Una chica diferente

Un día normal en la cafetería

Me quedé con la mirada perdida y con una sonrisa triste en la cara.

-¿Por qué te cortaste a los doce?-Me sorprendió Gemma.

-Mi madre me dejó.

-¿Y tu padre?

-Mi madre le mató.

Gemma empalideció. Tengo que admitir que cosas como estas sabes que pasan, pero no tienes ni la menor idea de lo cerca que pueden estar de ti. La reacción de Gemma era normal. Ella no sabía qué decir así que la di un abrazo. Ella se levantó y salimos del cubículo.

-Deja que te lave eso-dije. Cogí un trozo de papel higiénico de un cubículo, lo humedecí y lo pasé por la herida.

-Y tu, ¿por qué te cortas?-pregunté.

-Krystal, no te hagas la inocente, estos muros son tan finos como el papel de fumar, se oye todo-me dijo. Yo sonreí, me había pillado. Chica lista.

-Ya, pero, ¿por qué te lo tomas tan a la tremenda?-dije.

-Porque estoy enamorada de él. Le quiero...

-Si le quieres, no le vas a conseguir por cortarte las muñecas, créeme-le dije mientras asentía-. Esto ya está-dije. La herida ya no sangraba-. Vamos fuera.

Salimos del baño y ella se puso detrás de la barra junto a mi. La verdad, era muy maja y así las horas de trabajo se me pasarían rápido. Llegó la hora de comer. Josh se quedaba al cuidado del negocio así que podíamos salir tranquilamente a comer. La cafetería estaba en todo el centro de la ciudad así que a Gemma, a Amelie y a mi no nos costó encontrar un sitio para comer. Elegimos un burguer. A la mierda la dieta. Pedimos la comida y nos sentamos.

-¿Qué te ha pasado en la muñeca?-preguntó Amelie a Gemma. Gemma me miró, no sabía que excusa dar.

-Se rompió un vaso y se cortó-dije. Fue lo primero que me vino a la mente.

-Tened cuidado con eso ¿vale?-nos dijo como buena jefa.

-Vale-dijimos Gemma y yo al unísono.

La vida con ellas era aburrida porque no nos conocíamos. No teníamos nada en común y no había nada de lo que hablar. La comida se pasó lentamente, supongo que por el aburrimiento, cuando íbamos de vuelta a la cafetería, Amelie decidió hablar:

-Krystal, ¿tienes novio?

Me había pillado. ¿Se podía decir que Rick y yo éramos novios?

-No-respondí algo cortada-. ¿Y tu?

-Sí-se sonrojó. Era una chica vegonzosa y dulce.

-¿Y quién es el afortunado?-dijo Gemma.

-Josh...

-¿¡Que estás saliendo con Josh!?-dijo Gemma.

-Sí, pero cállate, por favor guardad el secreto.

Me reí.

-Mis labios están sellados-dije.

Llegamos a la cafetería y tocaba limpieza. Que horror. Esta noche había una fiesta de no sé qué y había que poner globitos, poner a punto el equipo de música, etc. Fui a llevar cosas al almacén y me encontré con Danny. Qué incómodo.

-Krystal, ¿verdad?-dijo.

-Sí, soy yo-respondí y puse una sonrisa más falsa que los billetes del monopoly.

-Perdona por lo del otro día, la escenita con Gemma y todo eso...-dijo rascándose la nuca.

-No importa, pero trátala con cuidado. Le afecta más de lo que parece-salí del almacén, él me siguió.

-¿Por qué lo dices?-preguntó.

-¿Te crees que se cortó con un vaso? ¿De verdad?-puse los ojos en blanco-. Lo hizo por ti Danny-se quedó con la boca abierta y yo me fui. Que lo asumiera él solito. Que asumiera que las chicas somos duras hasta cierto punto. Los chicos, los humanos en general a veces vemos a las personas o muy débiles, o demasiado fuertes, hay un termino medio, ¿no?