22.A dormir la mona

2.4K 126 3
                                    

-Y ahora- Alex me abrió la puerta de su camioneta - el dinero de la gasolina, por favor.
Pensé que era una broma, la sonrisa reprimida que veía en su cara me lo demostraba.
-Claro, se me olvidaba.- busqué alguna moneda en mi cartera - Aquí tienes- tendí la mano y puse en su palma una moneda de cinco céntimos.
-Más de lo que esperaba- dijo orgulloso Alex.
Reí a la vez que negaba con la cabeza y empecé a andar hacia la puerta de la cual ahora era mi casa. 
-¡Hasta otra casanova!- alcé los brazos sin girarme.
-Al menos déjame que te abra la puerta, ¿no?- ese no sonó demasiado cerca. Se ve que este chico tenía el poder de tele transportarse, porque en una fracción de segundo ya estaba a mi lado.
-Adelante- la puerta estaba abierta.
Pasé y me quedé parada adentro, cara a cara de él.
-Me ha encantado la hamburguesa, Alex- vaya cita más 'original' - bueno, creo que los conguitos aún estaban mejor.
Me reí al ver su expresión y noté como revolvía mi pelo rizado bajo sus manazas.
-Espera...- cogió la horquilla que aguantaba mi flequillo, que con tanto meneo ya no sujetaba nada. La colocó de nuevo en su sitio.
-Ahora que lo dices- se lleva un dedo a los labios - la cereza estaba exquisita.- se llevó un golpe en el brazo y risas por mi parte.
-Gracias.- me acerqué sonriendo a él y le di un beso en cada mejilla, a forma de despedida.
-Hasta otra- hizo un gesto de despedida con la mano y yo lo imité. Desapareció en su camioneta cuando arrancó y se alejó de la casa. Cerré la puerta de la entrada.

-Hoola.- abrí de par en par la puerta de la habitación. Tuve suerte de no cruzarme con ningún chico, puedo imaginarme las bromas de doble sentido que tenían preparadas. O eso, o nos restregarían lo mal que lo hemos pasado. No es mi caso.
-¡Shh!- Nathaly estaba tumbada en su cama con el pijama y unos calcetines en su cama, con el pelo recogido en una bola alta revuelta. Miraba algo en el móvil -¿Cuales son estas horas?
-Pereces mi madre- dije en susurros.
-Es casi la una de la mañana, normal que parezca tu madre.
Puse los ojos en blanco y sin despertar a nadie empecé a desvestirme. Fui a quitarme los tacones cuando vi lo que tenía en vez de eso.
-¿Donde has estado?- Nathaly fijó la vista extrañada en las converse que llevaba puestas.
-Me dolían demasiado los pies- digo - creo que me las voy a quedar.
-Quédatelas- automáticamente Nathaly volvió a acomodarse en su cama y siguió mirando lo que sea que aparecía en su pantalla.
Salí de la habitación en pijama para desmaquillarme en el baño. Corrí por el pasillo para no tener que aguantar nongún encuentro innecesario.
Me miré en el espejo. Me sorprendió ver que el maquillaje no se había corrido y mi cara no era una desgracia, como suele pasar cuando es la una de la madrugada. Empecé a pasarme un algodón con desmaquillante por el ojo cuando vi algo blanco que tenía pegado la horquilla de mi pelo. Quité lo que parecía ser un papel de ella.
-No puede ser- pienso - ¿Como ha...?
Alex aprovechó la ocasión de apartarme el flequillo para poner en mi horquilla un papel con su número escrito, no hay nada tan original. Tan "Alex". Sonreí y me lo guardé en la funda de mi móvil. Acabé mi trabajo con el desmaquillante, y me cogí la maraña rizada de pelo en un moño parecido al de Nathaly. Salí corriendo en dirección a la habitación, pero mi táctica anti-encuentros no funcionó.
-¿Que tal ha ido, Jane?- se notaba el tono de broma pesada en la voz soñolienta de Tom.
-Buenas noches, Tom.- entré en la habitación y cerré la puerta de inmediato.

Nathaly ya se había dormido, sorprendente. La imité y me quedé tumbada viendo lo que se cocía por twitter. Las indirectas de los famosos hacia otros me daban la vida. Quién sabe por qué, acabé riéndome en silencio con los memes que encontraba por la aplicación. Eran ya las dos cuando volví a mirar el reloj, ya iba siendo hora de dormir si al da siguiente quería hacer algo útil. Puse el iPhone a cargar y me acomodé en mi cama.
-¡Eeeh!-escuché desde fuera- ¡La puerta!
Abrí los ojos molesta y miré por la ventana. No creía lo que estaba viendo. Volvía a nacer la ira. Bajé las escaleras y abrí la puerta cabreada.
-¿Otra vez tu por aquí?- lo miré con asco - ¿Así?
-Graciass- Derek  alargaba las palabras al hablar.
Caminó serpenteando hasta la puerta con una risa tonta y se acercó demasiado a mi. Apestaba a whisky.
-Hoy no subes así.- hice que entrara a casa le obligué a que se tumbara en el sofá.
-¿Que... hora ees?- estaba peor de lo que pensaba.
-Hora de que te duermas- dije.
Lo dejé tumbado boca arriba en el sofá y fui a por un vaso de agua con ibuprofeno en polvo, vi como se llevaba las manos a la sien y frotaba con expresión molesta. Volví donde él estaba e hice que se bebiera todo el contenido del vaso.
-Te-tengo... sueño- sus fuertes brazos me rodearon y me acercó a él para que me tumbara en el sofá.
Intenté liberarme, pero incluso borracho seguía teniendo la misma fuerza que estando ebrio. No había más remedio que quedarse en esa postura tan incómoda al menos hasta que se durmiera. Su aliento y el olor a alcohol me estaban matando.  No llegué a quedarme dormida ya que unos leves ronquidos me indicaron que ya se había dormido. Le dejé allí durmiendo la mona y subí para tumbarme de nuevo en mi cómoda cama.

No entiendo por qué tuve que hacer eso. Se comporta como un capullo siempre, es capaz de juzgarme sin saber nada de mi, y se presenta borracho en casa. Por segunda vez. Debería haber dejado que se las apañara allí fuera solo, haber actuado en caso de que sus gritos desesperados me obligaran a salir de la cama. Habría sido divertido verlo dormido a la mañana siguiente en el porche. Pero no, la buena de Jane tuvo que bajar, ayudarlo a entrar, tumbarse en el sofá, darle un medicamento y para colmo, quedarme con él hasta que se durmió.

Increíble, cada día me superaba más a mi misma.

Portada: Luke.

Derek eso no es sano...

Espero que os haya gustado❤

Fraternidades ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora