19.Noche de citas

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Caminamos más de lo que pensaba, y donde estábamos no había ningún restaurante en el que yo llevaría a mi cita.
-Genial-pensé. -Nos hemos equivocado. ¿La noche puede empeorar?-. Llevábamos andando como un cuarto de hora y hemos intercambiado cosas como: Oh, no te imaginaba así, o: Oh, de haberlo sabido me habría arreglado más. Sí, un guión muy bien estructurado.

-Ya estamos aquí- Alex se paró enfrente mío mientras habría la puerta de cristal que pertenecía a un bar de carretera. En ella se podía leer: "OPEN" en grandes letras leds rojas.
-Vaya...-definitivamente no nos hemos perdido. Si esta era su idea principal, podría haberla cambiado por algo más sofisticado al verme vestida como estaba. Pero no, allí estábamos, en un restaurante de carretera donde el parquing estaba lleno de Harleys. Intenté no mostrarme incomoda.
-Hey Billy- Alex parecía conocer al dueño, un anciano simpático que llevaba puesto un pequeño delantal donde pone el logo del restaurante.
-Alex...-el viejo le devolvió el saludo- cuanto tiempo canalla.- extendió el brazo y le revoloteó el pelo. A mi acompañante no le molestó mucho su gesto, pero volvió a colocarse el pelo ligeramente para arriba, hecho una pequeña maraña. Debe estar acostumbrado a esos gestos de "aprecio". -Y no vienes solo...- sus ojos se posaron en mí- ¿Como te llamas bonita?
Me revolví incomoda en el lugar pero conseguí decir un: -Jane- y oí un - Encantado- por su parte.
-Jane ¿te importaría esperarme en la mesa?- Alex me mira con expresión divertida, no tiene ningún problema ni ve raro que yo vaya sola. Aunque debería ser al revés. Debería acompañarme al sitio, retirar la silla y decir un dulce -Permiso- mientras yo me siento sonrojada. Pero que espero, si va con chupa y botas negras.
-Claro- me di la vuelta pero me quedé paralizada. Habían demasiados moteros y moteras que me incomodaban en este sitio, y no visualizaba ninguna mesa libre.- Pero antes, ¿donde se supone que nos vamos a sentar?
-Al fondo la derecha- me indica Billy - tenéis reserva.- me guiñó un ojo.
Asentí y empecé a caminar mirando al suelo, intentando no recordar que iba vestida con vestido y tacones. Llegué a la mesa y había menos alboroto en esta parte, estábamos prácticamente solos. Me senté en el pequeño sofá de la pared y cogí el pequeño menú aunque no leía nada.

-Qué ¿te lo esperabas?
-Para nada- no mentía.
Alex se sentó en frente mío, con una sonrisa.
-Quería algo diferente y este es mi sitio favorito- miró lo que tenía en las manos- No, no mires nada. He pedido por ti- sonríe una vez más.
Dejé el menú donde estaba, total, tampoco haba mirado mucho. Por no decir nada.
-No creo que esté vestida para la ocasión- dije mirando a las personas que sentaban al fondo del local. Estaban en una mesa grande y compartían cerveza entre gritos y risas de medio borrachos.
-Hoy no nos emborracharemos- dijo riendo - pero no. Te has arreglado demasiado, si.- asintió y río moviendo la cabeza.
-Para la próxima me la apunto- aunque no creo que vaya a volver por aquí.
-¿Así que te ha gustado el local?
-No está mal, omitiendo la parte de los macarras borrachos- intenté suavizar la frase con una risa.
-Son buena gente, Jane.
-Y no digo lo contrario- debería dejar de juzgar a la gente por su aspecto. Por como iba podrían verme como una pija niña de papá. Como lo hizo Derek. Uf, Derek, no voy a permitirme hablar de él.
En ese momento se escuchó un fuerte portazo y por un momento creí que la puerta de cristal estaría hecho añicos. Nadie hizo caso.
-¿Puedo beber algo?
-Claro- giró la cabeza al lado- ¡Alice!
-Podría haberme levantado- dije mirando a los lados avergonzada.
-Así es más fácil.- subió los hombros.
Alice, la camarera, se acercó a nosotros con una bandeja en la mano y un boli sostenido en su oreja. Traía una enorme sonrisa.
-¿Si, Alex? -dijo con la voz más aguda de lo que pensaba.
Alex me miró como diciéndome que pidiera lo que quería para beber. Miré la carta de soslayo i vi en la primera cara unos batidos dibujados. Podría ser buena opción.
-Batido de fresa, por favor.
Alice asiente y mira a mi compañero.
-Pediría una cerveza, pero tengo compañía- me miró con una media sonrisa- Pediré una coca-cola fría.
-Perfecto.- Alice desapareció cantoneando las caderas. Pensé que es un gesto natural, que no lo hacía para llamar la atención. Vi como Alex negaba con la cabeza y volvía a acomodarse en su sitio.
-¿Batido de fresa?- se burló.
-No me has dicho que había algo mejor- me excusé.
-Todo menos un batido de fresa.- le hice burla con la cara, pero solo conseguí que se riera más de mi.
-Aún no sé lo que voy a comer- dije - ¿Y si intentan intoxicarme?
-Te dejaré cambiarme el plato- dijo - pero no será mi culpa si al que intentan intoxicar es a mí.
-Me quedaré con el mío, por si acaso.
Las bebidas llegaron en manos de Alice.
-Aquí tenéis.- dejo la coca-cola delate de Alex y mi batido rosa delante mío. Traía una cereza encima de la nata, a lo mejor si que es demasiado... mono, comparado con la simple coca-cola de mi compañero.
Me acerqué el batido y me dispuse a beber de la pajita cuando Alex estiró el brazo rápido y consiguió hacerse con mi cereza.
-¡Alex era mi cereza!-dije afectada. Y no fingía quedaba muy bonita allí puesta.
-Bueno si aún la quieres- tiró del palito de la cereza y la sacó de su boca toda babosa.
Lo miré con asco y di un largo sorbo al batido mientras lo miraba con el ceño fruncido a modo de reproche. Por su parte solo habían risas y cara de satisfacción mientras se comía la cereza. Mi cereza. En ese preciso momento, Billy se acercaba a nosotros con dos cosas enormes en cada mano. Alex se percató y le brillaban los ojos. No podía ser que eso fuese nuestra comida. A medida que Billy se acercaba pude ver de que se trataba. Llevaba un plato en cada mano con una hamburguesa enorme en ellos. Solo tenía un piso, pero parecía de tres, y no exagero.
-La especialidad de la casa.- Billy puso en la mesa a cada uno su plato correspondiente.
-Y que lo digas- a Alex le brillaban todavía más los ojos.
-Que la disfrutéis.
Me quedé mirando aquella montaña de carne boquiabierta. Eso no me cabe en la boca a menos que me la meta a presión.
-¿Todavía quieres que te cambie el plato?- Alex deja de contemplar su hamburguesa y me mira.
Yo tarde en reaccionar, pero ahora lo que necesitaré es un manual de instrucciones para ver como me trago esto.

Portada: Nathaly

Espero que os guste como va la cita de momento... Jeje

Gracias por leer y votar❤

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