Fraternidades ✔️

40.No más lagos hasta agosto.

Sus manos frías empezaron a bajar por mis hombros, las mias jugaban con su pelo mojado mientras nuestras bocas se separaban para coger aire y volver a juntarse.

Nuestros cuerpos se juntaron aún más. Sus manos seguían bajando lentamente por mis brazos, hasta que al llegar al agua pararon. Para finalizar la escena muy bruscamente, volvió a salpicarme más que antes, en toda la cara.

-¡Alex!- me separé de él rápidamente, con fastidio.

-No creías que te ibas a librar, ¿no?

Entre risas, empecé a nadar como pude, escapando de él hacia la parte que cubría.

-¡Que me dejes en paz!- Alex estaba cada vez más cerca mío y mi ritmo empezaba a disminuir.

-¡Joder si que eres rápida!

Empecé a reírme de verlo ir detrás de mí, hasta que mis risas acabaron cuando me cogió del brazo. Su otra mano me cogió de la cintura y me hundió en el agua. No paraba de reír y casi me trago todo el agua del lago, pero conseguí escapar de sus garras y cogerlo del pie. Tiré hacia abajo de él, y aunque me costó, le hice una ahogadilla. Mientras Alex seguía buscándome mientras reía, buceé hasta llegar a la parte que no cubría. Salí fuera para coger mi sudadera y calentarme, aunque no servía de mucho ya que pasó de estar seca a empapada.

-Tengo toallas en el coche.- quien no se cansaba de perseguirme en el agua ya estaba a mi lado, y al igual que yo, se frotaba los brazos repetidamente como si eso hiciera que tuviera menos frío.
-Vamos.- me levanté corriendo y cogí todas mis cosas. Otra vez me clavaba todas las piedras en los pies, pero estaban tan helados que ni siquiera los sentía.
-¿Estás bien?- Alex me miró y vio como tiritaba, a parte de mis labios morados.
-Sí... perfectamente.- notó el tono irónico de mi respuesta y aceleramos el ritmo.

Una vez llegamos al coche y que yo me envolviera en toallas, obligué a Alex a poner la calefacción.

-Ya basta de lagos, no más agua hasta agosto.- iba totalmente enserio, si esta vez ya casi me da hipotermia, a la próxima me muero.
-Hecho, aunque no me importaría repetir.

No sabía que responder, así que me limité a taparme la cara con la toalla y apoyar la cabeza en el espejo. Aunque no podía engañarme a mi misma, claro que me gustaría repetir.

Después de un rato la calefacción empezó a hacer efecto, pero no me quité las toallas de encima porque mi ropa aún estaba mojada. El trayecto se me hizo muy corto, ya estábamos delante del campus cuando quise darme cuenta.

-Toma- Alex no me dejó salir de la furgoneta hasta que no se quitó la sudadera y me la puso a mi. Yo al principio me resistí un poco, no iba a permitir que se quedara con una triste camisa fina de manga corta. Pero Alex es más cabezón de lo que parece, a parte de que el viento que hacia fuera hizo pensármelo dos veces.

-Gracias- ya estaba fuera, delante de la ventanilla por la que el chico de ojos verdes me sonreía.
-Nos vemos pronto- acerqué la cabeza a la suya y nos dimos un beso, corto, pero valía.
-Sí- en ese momento, con la sonrisa que tenía en la cara podría parecer una estúpida, pero nadie me juzgaba por eso y cualquiera que quedaría atontada con alguien como él delante.

Después de despedirnos empecé a andar auto-abrazándome hasta casa. Mis pasos se convirtieron casi en zancadas cuando el aire empezó a apretar y se me estaban congelando las orejas.

Abrí la puerta haciendo el mínimo ruido que pude, por suerte no había nadie en la planta baja y pude subir tranquila. Entré sigilosamente en la habitación agradeciendo que estuvieran todas durmiendo y encendí la linterna del móvil. Puse el móvil encima de la cama para que iluminase la habitación. Casi suelto un grito de espanto terrible al ver a Max tumbada boca arriba mirando el teléfono.