agente hacían su aparición en el lugar.
–Bien, en unas... -miro su reloj-. Tres horas, te espero en mi apartamento.- y con eso le guiñó un ojo y salió.
Segundos después de la partida de Maggie, soltó el aire que no sabía que estaba conteniendo, esa chica era impresionante.
Después de ese encuentro las cosas siguieron sin contratiempos, sin embargo los minutos, incluso los segundos pasaban con lentitud para Melissa, luego de salvar unos pequeños gatos atrapados en la rama de un árbol, decidió despejarse un poco, así que se trasladó a un edificio no muy alejado de la ciudad y se quedó recostada en el techo los mismo observando el cielo, el cual estaba teñido de un color naranja intenso, con matices rojos y cuya fuente era el sol mismo, y este se ocultaba lentamente para dar paso a un hermoso atardecer.
Y aunque la vista era muy bella no evito que diera un vistazo a su teléfono, faltaban veinte minutos para su encuentro con Maggie Sawyer y no sabía si estaba ansiosa por encontrarse con ella y por querer evitar aquel encuentro, después de todo sería la primera vez que hablaría con alguien más de sus sentimientos además de Alex.
Tomó una respiración profunda y se dispuso a pensar en otras cosas, su mente vago por múltiples pensamientos, desde una gran variedad y cantidad de comidas que pondría a cualquier persona normal en un estado deplorable de salud hasta un pequeño fragmento de su vida en Kriptón, pero antes que este último cambiara drásticamente su estado de ánimo, algo más apareció.
Una persona, la misma que no podía sacar de su mente desde que la vio por primera vez, la misma que poseía una gran fortaleza y compromiso por hacer lo correcto, la misma a quién secretamente admiraba, la misma cuya belleza no se comparaba con nada que haya visto antes y seria envidiada por cualquiera hasta en el lugar más recóndito del universo.
–Lena Luthor.- dijo inconscientemente, tan pérdida estaba en ello que tardó en notar que su teléfono había estado zumbando en su bolsillo. Lo sacó y se dio cuenta que había sido la alarma que había puesto para no llegar tarde a su encuentro con la agente Sawyer y ahora tenía siete minutos de retraso.
–Rayos.- Dijo levantándose lo más rápido que pudo, pero justo antes de despegar, se dio cuenta de que en realidad no sabía dónde vivía la agente.
Antes de entrar en pánico un nombre se le vino a la cabeza, marco de inmediato y espero unos segundos a que contestaran.
–¿Hola?- salió del alta voz.
–Hola Winn, soy Melissa, necesito que me hagas un favor.
...
Después de conseguir la dirección y evitar las preguntas de Winn, voló lo más rápido que pudo al lugar. Al llegar comprobó su teléfono una vez más, ahora tenía quince minutos de retraso. "Bueno quince minutos no son tan malos, ¿no? - pensó esperanzada de no encontrarse con la furia de Maggie Sawyer al otro lado de la puerta.
Respiró hondo y toco con suavidad la puerte frente a ella, lo último que quería era destrozarla debido a sus nervios. No paso mucho tiempo hasta que la puerta se abriera revelando a Maggie Sawyer usando unos pantalones cortos y una blusa algo grande para su tamaño, de pronto la voz de la agente la sobresaltó.
–Parece que te gusta mucho tu traje.- dijo mirándola divertida.
–Sí, yo... Eh... Lamento el retraso.- termino diciéndole sin mirarla, avergonzada por su falta.
Riéndose un poco ante la escena frente a ella, decidió no molestarla por eso, al menos por ahora. –No te preocupes, a todos nos pasa alguna vez. Ven entra.- dijo abriendo la puerta por completo para que su visita pasará.
–Ok, con permiso.- respondió en un tono algo bajo mientras entraba.
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Problemas; Supercorp
FanfictieProteger Nacional City y llevar una vida de reportera parece un poco difícil, ¿no crees? Necesitas ayuda pero, ¿quien mejor que tu para hacer el trabajo? Nadie. Entonces, ¿seria mas fácil si hubieran dos como tu? Algo así...