Embarazos verdaderos

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-La camarera y Allan desaparecieron a la una-dijo Diane entre trago y trago-. Krys, ponme tequila o vodka que esto no coloca nada.

Estábamos en la barra tomando la última copa. Rick y Math estaban hablando de fútbol y yo estaba hablando con Diane. Al parecer Gemma le había caído bien.

-Voy a por vodka-dije.

-Mejor será.

-Y tu, ¿qué tal con Math?-dije levantado las cejas repetidas veces. -Supongo que bien-dijo secamente.

-Diane no jodas ¡Si te llama cariño!

-Chssst-me calló-. Lo sé, lo sé, creo que está yendo un pelín rápido. Se cree que yo llamo cariño a todo el mundo o algo-me reí ante el comentario.

-Diane, te conozco como si te hubiera parido. Si te hubiera llamado cariño sin tu consentimiento, le habrías pegado una ostia en su carnet de paternidad, ¿o me equivoco?-levanté una ceja.

-Hablemos de otra cosa-miró a otro lado y se quedó pensativa-. ¿Qué tal tu con Rick?

-No hemos avanzado. Besito, besito y al día siguiente si te he besado no me acuerdo... Bueno la verdad es que ha habido más que besitos esta vez pero no importa-Diane abrió los ojos.

-¿Lo habéis vuelto a hacer?

-Faltó poco.

-¿Borrachos?

-Sobrios.

-¿Algo más?

-Detalles.

-¿Qué detalles?-vale esto ya parecía un interrogatorio.

-Dormimos dos noches juntos, me caí sobre él en un río y me cuidó todo un día porque estuve mala-dije mirando al techo. No quería ver como abría la boca y empezaba a dar saltitos como una niña pequeña. Si, Diane no había crecido en lo que a los tíos se refiere.

-¡Eso no son detalles!

-Bebe y calla-dije.

-A tu salud-bebió un chupito de vodka. -Lo mismo digo-cogí un chupito y sentí como me ardía la garganta según el vodka bajaba hacia mi estómago.

-Krys, vamonos ya que si no me emborracho-dijo Diane. No había nadie más en la cafetería. Me tocaba cerrar.

-Chicos, tengo que cerrar la cafetería así que fuera.

Math cogió de la cintura a Diane. Luego se hacía la dura pero bien que se dejaba abrazar. Me puse mi abrigo y cerré todas las puertas. En la calle hacía frío.

-Rick, ¿me llevas a casa?-pregunté.

-Por supuesto-Respondió.

-¿Dónde tienes el coche?

-Al final de la calle.

Caminamos juntos hasta el coche. Yo tenía frío y él emanaba calor. Llegamos y me senté en el asiento del copiloto. El trayecto fue corto. Era tarde y en las calles no había casi nadie. Llegamos a mi casa y Rick me acompañó hasta la puerta.

-Hasta mañana, Sirenardo-me despedí y le di un beso en la mejilla.

-Hasta mañana princesa.

Abrí la puerta y la cerré a mi espalda. Subí las escaleras y... ¡Premio! En un peldaño intermedio estaba la camiseta de mi hermano. La recogí y seguí subiendo. ¡Segundo premio de la noche, señores! Una camiseta  del uniforme de la cafetería idéntica a la mía, supongo que de Gemma. La cogí y por fin llegué a mi habitación. Me tiré en la cama y ni me molesté en ponerme el pijama. Me dormí.

*****

I don't wanna miss a thing me despertó a las nueve de la mañana. Es lunes, pero sigo en vacaciones de primavera, mañana si que toca ir al instituto. Entonces, ¿por qué coño suena la alarma? Cogí el móvil y vi que no era la alarma, sino una llamada. Era Emily. Qué raro.

-¿Hola?-dije.

-¿Krys, eres tu?-me dijo,  estaba llorando.

-Sí... ¿Qué quieres Emily?

-Nozecomopufopzar de verdaaad-dijo algo parecido a eso entre sollozo y sollozo.

-Emily, ya se que tu cabeza no da para más, pero haz un esfuerzo y habla lo suficiente claro para que se te entienda por favor te lo pido-dije.

-¿Podrías pasarme con tu hermano?-dijo.

-Vale-me despegué el teléfono de la oreja y fui a su cuarto, Gemma seguía dormida y mi hermano descansaba a su lado. Pellizqué el brazo de Allan y se despertó.

-¿Qué coño quieres Krys?

-Es Emily, quiere hablar contigo-dije mientras encogía los hombros. Él cogió el teléfono y se lo puso en la oreja.

-¿Diga?... Emily habla claro, joder...-hasta ahí todo normal-... Sí-se puso pálido.

-¿Qué pasa?-dije. Él se llevó un dedo a los labios y movió la mano en un gesto para hecharme de la habitación. Yo como buena hermanita me fui y bajé a la cocina. Tenía sueño, pero no iba a poder volver a dormir, es una realidad: me despierto y es rematadamente difícil que me vuelva a dormir. Como me había levantado temprano, hice tres raciones de huevos revueltos para que la parejita feliz no se quedase sin desayuno. Les eché sal y pimienta y me los comí con gusto. Entonces, puse la televisión. El chico con voz de pito de Gravity Falls estaba en pantalla. No sé por qué pero no lo cambié.

A los cinco minutos bajó mi hermano con sólo con unos bóxers.

-¿Qué pasa con Emily?-dije.

-Que vas a ser tía...

Una chica diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora