De camino al pueblo

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Y ahí estaba yo, encima de él, mojados por el agua del río y con la ropa pegándose a nuestros cuerpos. Sentí ganas de reír cuando vi un pequeño rubor en sus mejillas. Le sonreí y él me sonrió. Tras unos segundos que se pasaron rápido, Trevor me tendió la mano para que me levantase. Puto aguafiestas. Joder. Yo nunca había sido la chica despampanante que se lleva a todos los tíos de calle. Yo era la típica morena (digo era porque ahora tengo el pelo azul), con cuerpo normalito y más bien bajita. Lo único que destaca de mí son mis ojos azules (bendita genética). Y ahora, en este momento, hay dos tíos que están buenísimos peleando con miradas, que si lanzaran dagas, los dos estarían muertos. Le di la mano a Trevor y me ayudó a levantarme.

-Gracias-le dije.

Después le tendí la mano a Rick, él la cogió y se levantó. Entonces, miré los estragos que el agua había hecho en mi ropa. Mi camiseta era clara y mi sostén oscuro. La camiseta era prácticamente trasparente. Después de revisarme a mi misma, revisé a Rick. Tenía un corte en el brazo.

-Rick, ¿estás bien?-le pregunté con cara de preocupación y tocando la piel de alrededor de la herida.

-No te preocupes Krys, estoy bien-me dijo sonriendo.

-Esto se puede infectar, deja que te lo lave-le dije yendo a la orilla a por la mochila. La abrí y cogí la botella de agua mineral y unos cuantos clínex que tenía en el bolsillo.

-Estira el brazo-le ordené. Él obedeció y yo le pasé un pañuelo húmedo por la piel desgarrada. Hubiera sido un momento íntimo y precioso si Trevor no estuviese, él no decía nada, pero tenía la cara que se le queda a alguien después de oler mierda. Sin hacerle caso, seguí curando la herida, cogí una de mis pulseras que tapaban mis cicatrices de las muñecas y la cerré, con el pañuelo húmedo debajo, alrededor de su brazo, en concreto, alrededor de la zona herida. Él abrió mucho los ojos y tensó la mandíbula cuando vio mis cicatrices.

-¿Qué es esto, Krys?-me dijo en una voz apenas audible.

-Nada, ya sabes, lo de Wesley-dije quitando importancia al asunto.

-No sabía que había llegado a tanto, Krys. Esto es más serio de lo que yo pensaba-al decirlo, se tensó más. Le dediqué la mejor de mis sonrisas.

-Rick, todo está arreglado, de verdad-le cogí la mano-. Lo pasé mal, pero ya todo está en calma-sonreí aún más.

-Espero que sea verdad, Krys, un hijo de puta así no te merece-dijo serio.

-Gracias-dije ante el halago. Cuando la mirada de Trevor se hizo insoportable me levanté y fui hacia la orilla. Seguía completamente empapada y ya eran las siete y pico, estaba empezando a anochecer y una ligera brisa me estaba calando los huesos.

-Trevor, será mejor que nos vallamos, tengo frío-dije frotandome el brazo intentando entrar en calor. Me puse los zapatos y Rick llegó hasta la orilla e hizo lo mismo que yo.

-¿Por dónde volvemos?-Preguntó Rick.

-Por aquí-Trevor señaló un camino cercano al río. Genial, más brisa húmeda que me hacía sentirme tan bien (notese el sarcasmo). Recorrimos un buen trecho y al cabo de cuarenta minutos, la noche se nos había echado encima y las zapatillas me rozaban los pies, haciendo que andara como un pato.

-No puedo más-dije suspirando.

-Queda poco, tranquila-me dijo Trevor.

Seguía empapada y, podía intuir que mañana estaría enferma. Cuando vi las luces del pueblo, ma lancé a la espalda de Trevor, para ir a caballito hasta el pueblo.

-¿A que me llevas?-dije.

-Pues claro-respondió con una sonrisa. Miré a Rick, buscando su aprobación, él se encogió de hombros.

Una chica diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora