❝Amour☽Croissante❞ ; NamJin

Préoccupation

Préoccupation: preocupación

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Jimin caminaba tranquilamente, tarareaba la melodía de la canción que escuchaba y llevaba la pequeña maleta de plástico con las herramientas para realizar limpiezas dentales en su mano derecha. Su último cliente vivía cerca de su lugar de residencia, entonces decidió volver caminando. Esa tarde le había ido muy bien, por lo que decidió pasar por una tienda y comprar algún pequeño obsequio para su amigo y cuidador, ya que acostumbraba a hacer eso de vez en cuando. Caminando entre los estantes recordó la primera vez que decidió hacerle un presente, le tomó más de cuarenta minutos decidir qué llevar; ¿Un pastel? No, los suyos eran los mejores ¿Algo de ropa? No, el cocinero tenía ropa elegante y costosa, no podía permitirse comprar algo así. Aquella vez, en su desesperación, tomó un tierno llavero, la colección completa de estos era todo tipo de animales vestidos de distintas profesiones... Obviamente, el primero que le llevó fue uno con delantal de chef. Llegó directo hasta el pasillo donde sabía estaba lo que buscaba, sonrió al encontrar uno perfecto.

Al llegar al departamento se sorprendió al encontrarlo completamente a oscuras, se sacó los zapatos, decidió no usar pantuflas debido al calor y simplemente se quedó en calcetines. Llamó a su amigo por todos los cuartos y no aparecía, miró su celular y no tenía llamadas perdidas, tampoco un mensaje. Se asustó al pensar en que algo podía haberle pasado, Seokjin jamás llegaba tarde, no sin avisar que lo haría. Rápidamente marcó el número del mayor, alcanzaron a sonar solo dos tonos y la melodía de un violín, el cual era el timbre de llamadas de su amigo, llegó a sus oídos al mismo tiempo que la puerta se abría.

—¡Hola Jiminnie! — Saludó cerrando la puerta tras de sí.

—Hyuuuuuung~ me asustaste — puchereó Jimin y finalizó la llamada — pensé que algo te había sucedido.

—Qué dramático, Jimin, solo me demoré un poco... — se encogió de hombros — Tengo edad suficiente para llegar a la hora que quiera a mi hogar — fingió molestia.

—Lo sé, es solo que no quiero volver a pasar por un susto como aquella vez, hyung — confesó soltando un suspiro.

—No pasará, tranquilo... Además, si vuelve a pasar, tengo tu número anotado para que sepan a quien llamar, ya no vivo solo — sonrió y acarició una mejilla del menor.

—Lo sé... Está bien, me quedo tranquilo entonces — sonrió siguiéndolo a la cocina.

—¿Cómo estuvo el resto de tu día? — preguntó mientras se ponía el delantal y sacaba algunos ingredientes.

—Bien, uno de los profesores no asistió, por lo que llegó un poco tarde un reemplazante muy joven y divertido — lavó sus manos, se puso un delantal y comenzó a ayudar en lo que podía — elogió bastante mi baile y el de otros compañeros — sonrió tímido.

—Ahh~ Me parece maravilloso, ese profesor sí que sabe de talento — dijo con tono orgulloso — Sé que serás un gran bailarín y llegarás a los mejores escenarios.

—Gracias hyung — sonrió y continuó cortando vegetales — Lo bueno, es que ese profesor vio el afiche que pegué en esa sala de ensayos e instantáneamente llamó para pedir una hora... Lo sé porque mi celular comenzó a sonar y ambos nos hablamos entando cerca, fue gracioso, le haré una limpieza dental el lunes en la tarde.

—Qué bien, pequeño, me alegro por ti, pero insisto en que no necesitas trabajar demás, estás llegando tarde y no te queda tiempo para divertirte, con tu ayuda en la cafetería es más que suficiente.

—Ya hemos discutido esto, hyung, seguiré trabajando y punto final — frunció el ceño y cortó algunos champiñones.

—Está bien, está bien — bufó — pero no trabajes hasta tan tarde.