Capítulo 18

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Lena Luthor se encontraba muy concentrada observando unos documentos mientras se dirigía a su oficina, era un día normal de trabajo, después de un saludo rápido a su secretaria se adentró en la habitación, tan ensimismada estaba que tardó en darse cuenta de la caja que estaba encima de su escritorio, su primer pensamiento fue de peligro sin embargo, algo le decía que se equivocada, además extrañamente no había recibido ningún ataque en las últimas semanas.

Lenta y con cautela se dirigió a la caja, al estar a unos centímetros de ella, esta se abrió de golpe asustándola, pero no había una bomba a punto de estallar o un cruel aparato de tortura, tan solo había un arreglo con flores de tres tipos, pero principalmente habían rosas rojas.

Estaba muy desconcertada, no sabía sí se trataba de alguna broma absurda, revisó y notó que no había ninguna información, decidió ignorar este aparente regalo o lo que significaba y se concentró en su trabajo, tenía una compañía que correr.

Pero esto no se detuvo allí, a través de los siguientes días siguió recibiendo diferentes obsequios que aparecían en lugares que solo ella vería, nadie más parecía saberlo y para rematar ninguno de ellos daban pista del paradero del responsable.

Ignorar claramente no estaba funcionando y su mente se encontraba demasiado ocupada en su nuevo proyecto como para pensar en los posibles sospechosos.

"No es como si fueran muchos después de todo" -pensó mientras colocaba otro de los regalos junto con los demás, los había amontonado en una esquina de la habitación y no había permitido que nadie más que ella entrara al lugar.

Se alejó un poco y observo la pila de objetos, esto comenzaba a ser hilarante. La voz de su secretaria la saco de sus reflexiones.

–Señorita Luthor, Kara Danvers está aquí para verla. -sonó por el intercomunicador.

Kara, no había visto a la rubia desde hace varios días. –Dígale que pase. -Contestó.

No paso mucho tiempo antes de que Kara apareciera en todo su esplendor, y por alguna razón se veía más adorable que de costumbre, sacudió su cabeza, no era momento de pensar en esas cosas.

–Kara.- la abrazó. –¿A que debo la visita?

La rubia le dio una sonrisa gigante y casi ¿anhelante? No estaba segura. –Hola Lena, solo quería ver como estabas y ah...- Se detuvo de repente, parecía estar nerviosa y miraba hacia todos lados menos al CEO frente a ella, de pronto su mirada se dirigió a una esquina de la habitación, Lena siguió la mirada de Kara.

–Oh eso, al parecer tengo un admirador secreto.- dijo en broma, pero la rubia no contesto, de hecho tenía una mirada difícil de descifrar.

–Es... Impresionante.- su voz no contenía una pizca de felicidad.

–Supongo, es lo único que he estado recibiendo en toda la semana.

–¿Qué?- preguntó con incredulidad.

Lena no podía entender las reacciones de Kara. –Sí.- confirmó. –Primero fueron las flores, luego varios chocolates, también...- pero en este punto Kara ya no estaba escuchando, cuando pensó en visitar a Lena tenía un solo objetivo en mente, pero ahora su mente estaba abrumada tratando de darle sentido a la situación.

–¿No has recibido algo más?- preguntó tan bajo que Lena casi se lo pierde.

Lo pensó un poco. –No, en realidad no.- dijo terminando por confirmar los temores de Kara.

–Lo siento Lena pero debo irme, tengo algo que hacer.- se levantó de inmediato apenas la CEO terminó.

Lena al ver la expresión abatida que se había apoderado de su amiga trato de hacer algo para arreglarlo, pero la rubia fue más rápida. –E-está bien, ¡adiós!- alcanzó a decir.

Suspiró ese encuentro no había salido bien, era la primera vez que Kara actuaba de esa manera, al menos con ella, siempre había sido alegre y llena de energía, totalmente opuesto a como salió de su oficina, quizás ella había hecho algo para molestar a Kara, quizás había arruinado su amistad para siempre como la Luthor que era.

Sacudió la cabeza para alejar esos pensamientos, arreglaría las cosas con Kara después, ahora tenía trabajo que hacer.

...

Bostezó sin poder evitarlo, ya habían pasado varias horas desde su encuentro con Kara, su trabajo la había distraído lo suficiente, pero era en momentos como este, luego de un día agotador, que sus pensamientos viajaban a cierta rubia sin poder detenerlos.

Aun así, lo intentó mirando su habitación, la pila de regalos había sido removida, luego de su anterior encuentro concluyó que por alguna razón desconocida eso había molestado a Kara, así que los mando a dejar a su casa con su chofer, ahogó un bostezo.

–Luces agotada.- dijo una voz detrás de ella haciéndola sobresaltar.

–Supergirl.- respondió sorprendida de ver al súper héroe parada en su balcón. Al igual que con Kara no la había visto en varios días, supuso que era porque estaba ocupada con sus deberes de súper.

–Hola Lena.- saludó con una sonrisa. Por alguna razón Lena tuvo una sensación de déjà vu al verla.

–Hola.- dijo mientras le abría la puerta a su nuevo invitado.

–Yo ah... estaba patrullando cerca, así que... decidí ver que tal estabas.- trato de justificarse. –¿Quieres que te lleve a tu casa?

–¿Qué?- esa propuesta había salido de la nada. Observo que la heroína la miraba esperanzada, así que dejo de pensar más y aceptó.

El viaje fue lento y estimulante, aun cuando sus miedos parecían hacerse cargo, Supergirl se aseguró de tranquilizarla susurrándole constantemente al oído, esa acción la puso nerviosa la mayoría de las veces.

–Bueno, aquí estamos.- dijo mientras la bajaba de sus brazos.

Lena ignoro el tono decepcionante del súper pensando que era sólo su imaginación. –Sí, Gra- se paró en seco al ver la puerta de su casa. –No puede ser.

–¿Qué pasa?- dijo Supergirl, quién parecía que recién despertaba de su ensoñación. –Eso es... Grande.- término sin quitar su mirada del peluche que adornaba la puerta junto con una gran cantidad de globos rojos.

Ignorando la falta de elocuencia de su acompañante, se acercó y encontró una tarjeta. –"Por fin"- pensó, pero no había nada más que una frase. Suspiró, esto del anonimato comenzaba a molestarla, si no estuviera tan ocupada con el nuevo proyecto de L-Corp ya habría atrapado a la persona responsable.

Se giró y encontró a Supergirl en la misma posición la única diferencia era su expresión, parecía estar en un conflicto interno.

–¿Supergirl?- llamó, eso pareció despabilarla.

–Yo ah- de-debo, irme.- dijo mientras se alejaba con la mirada baja.

–Por supuesto, ah... ¡gracias! -pero el héroe ya había despejado. Por alguna razón aquello se sentía familiar, dejo de pensar, ahora solo quería recostarse en su cama.

Se volteó. –Ahora, ¿Cómo soluciono esto?- dijo al ver el enorme obstáculo en la puerta.

Problemas; SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora