Resultado: Nombre no encontrado

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Me desperté dentro del coche. Mi pierna estaba en un ángulo no muy natural atrapada debajo del asiento de Cara, que se había soltado y movido hacia atrás con la caída del coche. Miré a mi alrededor. Una preocupada Diane, con los ojos llenos de lágrimas, me miraba.

-¡Krys!-me cogió de la mano-¡estás viva!

No le pasaba apenas nada, solo tenía una brecha y algunos cortes en el brazo. Un gemido de dolor salió de mi garganta.

-Diane, llama a una puta ambulancia-dije como súplica. Miré a mi derecha. Rick estaba inconsciente, al igual que Cara. Rick. Tenía la mano fría. No sobreviviría. Mis ojos se llenaron de lágrimas. No puede ser. Diane llamó a la ambulancia y después volvió a romper a llorar. Math la consolaba como podía. Yo no tenía a nadie que me consolara. El único que podría ayudarme agoniza a mi lado.

Pasaron cinco minutos y empecé a sentir frío. A perro flaco todo se le vuelven pulgas, supongo que sería fiebre. La fiebre vino acompañada de sueño. Mi respiración se ralentizó. Se volvió agonizante y pesarosa. Los parpadeos empezaron a prolongarse. Entonces, justo en el horizonte, vi dos puntos de luz. Dos puntos rojos. Espera, ¿no se supone que tenía que ser una luz blanca? Mi mente dejó de funcionar una vez hecha esa reflexión. Me dormí y esperé a la muerte.

Comencé a oir voces masculinas.

-¡Sus constantes vuelven a ser normales!-gritó alguien muy cerca de mi.

Comencé a abrir los ojos. Solo veía un techo blanco y unas lámparas de un blanco inmaculado. No había muerto. Estaba en un hospital. De repente me cogieron la mano. Sonreí como pude, pensando que sería Rick. Me decepcioné al ver que era Allan. La sonrisa se borró de mi cara.

-Tienes que ser fuerte, Krys-me dijo, preocupado.

-Se intenta-dije en un susurro casi inaudible. Me inyectaron unos sedantes y estos hicieron efecto sobre mi demasiado pronto.

Desperté en una habitación de hospital. Mi pierna dolía más que en el coche. estaba de nuevo en su posición natural. Para eso serían los sedantes. Me incorporé. Allan estaba, a mi lado, dormido en una silla. Era de noche. No podía estar tranquila sin saber donde estaban el resto de ocupantes del coche. Robé las muletas de mi compañero de habitación y salí de la habitación haciendo el menor ruido posible. Llegué a la recepción del hospital y pregunté por mis amigos. La idiota de la recepcionista no encontró a Cara. Me mostró la pantalla y lo único que aparecía era "Resultado: Nombre no encontrado". Ya me las apañaría para buscar su habitación. Primero fui a la habitación de Diane. Math dormía a su lado en una cama. Diane tenía un vendaje en la cabeza y Math una escayola en el brazo. No quise despertarles. Después fui a la habitación de Rick. Dos enfermeros cubrían a un cadáver de cabello moreno con una sábana. Lo tapaban por completo. Noté que palidecía. Estaba muerto. Solté las muletas y fui como pude hacia la cama. Comencé a llorar.

-No puede ser-comenzó siendo un susurro-, no puede ser-elevé la voz-, ¡no puede ser!-acabé gritando y sollozando.

Entonces, los dos enfermero se apartaron. En la cama del fondo, un preocupado Rick me miraba. Entonces, mis lágrimas dejaron de resbalar por mi cara y no pude hacer más que correr hacia él y abrazarle, inundándome de su olor. Volví a llorar, esta vez de alegría.

-Te quiero Sirenardo. Te quiero, te amo, te adoro-hablaba deprisa, casi asfixiada.

-Yo también te amo princesa.

-Rick, si hubieras muerto, yo hubiese muerto contigo. Te amo y te amaré siempre.

Él se separó de mi, me miró a los ojos que estaban llenos de lágrimas, y me besó. Fue un beso dulce y a la vez ansiado por los dos. Nos necesitábamos el uno al otro.

-Nunca me voy a ir de tu lado-susurró en mis labios.

Sonreí y me tumbé a su lado en la cama. El dolor de mi pierna parecía haberse esfumado.

Desperté temprano. Todavía no había encontrado a Cara. Cogí mis muletas robadas, que estaban tiradas al lado de la puerta y volví a ir a la recepción. Esta vez había una señora entrada en años. Por lo menos sabría encontrar el nombre de Cara, tendría más experiencia.

-Buenos días, ¿podría decirme en qué habitación se encuentra Cara Smith?

-Cara Smith... espera un segundo-me dijo y comenzó a mover sus dedos sobre el teclado del ordenador-. Aquí está. Hace trece horas, la trasladaron al edificio de al lado, lo siento. Me tengo que ir.

Que educada, pedía perdón por tener que marcharse. Volví a coger las muletas y salí del hospital. Al llegar al edificio de al lado empalidecí. En la puerta, en letras verdes, ponía: Tanatorio. Comprendí que ese lo siento de la recepcionista dwl hospital no había sido por tener que irse.

Entré y una rubia estaba detrás del mostrador.

-Perdone, ¿dónde está Cara Smith?-dije.

-Sala 11-respondió.

En cada puerta había un número. Entré en la sala 11. Ahí estaba su pequeño cuerpo, postrado en una camilla, pálida y con mal aspecto. Estaba muerta. Me llevé una mano a la boca y comencé a llorar. Salí lo más rápido que pude del tanatorio y fui al hospital, a la habitación de Diane. Cuando llegué, sin ni siquiera preguntar, la abracé y manché su camiseta de lágrimas.

-¿Qué pasa, Krys?-preguntó Math, que estaba detrás de Diane.

-Que Cara ha muerto-no pude aguantar más y, en ese momento, me derrumbé del todo.

Una chica diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora