En mi reproductor de música hay dos canciones que se llaman igual: Just Breathe. Cualquier persona que vea mis canciones diría que soy tonta por tener dos canciones iguales. No señores, no son iguales. Ahí, en letra pequeña pone el artista de la canción. En una se ve See you soon y en otra This love. Con una canción me dan ganas de llorar y pensar en todas las cosas negativas de este mundo mientras que con la otra me dan ganas de comerme el mundo, gritar y saltar de euforia. ¿Cómo cuatro acordes pueden cambiar el estado de ánimo de una persona? Ni puta idea, pero ocurre. A mi me ocurre. Voy por la calle con la capucha puesta. Hoy amaneció lluvioso y así ha permanecido hasta la tarde. Camino hacia la biblioteca. No llueve. Llevo la capucha para que no me llamen nerd solo por no suspender y porque me guste leer. Sí, soy de esas chicas que sueñan con los hombres perfectos de los libros y que piensan que los hombres perfectos deberían de saltar de las páginas a rescatar a las chicas rodeadas de gilipollas. Volvamos a las canciones. En mis auriculares sonaba la canción con la que me dan ganas de vivir la vida. Just Breathe de This love. Una religión para mí, señores.
-Show me something real, more than friday nights and sex appeal, cause I've dying just to make an entrance Trying just to not forget this, just breathe...-movía los labios pero no emitía ningún sonido. Caminaba al compás de la canción y mis dedos tamborileaban en mis bolsillos al ritmo de la batería.
Entré a la biblioteca y busqué un libro en concreto, un clásico: Romeo y Julieta. Si, yo haciendo un trabajo de un libro suena raro ¿verdad? Vale pues es el profesor de lengua el único que me cae minimamente bien y no quiero cabrearle más. Pero mi reproductor de música estaba en modo repetición. La canción que tan feliz me hacía sonaba una y otra vez. Hasta que, no sé por qué, la canción cambió. Just Breathe esta vez de See you soon. Los primeros acordes de la guitarra sonaron.
The truth came out like a tidal wave but felt more like a tsunami.
Definitivamente ya no me podía concentrar más en la lectura de palabras tan largas como las de Romeo y Julieta (castellano antiguo). Cómo bien diría mi amigo Ross de Friends (la serie) "saldré un rato a divagar bajo la lluvia". Y así fue: salí a la calle, me quité la capucha y empecé a sentir las gotitas de lluvia en mi cara, la brisa que se colaba plr todos los huecos de mi camisa. Simplemente empecé a disfrutar de lo simple. Empecé a fijarme en la belleza de cosas tan simples como un pájaro alimentando a sus crías, como el capullo de una flor se abría. Todo símbolos de vida. Todo símbolo de lo que tantas veces había querido perder. Porque he aprendido que estar con aquello que me gusta es suficiente (plagio a Walt Withman).
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Una chica diferente
Teen FictionY ahi estaba yo. Con mi pelo azul, mi corona de flores a lo lana del rey, mi dilatación en la oreja izquierda y mi piercing negro en la nariz recorriendo los pasillos. Más de una y más de dos se quedaron mirándome pero a mi ya todo me daba igual...