❝Amour☽Croissante❞ ; NamJin

Viens ici, mon chéri

Viens ici, mon chéri: Ven aquí, cariño

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Sin querer romper el contacto que se generaba por aquel abrazo comprensivo y lleno de apoyo por parte de Seokjin a su abatido novio, decidieron ordenar las cosas en la cocina, al mayor no le interesaba dejar todo de lado con tal de ir a su departamento para acompañar y hacer sentir mejor a su pareja. Terminada la tarea de dejar la vajilla en el lavaplatos automático, los pasteles y croissants en bandejas dentro del refrigerador, ambos bajaron las escaleras, pero Namjoon se quedó en el baño junto a la bodega para limpiar su lloroso rostro, mientras que el chef hablaba con Jimin. El dueño de la cafetería explicó de manera veloz la situación a su amigo y luego de algunos minutos el mesero y su jefe abrieron la puerta de la bodega y llamaron al profesor, quien apareció mostrándose callado y un poco cabizbajo como nunca antes.

-Nammie, Jimin dice que se quedará atendiendo hasta las 5 de la tarde, pegará un aviso anunciando que se mantendrá cerrado hasta el viernes y luego irá a clases, así podemos irnos ahora - sonrió y tomó la mano de su novio.

El menor se dejó llevar fuera de la cafetería haciendo una leve reverencia para Jimin, pero cuando estuvieron fuera reaccionó y comprendió lo que su novio había dicho.

-Jinnie ¿Por qué hasta el viernes? - preguntó acercándose más al mayor, caminando cerca de él.

-Porque mañana tengo hora al cardiólogo en la tarde y estoy seguro de que enviará a realizarme muchos exámenes, por lo que el jueves quiero usar todo el día para eso - miró y sonrió en dirección de su pareja - además de que quiero acompañarte lo que más pueda hoy - le dedicó otra gran sonrisa y un leve sonrojo.

-Está bien, lo agradezco pero no es necesario que Jimin trabaje tanto, aún quedan algunas horas para cerrar - suspiró con pesadez .

-Tranquilo, Nammie, dijo que no había problemas, además viernes y sábado no trabajará - intentó calmar al menor.

-Está bien... - suspiró nuevamente no muy convencido.

Llegaron a la estación, se sentaron al final de uno de los andenes, lejos de todos y esperaron pacientemente mientras se aferraban a la mano contraria con toda la fuerza que podían, como si aquello pudiera hacerlos sentir mejor, como si aquel contacto calmara sus corazones; y realmente lo hacía. El tren llegó a tiempo como siempre, se subieron sin reparar en que continuaban con las manos entrelazadas, hasta que un niño de unos seis años les quedó mirando fijamente con los ojos muy abiertos, llenos de curiosidad. Namjoon iba a solar a su novio, pero este no se lo permitió, le dedicó una sonrisa al pequeño - quien se sonrojó y le sonrió de vuelta mostrando un tierno hoyuelo en su mejilla izquierda - para luego posar sus ojos en el nervioso profesor y murmurarle un "te quiero" que lo hizo calmarse. Si alguien más los miraba, murmuraba cosas o hasta los fotografiaba, la verdad les importaba poco, solo el contrario existía a los ojos de ambos.

Ya en el departamento del repostero se quitaron los abrigos, dejándolos colgados en el mueble junto a la entrada, se calzaron unas cálidas y cómodas pantuflas, caminaron juntos hasta la cocina, Seokjin preparó dos chocolates calientes con cacao amargo, leche y endulzados con un poco de leche condensada. Se acurrucaron juntos en el sillón y bebieron de sus humeantes tazas.

-No sé qué sería de mí sin ti... - suspiró Namjoon y sonrió observando al pelinegro que estaba sentado a su lado con las piernas enredadas con las suyas.

-Quizás seguirías tranquilo con tu vida y no hubieses tenido que pasar por todo esto - hizo una pausa mientras miraba al contrario - y yo no me hubiese animado a nada, jamás hubiese sentido esto - puso la mano libre de Namjoon a la altura de su corazón - sé que late acelerado y es solo por ti. Desde que te conozco que mi corazón late así, de manera diferente a todas las otras veces y, por primera vez, no me siento enfermo, me siento como alguien enamorado - se sonrojó y también se sorprendió, jamás imaginó que confesaría aquello con tanta facilidad.