❝Amour☽Croissante❞ ; NamJin

Sincérité

Sincérité: Sinceridad

  🍰☕  

Una hora había pasado desde que buscaron refugio en la hostal, juntaron las camas y comenzaron a ver una película mientras estaban acurrucados bajo una manta. Namjoon tenía la cabeza apoyada en uno de los amplios hombros de su novio, quien le dejaba tiernas y constantes caricias en el cabello. Los sonidos que alcanzaban sus oídos eran de la lluvia que golpeaba la ventana y el tejado con extrema violencia, los efectos especiales de la película y sus respiraciones. La habitación era completamente acogedora; de un pulcro blanco en las paredes, cortinas y ropa de cama en el mismo tono rosa pastel, muebles y adornos de madera y algunas pinturas colgadas. El piso era de madera lisa y de un tono claro, había una alfombra muy amplia y mullida a los pies de la cama, tanto les había agradado la textura que esta tenía que ambos quitaron sus calcetines para poder sentirla a la perfección, soltando risas por la ocurrencia que habían tenido.

Ninguno notó cuando la película había llegado a su fin, se habían dormido sintiendo el calor contrario, la reconfortante sensación del cariño y la calidez de la respiración del otro. Permanecieron dormidos cerca de una hora, ya que la puerta fue tocada por la mujer encargada de lavar y secar la ropa de ambos. Seokjin seguía recostado, su cabello estaba más despeinado y esponjoso que nunca antes, lo cual pareció ser completamente adorable a los ojos de Namjoon, aquello y los ojos haciéndose pequeños, los labios abultados, el cuello y parte del pecho visible gracias al pijama, la figura del cuerpo del mayor y los sonidos que escapaban de sus labios al estar estirándose... Todo aquello resultó ser más que enternecedor, estimulante para el moreno, quien solo pudo tragar saliva con dificultad y aproximarse a una de las cajoneras para guardar la ropa recién entregada y fregar su rostro. No podía, por más que quisiera, acercarse y besar con desesperación a su novio, ya que se había propuesto ir con calma para no asustarlo y hacer que se sintiera presionado. Pero Seokjin no se lo estaba dejando fácil, sobre todo porque al voltear, este seguía estirando su cuerpo, lo que dejaba a la vista su plano abdomen, el cual parecía ser tan suave y cálido que el profesor quiso maldecir.

—Deberíamos pedir algo de comer — propuso el menor, intentando distraer sus pensamientos.

—Siii — alargó la sílaba el pelinegro — quiero algo con pescado — sonrió.

—Llamaré a la recepción — dijo intentando disipar su nerviosismo — no, mejor... Mejor iré personalmente a ver qué tienen — no alcanzó a terminar la oración y ya estaba al otro lado de la puerta

—Está bien... — respondió a la nada Seokjin.

No más de cinco minutos pasaron y el moreno volvió con dos menús.

—Hay un restaurante tradicional atrás de este lugar y un restaurante variado unas calles más allá — apuntó hacia la izquierda.

—Veamos qué cosas tienen — sonrió el mayor mientras tomaba uno de los pequeños libritos que su novio le entregaba.

Tardaron en decidir qué ordenar, pero finalmente decidieron por un plato de lasaña con vegetales salteados y una porción de pescado con arroz, algo muy simple y rápido. Namjoon volvió a salir con nerviosismo para hacer el pedido en recepción y entregar los menús. Antes de volver a entrar, frotó con desesperación sus ojos, sentía que no debía continuar así o el mayor se daría cuenta de que algo ocurría.