Te puede sonar raro...

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Seguía encima de la espalda de Trevor cuando mis parpadeos empezaron a hacerse más largos. Me dormí con la cabeza apoyada en su hombro. Debéis de saber que mi sueño no es muy profundo (a excepción de cuando estoy borracha, claro está).

-Te gusta, ¿verdad?-dijo Trevor cuando creían que no podía escucharles.

-¿Te va a molestar si te digo la verdad?-preguntó Rick.

-No-respondió secamente Trevor.

-Si te digo la verdad, me gusta demasiado.

Sonreí.

Llegamos a casa y pude notar como Trevor llamaba al timbre. Me bajó despacio de su espalda y me puso en el suelo. Me desperté a tiempo para despedirme de Trevor. Él se fue y me dejó a solas con Rick. Sin decir nada. Sólo bastó con mirarle a los ojos. Le besé. Fue un beso fugaz pero yo sé que tanto para él como para mí significó más que un simple beso. Le cogí de la mano y Allan nos abrió la puerta.

-Krys, ¿Dónde estabas? ¿Por qué coño estáis tan mojados? ¡Ya iba a llamar a la policía! ¡Joder Krys me has dado un susto de la ostia!

-Allan, Allan, relax, ¿vale? Relájate. Salí con un amigo y con Rick a dar una vuelta por el campo, por allí había un río y se me ocurrió la brillante idea de cruzarlo. Me tropecé y empujé a Rick que también se calló y supongo que se nos hizo tarde-le expliqué a mi hermano.

-¡Vas a coger una pulmonía!

-Allan ya pasó, eh. Tranquilízate, ahora me doy una ducha, me cambio de ropa y ya está-entré a casa sin soltar la mano de Rick. Detrás de Allan estaba Wesley.

-¡Krys!-corrió hacia mi con la intención de darme un abrazo.

-¡No, Wesley, no!-intenté pararlo. No se había dado cuenta de que estaba mojada de pies a cabeza. No le pude parar y me dio el abrazo. Cuando se separó de mi, la parte delantera de su camiseta gris claro estaba de color gris oscuro por el agua. No pude hacer otra cosa que reírme. Miré hacia Rick que estaba tensando la mandíbula.

-No estés celoso, solo somos amigos-le susurré al oído.

-No estoy celoso, Krys-dijo en voz alta.

-Entonces, ¿qué te pasa?

-Que este imbecil-miró a Wesley-, provocó esto, Krys-dijo cogiendome la muñeca izquierda, la de las cicatrices-. Él no se merece ni respirar el aire que respiras.

Dedicó una mirada de odio a Wesley, me soltó la mano y se fue. Yo también me fui a mi habitación, cogí un pijama, una bolsa de plástico y fui al baño a ducharme. Me quité la ropa mojada, la metí en la bolsa de plástico y me metí debajo del chorro de agua caliente de la ducha. Pasó algo raro: no puse música. Salí de la ducha y me puse el pijama. Genial, solo había traido pijamas de verano. Los virus y las bacterias de las enfermedades me comerían viva. Busqué a Rick, le encontré en su habitación.

-¿Te has duchado ya?-le pregunté.

-Si, ¿y tú?-asentí.

-Te va a resultar raro, pero hoy no tengo ganas de fiesta y Emily seguro que se trae a algún ligue a la cama. No quiero presenciar eso, así que ¿sabes de alguna habitación vacía?

Rick me llevó a través de los pasillos y encontramos una habitación con una cama de matrimonio.

-Gracias por todo, Rick-le di un abrazo.

-De nada.

-Te puede sonar raro pero... ¿Te quieres quedar a dormir?

Una chica diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora