31.¿Nos besamos?

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El agua de la ducha empezó a salir más fría que el hielo, y me dio de lleno.
-¡Mierda!- apagué corriendo el grifo e instintivamente me tapé la boca con fuerza.
Eran las seis y media de la mañana, tampoco estaba la cosa como para ponerse a montar todo un espectáculo. Después de haberme mordido la mano al tapármela, la aparté de mis labios sacudiéndola y maldiciendo en voz baja. Esta vez me aseguré de poner el agua bien caliente.

Me estaba cepillando bien el pelo, ya vestida, cuando todas las alarmas empezaron a sonar. Poco a poco la gente se empezó a levantar y apagar esos estridentes ruidos. Agradecía a cada uno que tenía la compasión de alargar un poco el brazo para que el ruido del infierno parase, era muy taladrante, multiplicado por todos los que sonaban. Como ya estaba lista, bajé tranquilamente para tomarme un café, sola. Estaba con la taza caliente entre las manos, mirando un punto fijo en la pared que en ese momento parecía un universo paralelo, cuando Nathaly entró en la cocina.
-Hola Jane- pasó por mi lado y se preparó otro café.
Que rápida es esta mujer. Yo en los diez minutos que hacía que ella se había levantado, ni me habría lavado el pelo. Me sorprendió no verla tan animada como siempre.
-Buenos días- di un sorbo de mi taza- ¿Que te pasa que no estás rebosando de entusiasmo?
-Es el primer día- dijo con mala gana- mi buen humor tiene un límite.
-Creí que era ilimitado.
Nath no respondió, solo me miró desafiante mientras bebía de su café.

Cinco minutos más tarde ya estaba todo el mundo en pie, revoloteando por la casa. Para no estresarme más, me puse los auriculares y conecté mi música lo bastante alta como para que nada me molestara. Recordando la cita que tenía pendiente con Alex, revisé la ropa que llevaba puesta. Unos jeans negros y una camiseta blanca de tirantes básica. Con una sudadera gris valía para aislarme de la brisa de septiembre. Creo que iba bien, conociendo escasamente los gustos de Alex, sabía que no iba a llevarme a ningún restaurante de etiqueta.
Por primera vez en mucho tiempo, me apetecía aparecer delante del mostrador de un mc donald's.

Alguien empezó a zarandear mi brazo y me obligó a alzar la vista de mis manos.
-Jane nos vamos ya- Nathaly parecía bastante apurada.
Paré la música y desconecté mis auriculares para poder mirar la hora que era.
-Es pronto aún- dije- las clases no empiezan de aquí a más de media hora.
-Ya lo sé. Era para poder enseñártelo todo con antelación- me puso una mano en el hombro- Créeme, es tan grande como para perderse.

Nath tenía razón. Las dos veces que me presenté delante del campus, me quedé un poco sorprendida con su tamaño. Asentí al comprender que yo sola parecería un gato en una leonera y acepté el tour turístico que Nath estaba dispuesta a hacer por mi.

-Espérame aquí, tengo la mochila arriba.
Cuando me levanté del sofá, Nathaly me paró de una manera en la que casi volví a caerme hacia atrás.
-Para el carro- Nath me enseñó lo que llevaba en el otro brazo- Toma.
Me entregó la mochila y después de dedicarle una sonrisa de agradecimiento salimos por la puerta.

Mientras ibamos andando de camino al campus en silencio noté algo en Nathaly que no era normal. Ella aseguraba que no le pasaba nada, pero yo había podido conocerla lo bastantemente suficiente como para saber que caminar cabizbaja y sin mediar palabra alguna no va con ella.
-¿Vas a estar todo el día así o vas a decirme que te pasa?
-No me pasa nada- no me miró a la cara.
-Vamos Nathaly, estar así no es lo tuyo - dije- y mucho menos mentir.
-Está bien...-empezó a dar patadas a las ojas del suelo mientras caminaba- No sé si es lo que pasó de verdad o son cosas que aparezen en mi mente de sopetón, sin ningún tipo de sentido y no significan nada...
-Eh- la paré- ves al grano.
-He tenido un sueño.- dijo porfin- Y como he dicho antes, no sé si lo ocurrido en este es verdad o no.
-¿Que clase de sueño?- dije extrañada- ¿Premonitorio?
-Ocurría en la fiesta del viernes- cuantas cosas pasaron aquel día...
-Cuéntame lo que recuerdes.
-Estaba sola, tu te habías ido quien sabe donde cuando aparecía Izhan, el chico de mi cita.-explicó- Me pareció divertido verlo y le dije a Lexi que me iba un momento para poder hablar con él. Estuvimos hablando de buen rollo hasta que se azercó demasiado y me dio un beso.- escuchaba sin interrumpirla- Yo había bebido varias copas, así que mi primera reacción no fue apartarlo directamente, si no que abrí mucho los ojos mientras él seguía en mi boca.
-¿Tu querías seguirle el beso?

Iba a decirle si había algo de malo en besar a un chico, pero pensándolo mejor y cabiendo la posibilidad de que Nathaly no estuviera de acuerdo, cambié las palabras.

-No.-dijo- Rotundamente.
-¿Y eso es lo único que te preocupa del sueño?
Besar a alguien cuando tu no quieres es malo, pero si después consigues escapar de sus garras y perderlo de vista...
-En realidad, no- Nath empezó a morderse el interior de su labio- atónita, con los ojos como platos observaba como Izhan me besaba. Sopesando la opción de pegarle un guantazo o despegarme de él sin más, desvié la vista y vi algo que no quería ver al menso en ese momento.
-¿Y era...?
-Vi a Cail.- admitió con la cabeza gacha- Pero no solo eso, me fijé en que llevaba algo en las manos. ¿Sabes que era? Eran mis zapatos Jane, mis favoritos.
-¿Esos que te rompió?
-Esos.

Después de escuchar el sueño de Nathaly empezaban a cuadrarme algunas cosas. Cuando ese mismo dia entré en la casa para subir a hablar con Derek me cruzé con Cail en la puerta. Me pareció bastante destrozado, y es verdad, recuerdo haberlo visto con un bolsa de algo. Fácilmente podían ser zapatos.

-¿Y has hablado con él?- pregunté, girando la cabeza en su dirección.
-No sé si lo que pasa en el sueño es igual que la realidad, pero parecía tan real...
-Nath, habla con él.
Era lo único que podía decirle, apostaría la mitad de mi dinero a que el sueño era real.

No podía dejar de pensar en el hecho de que Nath estaba contandome todo lo que le pasaba, cuando yo no era capaz de explicarle nada de lo que me ocurría a mi. O es que yo soy demasiado observadora y sé al instante que a alguien le pasa algo, o los demás se fijan demasiado poco.

Cuando fuese el momento que yo creyera adecuado se lo contaría, todo.

El resto del camino transcurrió en silencio, ecuchando solo los coches que pasaban en las carreteras más transitadas a esas horas de la mañana.
-Bueno Jane- dijo Nathaly caundo parábamos delante de la puerta de entrada al campus- Bienvenida a tu nueva cárcel.
Nath abrió la puerta del centro para dejarme entrar a mi primera.

No pude contener la risa al escuchar sus palabras. "Cárcel" así es como llamaba al campus en el que ella ya había estado. Esperaba con todo mi ser que estar allí no fuera igual a como ella lo describía.

Portada: Taylor.

Ya veremos como será...

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Graciass

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