La fiesta

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Llegó la hora de ir a la fiesta. Cogí un bolso con lo necesario y Allan nos estaba esperando en el coche. Él abrió mucho los ojos, como si de mi escote saliesen serpientes.

-Joder hermanita, que pibón estaba durmiendo en la habitación de al lado-me dijo-. Aunque vas un poco descapotada ¿no?

-Allan ni que fuera un coche-replicó Diane.

-Vale, vale pero ¿estás segura de que una chaquetita no te venía bien?

-Allan, que quieres ¿que vaya con jersey de cuello alto a una fiesta?

-Touché-se rindió.

No pude evitar sonreir. Abrí la puerta del coche y me metí dentro. Me estaba poniendo nerviosa y las palmas de las manos me habían comenzado a sudar. Entonces, me puse los dedos de la mano derecha en la muñeca de la mano izquierda. Entoces, a través de la piel, sentí el latido de mi corazón que tantas veces había querido silenciar. Las pulsaciones rítmicas que demostraban que estaba viva.

-Esta noche no nos podemos ir sin habernos liado con alguien-dijo Diane, rompiendo el silencio que se estaba volviendo incómodo.

-Krys, tu si no ligas no pasa nada, eh-dijo Allan.

-¡Cállate ya! Tu hermana es un pibón, tu lo has dicho y se merece liarse con alguien así que chsst. Por cierto, llevarás preservativos, ¿no Krys?-me dijo Diane guiñándome un ojo después de hechar la bronca a mi hermano. No pude hacer nada más que reírme.

-¿¡Eso es cierto Krys!?-me dijo Allan, alarmado.

-Puede-dije sin parar de reírme.

El trayecto se hizo corto. De repente, el coche se paró delante de la puerta de la casa de Rick. Ya había un grupo de tres o cuatro chicos tomando vodka como si fuera agua.

-Fuera nervios ¿eh?-me dijo Diane.

-Nervios, nada. Sólo un infarto inminente-respondí.

-Tranqui, esta noche vamos a ser las putas amas. Piensa en eso. Vamos.

Diane bajó del coche.

-¡Vamos!-Repitió.

Bajé del coche y entré por la puerta. Sin darme cuenta, el grupo de amigos de Rick estaba rodeandonos. Diane miró a Math Smith, el hijo de la profesora de ética y a por el que fue sin consultar. Yo busqué a Rick. Tardé en encontrarle, pero le encontré. Estaba en la barra con unos amigos.

-Hola Rick-dije, avergonzada.

-Hey Krys, has venido. Joder que guapa vas.

-Bueno, la ropa la ha elegido Diane, yo solo soy la percha.

-Ya les gustaría a las otras perchas ser como tu.

Me reí y me sonrojé.

-Gracias.

Entonces, pasó una bandeja con chupitos de tequila. Cogí dos.

-¿Bebes?-le pregunté ofreciendole un chupito.

-No suelo beber... pero supongo que para todo hay una primera vez-dijo.

-Exacto-afirmé.

-Por nosotros-dijo, elevando el vaso.

-Por nosotros-respondí.

Chupito a chupito fui volviendome más... desinhibida. Adiviné que a mi compañero de chupitos le estaba pasando lo mismo. Estábamos hablando y de repente no pude más y le besé. Fue un beso apasionado al que él respondió con la misma intensidad que le había dado yo.

-Arriba hay habitaciones... si quieres...-Me dijo.

-Quiero-respondí.

Seguimos besándonos, incluso por las escaleras. Abrió la puerta y le tiré a la cama. Seguí besándole el cuello y la clavícula. Me quité el vestido y me volví loca.

Una chica diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora